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La cuarentena bajó ostensiblemente el flujo de pasajeros de los sistemas de transportes de las principales ciudades del país. En algunas ciudades el descenso de pasajeros incluso llegó a niveles de 85% menos. Es apenas lógico que una disminución de pasajeros implique un golpe a las finanzas de estos sistemas. El problema es que algunos de ellos ya venían con déficits históricos.
Según la Asociación Latinoamericana de Sistemas Integrados para la Movilidad Urbana Sustentable (Red Simus), para el fin de la cuarentena (establecido el 27 de abril de este año), los sistemas tendrán un déficit de más de $205.000 millones por los sobrecostos en la operación, los gastos fijos y el pago de nóminas. Esta cifra es más preocupante si se suma a los pasivos históricos de varios operadores que prestan este servicio en el país.
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Por esta razón, los senadores Angélica Lozano (Alianza Verde) y Mauricio Gómez Amín (Partido Liberal) se unieron para representar a este sector y tramitar una reunión ante el Ministerio de Transporte. Este encuentro se llevó a cabo en la jornada de este jueves y, además de los dos senadores, contó con la presencia de la ministra de Transporte, Ángela María Orozco, y los gerentes de los operadores de los sistemas masivos.
En este encuentro, lo gerentes de Metro (Medellín), Transmetro (Barranquilla), Transcaribe (Cartagena), Megabús (Pereira), Transmilenio (Bogotá), y otros sistemas expusieron los problemas económicos a los que se enfrenta el sector. “La situación es alarmante porque el servicio público es esencial para las ciudades. En la mesa de trabajo que tuvimos, Simus aseguró que, si la situación continúa igual, en menos de 10 días se podrían frenar por completo las operaciones. Esto no podemos permitirlo”, dijo el senador Gómez Amín durante el encuentro.
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Los gerentes también expresaron su preocupación frete al decreto 482 del 26 de marzo, pues establece que se debe funcionar con un máximo del 50% de la capacidad original, esto para mantener la distancia entre pasajeros. Sin embrago, estos señalaron que han dispuesto de más buses para cumplir este requerimiento, pero los costos operativos no dan para mantener este tipo de iniciativas.
Tras revelar el preocupante panorama, en la mesa de discusión se abrió la posibilidad de que estos sistemas sean beneficiados con créditos blandos de instituciones de segundo piso (como Bancoldex) y el Banco Mundial para traer alivio a los pasivos del sistema de transporte masivo. Los senadores hicieron énfasis en que es necesario que se agilicen en los trámites para estos prestamos pues el sector financiero no está prestando a estos operadores ante el riesgo que representan.
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No obstante, desde el gobierno se hizo énfasis en que no se tienen pensado destinar recursos del presupuesto general de la nación para solventar esta situación. Esto quiere decir que todo el impacto de esta situación tendrá que ser asumida por los operadores y de iniciativas desde los gobiernos locales.