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Hace exactamente dos semanas, el presidente Iván Duque recibió en la Casa de Nariño al enviado especial de la Unión Europea para asuntos de paz, Eamon Gilmore. El alto funcionario irlandés estuvo en Colombia, entre otras cosas, para ponerle la lupa a la implementación del acuerdo de paz dado el reciente cambio de gobierno, avalado por un partido que, antes, durante y después de la campaña, se caracterizó por su fuerte oposición a lo pactado en La Habana. Y el jefe de Estado fue claro: le dijo que los textos acordados con la exguerrilla de las Farc están desfinanciados, que hay una enorme “dispersión institucional” para el éxito de la implementación y que le preocupa enormemente el crecimiento exponencial de los cultivos ilícitos.
Pero, al mismo tiempo, Duque le aseguró al representante de la UE que tiene el “deseo claro” de materializar el acuerdo, de cumplirles a los excombatientes que se desmovilizaron “genuinamente” y a las familias que se suscribieron a los programas de erradicación voluntaria. Por eso, es de la mayor trascendencia la gira que, a partir de este lunes, inicia el primer mandatario por el viejo continente, la cual arranca por El Vaticano, pasa por Italia y, finalmente, por Bélgica. Este último destino, quizás, el más importante y las razones son varias. En diciembre de 2016, la Comisión Europea apoyó la creación de un fondo fiduciario para la paz con más de 95 millones de euros, cifra a la que se le agregó un aporte adicional aprobado en mayo de este año de 15 millones.
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“Sería irresponsable y hasta contraproducente para cualquier político tirar el acuerdo de paz. Espero que este proceso pueda seguir avanzando”, dijo en ese entonces la alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Federica Mogherini. Precisamente con ella, y con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, se reunirá Duque el miércoles de esta semana a quienes, como lo anticipó el propio presidente antes de su viaje, les contará la agenda de implementación. “Queremos que sea (un proceso) exitoso, y que que tengamos un trabajo compartido y articulado para poder ponerle fin al narcotráfico en nuestro país”, dijo Duque acerca de la cooperación que ha recibido el acuerdo de paz de parte de la UE.
En esa perspectiva, se prevé que el presidente Duque intente persuadir a dicho organismo para que, desde la realidad que dejó planteada ante la Organización de Naciones Unidas en su sesión 73ª, en septiembre pasado, contribuya con más recursos y se puedan echar a andar los compromisos de la paz. “Se realizaron muchos compromisos sin destinar suficientes recursos”, alertó el jefe de Estado durante su intervención en la ONU, en Nueva York (EE. UU.). Por eso, agregó que “esperamos contar con el apoyo financiero de la comunidad internacional para darle solidez a este proceso”, y eso parte por ejercer la diplomacia en plano global con los principales aliados de Colombia.
No obstante, si el expresidente Juan Manuel Santos enmarcó su política exterior en una agenda monotemática –y que, al final, le valió el reconocimiento como Nobel de Paz-, su sucesor quiere expandir su agenda, principalmente, porque uno de los asuntos más graves que heredó del exmandatario fue la crisis fronteriza con Venezuela. En ese sentido, Duque llevará el mensaje a la comunidad internacional de que lo que sucede por cuenta del régimen de Nicolás Maduro es un asunto de responsabilidad compartida, y en la reunión pasada con Gilmore también lo dejó puesto sobre la mesa: “Nos une con la Unión Europea la condena de los atropellos que se han venido presentando en Venezuela por parte de la dictadura contra su pueblo. Colombia sigue siendo un país de solidaridad y brazos abiertos con el pueblo venezolano, con los que están buscando refugio en nuestro país, sabemos las implicaciones que esto tiene”.
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Al respecto, fue el jefe de gobierno español, Pedro Sánchez, el que confirmó al término de un encuentro meses atrás con Duque durante su paso por Colombia en el marco de una gira por Latinoamérica, que en Bruselas recién se había aprobado que la UE aportará 35 millones de euros para la región de manera que pueda hacer frente al éxodo masivo de ciudadanos provenientes de Venezuela. No en vano, la alerta que hace la comunidad internacional desde la ONU a los principales países receptores de migrantes es que cerca de 2,3 millones de venezolanos han abandonado su país, y casi un millón se ha quedado en Colombia. Ecuador, Perú, Brasil, Chile y Argentina son otros países afectados.
Lo cierto es que la gira del presidente por Europa incluye también encuentros con importantes empresarios y representantes del sector privado, con colombianos que viven en ese continente y, en el ámbito de seguridad global, una reunión con el secretario general de la Organización del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg.
No obstante, los ojos que siguen de cerca la agenda de Duque estarán puestos este lunes en la primera visita que hará en calidad de jefe de Estado a El Vaticano, en donde será recibido por el papa Francisco. De hecho, a su llegada a Roma el domingo, Duque se mostró complacido con la oportunidad de reunirse con el máximo jerarca de la Iglesia católica: “Estamos con una profunda alegría de tener el primer encuentro con su santidad, el Papa Francisco, para hablar sobre Colombia, sobre América Latina, sobre temas de su interés que hacen parte de nuestra agenda, como la protección del medioambiente y la sostenibilidad”, dijo luego de bajar del avión presidencia.
Duque señaló que no descarta que también se hable del proceso de paz y de Venezuela con el Papa Francisco: “Quiero que sea una reunión donde él vaya llevando la agenda, conforme a la invitación que nos ha hecho. Es un honor tener la oportunidad de hablar con él y expresarle el cariño del pueblo colombiano”. Si el primer mandatario recoge las palabras que su santidad dejó durante su paso por Colombia en donde aprovechó para lanzar mensajes a favor del proceso de paz, recordará una de sus frases más recordadas: “En este enorme campo que es Colombia todavía hay espacio para la cizaña. Estén atentos a los frutos, cuiden el trigo y no pierdan la paz por la cizaña”.