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“El gran rival a vencer en 2022 es la pobreza”: David Barguil

El candidato presidencial conservador dice que la colectividad recuperó la vocación de poder y cuestiona a quienes, según él, fungen como independientes recogiendo firmas para aspirar y a escondidas piden el apoyo a los partidos.

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Juan Sebastián Lombo
08 de noviembre de 2021 - 02:00 a. m.
Barguil llegó al Senado en 2018 con 146.095 votos, la cuarta votación más alta del país y la primera del Partido Conservador.  / Óscar Pérez
Barguil llegó al Senado en 2018 con 146.095 votos, la cuarta votación más alta del país y la primera del Partido Conservador. / Óscar Pérez
Foto: El Espectador - Óscar Pérez
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Todos lo veían aspirando otra vez al Senado y especulaban que esta precandidatura era solo para apalancar esa campaña. ¿Qué lo llevó a decidirse a competir por la Presidencia?

Como resultado de la pandemia, casi la mitad de la población quedó en la pobreza: 42,5 % de los colombianos. Es decir, más de 21 millones de personas. Y lo dije cuando el directorio me eligió: no hay propósito mayor hoy que atenderlos. Es hora de asumir responsabilidades. Ello aunado a una lucha que he venido dando desde hace muchos años. La economía de este país, el modelo actual, es de un capitalismo de roscas, donde unos sectores, unos pocos muy poderosos, abusan y abusan de la gente. He encontrado una explicación al por qué de la pobreza estructural y la desigualdad, y es que esas riquezas se las han venido quedando unos pocos y eso tiene que cambiar. Tenemos que pasar a un modelo de libre mercado para la gente, a un modelo que permita construir un país más justo. Esas han sido mis luchas. Entonces, esta realidad que nos deja la pandemia y que vengo estudiando, trabajando y dando luchas durante muchos años, me lleva a entender que hay que dar ese paso para lograr ese cambio y esa transformación que nos lleve a que la gente pueda salir adelante. Hay que sacar a los colombianos de la pobreza, pero no con fórmulas como las que presentan algunos, que suenan bonitas pero ya se ha demostrado en otros lugares que lo que llevan es a la destrucción de la economía y al empobrecimiento de la gente.

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Supongo que se refiere a Gustavo Petro, ¿es el gran rival a vencer?

El gran rival a vencer en 2022 es la pobreza, porque entristece el corazón del país. Y esta pandemia mandó a muchos colombianos a la pobreza y les quitó sus sueños y posibilidades. Por eso, la propuesta que vamos a hacer y por eso el partido le dice a Colombia que recobramos la vocación de poder, que ya no seremos más el vagón de la cola del tren. Ya no más ser apéndices de los gobiernos de turnos, vamos con una candidatura propia. Con esta candidatura, el Partido Conservador les manda un mensaje a las nuevas generaciones, porque yo vengo de ese semillero de las juventudes conservadoras. Manda un mensaje a las regiones, porque vengo de un pequeño municipio, Cereté, del Caribe colombiano. Y, además, le dice al país que está listo para recobrar el poder y que los principios, valores y banderas históricas de nuestra colectividad están más vigentes que nunca.

Nosotros hacíamos un credo conservador y ratificamos que creemos en Dios, en la familia, en ayudarla y cuidarla. Creemos en la democracia, la propiedad privada, el orden, la seguridad, la lucha contra las drogas, en los jóvenes y las mujeres, en que el campo colombiano sea sinónimo de riqueza y bienestar, en la libertad, pero sin privilegios. Todos estos principios están más vigentes que nunca, pero sobre todo hay que mandar un mensaje: hay que hacer todos los esfuerzos para sacar a la gente de la pobreza. Por eso esta candidatura.

Hace más de treinta años que el Partido Conservador no pone presidente y desde hace ocho no tiene candidato propio, ¿puede jugar eso en contra?

Siento que, con la candidatura, por primera vez en muchos años el partido está unido. Mire lo que sucedió: la bancada unánime; luego, en Medellín, en un gran congreso de jóvenes conservadores, salieron más de mil a decirme: “David, asuma la candidatura”. También las bases del partido y los directorios generales. Recuerde que yo fui presidente de la colectividad con 32 años, recorrí Colombia y acompañé la candidatura conservadora de Marta Lucía Ramírez. Es que muchos aquí, que no han acompañado al partido, pretendían que les abrieran la puerta, así como así. No, todo esto viene de un proceso que se ha construido. Y la semana pasada, el Directorio Nacional Conservador, que es donde están todas las instancias y representa a todos los sectores, unánimemente acogió mi nombre para la candidatura. Ese es un gran mensaje de decir: “Estamos listos para recobrar nuestra vocación de poder y para que nuestros principios y banderas, que hoy están más vigentes que nunca, le presenten una propuesta al país”.

Por todo ello es que estoy tan motivado y contento, porque siento que ese va a ser el punto de partida y va a significar una posibilidad real. Eso, al lado de las propuestas que le vamos a hacer a Colombia, nos va a permitir conseguir el apoyo mayoritario del pueblo colombiano para ganar la Presidencia.

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A propósito de la forma como lo proclamaron, ¿no se les cerró la puerta a otros que iban en la fila?

Aquí se trata de conocer los estatutos del partido. Como le decía, muchos no han participado de estos procesos y ni siquiera apoyaron las candidaturas conservadoras a la Presidencia en el pasado. Aquí hubo proceso, hubo varios precandidatos y luego se escuchó a todos los sectores. Yo mismo quedé sorprendido, porque el apoyo que me comenzaron a dar los sectores ni siquiera fue mayoritario, fue unánime, y los estatutos contemplan que cuando se da eso, la primera figura es el consenso. Y ese consenso se expresa a través de esas manifestaciones que logré. De allí la decisión por mi candidatura. La candidatura es para uno solo y muchas veces los que no ganan no quedan contentos, pero se trata de sumar. Vamos a invitar a todos los sectores e incluso, luego de hacer esta tarea con el partido, vamos a invitar a colombianos que piensen distinto. Aquí tenemos que unirnos para defender la democracia en Colombia.

¿Su caso y el de los liberales con Alejandro Gaviria son una muestra de que está fallando la democracia interna en los partidos?

No. Lo que creo es que, y es una realidad no solo en Colombia sino en el mundo, hay un debilitamiento de los partidos. Pero es que estos son el vehículo para poder movilizar la democracia. Mire no más Estados Unidos o los países europeos. Yo he venido dando una lucha adentro, no esa doble moral de muchos que fungen de independientes y van por las firmas, pero en la noche salen a pedirles el apoyo a los partidos. Yo estoy de frente, haciendo esa tarea de la renovación desde adentro. Eso se hace con resultados. Llevo quince leyes. Acabo de sacar una iniciativa que logra que diez millones de colombianos tengan una segunda oportunidad, que es la Ley de Borrón y Cuenta Nueva de Datacrédito. Lideré una ley para eliminar los intereses del Icetex para estudiantes de estratos 1, 2 y 3 y de Sisbén 1 y 2, beneficiando a 500.00 jóvenes en Colombia. He dado grandes debates. Me he atrevido a enfrentar al sector financiero frente a los abusos que cometen. He dicho, y lo voy a decir en esta campaña, que ese capitalismo de rosca de Colombia debe transformarse, y lo vamos a hacer cambiar hacia un modelo de libre mercado para la gente, con una economía más justa que les permita a los colombianos, desde las regiones, poder salir adelante y que el Estado los impulse. Me sueño con hacer una revolución del crédito. ¿Cómo? No como plantean algunos que es con banca pública, porque eso lo que hace es acabar el sistema financiero y generar que no haya financiación. Por el contrario, se debe abrir esto.

Me sueño que pasemos de tres grupos que manejan el 65 % de mercados de créditos, a cien bancos, entre tradicionales y digitales, quitando regulaciones y barreras de acceso que impiden que otra competencia llegue. Todo esto para que haya crédito en todo el país, pero crédito barato. En Estados Unidos hay 8.000 bancos. En otros países de Latinoamérica hay un gran número de entidades financieras y los servicios son baratos. Lo que no podemos pensar es que alguien monte un emprendimiento y termine trabajando para el banco por los altos intereses que le cobran por el crédito que le hacen. Me sueño con una política de emprendimiento por impuestos, que no es nada más y nada menos que los colombianos de estratos 1, 2 y 3, que tengan deudas de impuestos con el Estado, y ahí tendrán que hacer un esfuerzo para conseguir los recursos, deberán hacer un emprendimiento para pagar. Se podrán asociar con otro para que el capital sea mayor y hacer un negocio más grande. Así la cuenta con el Estado quedará en ceros. Eso es impulsar a que ese colombiano salga adelante. Y esa política de la que hablo de la región y la descentralización tiene que dejar de ser carreta. Doy una alternativa para lograr cosas de fondo que nos cambien la economía y les ayuden a los colombianos a salir de la pobreza: voy a presentar, por ejemplo, una propuesta que permita que les demos los títulos de propiedad a los más pobres. Hoy, para que un colombiano que tiene su casa, su negocio o su parcela, pero que tiene una posesión de diez o quince años, para que le den el título de propiedad se demora cuatro, cinco o seis años. Quiero presentar una propuesta para que ahora sean los alcaldes quienes podrán expedir los títulos de propiedad en seis meses a más tardar y con esa posibilidad los colombianos de menores ingresos con un título de propiedad van a poder apalancar financiación, van a poder construir negocios y cumplir sus sueños.

La idea es que el más grande no se coma al más pequeño, y que podamos sacar adelante la economía colombiana, pero ayudándoles a todos para arrebatar de la pobreza a esos ciudadanos que hoy necesitan que salgamos a apoyarlos.

En esas propuestas, llama la atención la de quitar regulación al sistema financiero. ¿No puede ser peligroso viendo el caso estadounidense o lo que pasó en los años 90 en Colombia por falta de regularización?

Eso es lo que nos han inventado. Ellos han sido muy sofisticados para evitar que les llegue competencia y lo que han inventado es que hay exceso de regulación. No estoy diciendo que vamos a quitar toda la regulación, porque aquí debe estar un Estado que vigile y que actúe, pero ese exceso de regulación ha impedido que llegue más competencia. Y como hay tan poquitos actores, pues los precios son caros y las tasas son altas.

Esa es la excusa que nos han brindado y aquí lo que tenemos que hacer es que en verdad funcione el libre mercado, que haya más y más competencia para que la gente reciba mejores servicios, pero más baratos. Que el crédito llegue a todos los rincones del país, pero con tasas bajísimas. La economía americana, por ejemplo, depende del crédito: allá le prestan para el carro, la casa, el estudio y el negocio para consumir, pero a tasas baratas.

La idea es pasar de ese capitalismo de las roscas, donde unos pocos sectores han venido abusando y quedándose con la riqueza del país, a la posibilidad de que la gente salga adelante y el Estado los impulse. No es con las propuestas populistas, que nos van a llevar al caos y a la destrucción del aparato económico, ni manteniendo un “statu quo” desde lo económico, sino haciendo unos cambios sustanciales que permitan que la gente tenga oportunidades. De eso se trata.

Yo creo en la gente; la apuesta debe ser por la gente, porque mi historia tiene que ver con eso. Vengo de un pequeño municipio del Caribe colombiano. Soy hijo de una maestra madre cabeza de hogar. Cuando mi papá nos falló, a mi mamá le tocó asumir el rol de jefe de hogar, y nos sacó adelante a mi hermana y a mí. Y ella siempre nos decía que la educación es la clave, capaz de transformar la vida y la sociedad. Le agradezco ese consejo a mi madre, que me quedó marcado: la educación y la tecnología.

Y salí a esforzarme. Fui el mejor estudiante, becado todo el colegio. Mejor Icfes de mi promoción. Me vine a la universidad gracias a un crédito del Icetex. Y eso me cambió la vida. Yo lo que sueño y anhelo, y por lo que quiero trabajar, es para que millones de jóvenes y colombianos puedan también cumplir sus sueños y el Estado tiene que facilitar eso.

Vamos a recorrer el país, vamos a presentarle propuestas a Colombia, vamos a levantar esas banderas y esos principios conservadores, pilares que están arraigados en el ADN del pueblo colombiano, pero, por supuesto, planteando una cosa de fondo: vamos a transformar esta economía para construir un país más justo, que saque a millones de colombianos de la pobreza y les brinde oportunidades.

¿La meta es llegar a la Coalición de la Libertad, que se está gestando entre el centro y la derecha?

Lo dijimos en la convención: nuestra primera preocupación hoy es recorrer el país, presentar un programa (estaremos haciendo en diciembre una gran convención conservadora para presentarlo) y salir a que los colombianos sepan quién es David Barguil, qué ha hecho, de qué se tratan esas leyes, esos debates y esas luchas. Que también podamos decirles qué les estamos proponiendo. Y más adelante estaremos hablando de coaliciones y alianzas. Por ahora, primero hacer nuestra tarea y salir a levantar y defender esos principios que, desde el conservatismo, históricamente hemos liderado.

Ustedes van por la derecha... ¿no cree que hacerle frente a la candidatura del partido de gobierno, sobre todo si tiene la bendición de Uribe, puede hacer complejo conquistar ese voto de derecha?

Este es un partido de 172 años de historia, que había renunciado a su vocación de poder. Lo reconocemos y nos hacemos nosotros mismos la crítica. Pero que hoy le dice al país que estamos listos, preparados, con programa, que tenemos el talante, que hay resultados para mostrar y que la decisión de nuestro partido es ganarnos la Presidencia de Colombia. No le seguimos el juego de ser un apéndice de algún sector político. No. Vamos por la Presidencia y por eso estamos más unidos que nunca. Por eso ese mensaje de apoyo unánime, ni siquiera mayoritario, que tuvo mi candidatura. Además, quienes me conocen, que saben que soy un hombre de luchas y que no descanso hasta hacerlas realidades, y que no he descansado hasta no lograr que ese tipo de iniciativas que yo he liderado lleguen a buen puerto para lograr que le sirvan a la gente y mejore su calidad de vida. Quienes me conocen saben que no me meto en ningún proyecto para dejarlo tirado a mitad de camino o pensar en coger otra vía. No, nuestra meta es la Presidencia.

Primero nos concentraremos en hacer nuestra tarea, recorrer el país, apoyar a los candidatos jóvenes a los Consejos Municipales de Juventud, a hablarle al conservador que está en una pequeña vereda en esa Colombia olvidada, rural, y que quiere levantar su bandera y decir "por qué no nosotros". Luego vendrá ese análisis de coaliciones y alianzas.

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¿Y no será problemático en las urnas haber apoyado al gobierno Duque?

Esa política rastrera del ataque, de salir a pegarle al contradictor por todo y no reconocer aciertos le ha hecho mucho daño a Colombia. He venido apoyando iniciativas que les sirven a los colombianos. Pensemos, por ejemplo, lo que significa haber sacado la política pública de educación gratuita para los jóvenes de estrato 1, 2 y 3, haber conseguido recursos para subsidios para esta difícil coyuntura. Lo que se está haciendo para generación de empleo nuevo y oportunidades a la gente. Eso hay que apoyarlo. A veces pienso cómo sectores se pueden oponer a ese tipo de políticas y eso no nos quita decir qué cosas hubiéramos hecho diferente. Esa no es la Colombia que la gente quiere; la gente se cansó de esas peleas y hoy quiere soluciones, propuestas, construir sobre lo construido y corregir lo que sentimos que debe ser corregido. Ese será el talante de la candidatura que le voy a presentar al país.

¿Qué les responde a quienes dicen que se pasó de una posible aspiración de alguien con gran reconocimiento como Marta Lucía Ramírez a un senador cuyo mayor reconocimiento es en su región?

Creo que ese es un gran mensaje a las nuevas generaciones, porque vengo de ahí, y a las regiones. Creo que ese va a ser un gran tema de discusión en la campaña. Este modelo centralista lo que demuestra es que no puede seguir siendo el modelo para generar los desarrollos que el país necesita. Uno ve regiones muy empobrecidas, con muchas dificultades y tienen que ser protagonistas de ese desarrollo y crecimiento que el país necesita. Eso me lo voy a repetir todos los días, porque es una condición ética que deberíamos plantearnos todos. El partido está mandando un mensaje de renovación, apertura y orientado por los resultados, porque los hemos dado y la gente lo ve. De eso se trata esta candidatura.

Ya habíamos mencionado esa situación del Partido Conservador. ¿Qué opina de quienes vieron ese panorama, como Echeverry, y prefirieron irse por firmas?

Soy un respetuoso de lo que cada quien hace. Yo voy a hablar de nuestro programa y lo que nuestro partido le va a proponer a Colombia y creo que más adelante tenemos es que pensar cómo sumamos esfuerzos para defender la democracia, que está en riesgo, y cómo sacamos a los colombianos de la pobreza. No podemos seguir pensando que solo yo tengo la razón y los demás no, vamos a tratar de tender puentes en su momento, pero ahora corresponde hacer la tarea propia.

¿No cree que el asunto en el Consejo de Estado por sus ausencias a las sesiones en el Congreso podría afectar su campaña?

Siempre he sido profundamente respetuoso de la justicia y cuando se dio esa denuncia estábamos esperando que se pronunciara, porque los argumentos que yo pudiera plantear se podrían ver como una influencia. El Consejo de Estado ya falló y dijo que eso no fue así. Habló de dos ausencias en cuatro años y dijo incluso que no había un solo indicio que diera pie a una compulsa de copias a la Fiscalía o la Corte Suprema. Cuando alguien que ha dado las peleas que yo he dado, que se ha atrevido a meterse con sectores poderosos, que ha dado los debates que me ha atrevido a liderar y que asume la candidatura en nombre de un partido, es normal que haya ataques. Mi labor y mis resultados hablan por mí. Solo trabajando duro en el Congreso se sacan quince leyes que de verdad le sirven a la gente y se logra que un partido como el Conservador le dé a uno la candidatura presidencial.

Ya habló de algunas de sus banderas, pero ¿cuáles son los puntos básicos de su propuesta?

Queremos hacer una transformación de la economía colombiana que les diga no a las propuestas populistas, que nos van a llevar a la destrucción y que en otros países han fracasado, que nos saque de prácticas que llevo estudiando durante muchos años y que no son las que al país le sirven. Pasar de un capitalismo de roscas a un modelo de economía de mercado para la gente que nos permita construir una economía más justa. Eso se hace empoderando al ciudadano desde las regiones y el Estado tiene que apalancar y ayudar a convertir esos sueños de los colombianos en realidad.

Esa transformación del aparato económico va a permitir que haya más competencia y que esta economía incentive la inversión privada, respete la propiedad y nos permita un crecimiento para todos. Hay un eje fundamental para lograr ese proceso y es un consejo de mi madre: la educación es la herramienta capaz de generar transformaciones para el individuo y la sociedad. A ese consejo sobre la educación le agrego la tecnología. Quiero dedicar el 30 % de las regalías a la educación y la tecnología. En la educación pública, donde hay unas brechas que hay que cerrar en infraestructura y formación de maestros. También tenemos que pasar a la posibilidad real de que un joven pueda escoger y que los más pobres no estudien donde les toque sino donde quieran. Para eso tenemos que darle continuidad al programa de becar a los mejores estudiantes para que estudien donde quieran y fortalecer enormemente al Icetex, porque no hay la capacidad en la educación pública de financiar y muchos quedan por fuera.

En varios frentes queremos un nuevo comienzo. Hemos dicho desde el partido sobre unos nuevos tiempos y fórmulas para no repetir algunas de las políticas que ya sabemos que no han dado frutos, pero también construir sobre lo construido en aquellas que vemos que dan resultado.

Usted es joven, pero viene de un partido de pensamiento conservador. ¿Cuál es su posición en temas como aborto, consumo de recreativo de cannabis y eutanasia?

Respeto por la sentencia de la Corte en los tres casos de aborto. Somos provida. Me preocupa que uno va viendo cómo se van flexibilizando discusiones como la de la eutanasia y no podemos pasar que se vuelva normal que cualquier ciudadano pida que le quiten la vida. Eso no puede suceder.

En el tema de drogas, desde el partido y yo en particular creemos que hay que dar una lucha frontal contra las drogas. Yo viví esa situación y lo he contado: a mi padre le destruyó la vida la droga y eso llevó a que mi madre tuviera que asumir el papel de jefe del hogar. Lo viví en carne propia, sé los efectos que la droga genera y no me pidan que seamos permisivos con la droga. Hay que enfrentarla y usar todos los mecanismos, incluida la fumigación, que estén a nuestro alcance para erradicar las 250.000 hectáreas de coca. Esa droga es el combustible de esas estructuras criminales envalentonadas ya no solo enviando la droga afuera, sino llenando con esta los colegios y parques. Tenemos que defender a nuestros jóvenes y vamos a enfrentar el problema con toda la radicalidad.

A Petro le han criticado no asistir a sesionar por estar haciendo campaña. ¿Qué piensa de esos reclamos? ¿Renunciaría para dedicarse a la campaña presidencial?

Yo solo tengo un tema pendiente que quiero sacarlo adelante antes de salirme del Congreso. Está a mitad de camino una ley, porque en Colombia nos cobran las tasas más altas de interés por la tarjeta de crédito. Casi que la mayoría de entidades financieras están pegadas al techo de la usura. Eso es infame, porque ahí sí no operan las leyes del mercado. Acá nos cobran a todos como si fuéramos el peor usuario posible. La ley dice que para la definición de la tasa de interés en tarjetas de crédito se tengan en cuenta factores de riesgo, de plazos, de montos.

¿Cree que debe renunciar para hacer campaña? ¿No puede compaginar ambas labores?

Sí y lo estamos haciendo. Estamos de candidatos Rodrigo Lara, Gustavo Petro, Luis F. Velasco y John Milton Rodríguez, entre otros. De mi lado, lo importante es dejar ese pendiente. Reflexionaré si salgo y me dedico enteramente a la candidatura. Esto apenas comienza.

Ha liderado propuestas como “Borrón y cuenta nueva” y el proyecto que acaba de comentar. ¿A quién le cede esa batuta? ¿Quién cree que va a ser su sucesor en el Congreso?

Vamos a apoyar en esta primera fase a la lista de nuestro partido y vamos a recorrer el país. Esperamos que a esa lista llegue gente joven, mujeres, candidatos de las regiones. Ahí habrá una gran gama de propuestas donde la gente va a poder escoger y vamos a estar en ese proceso con equilibrio y mucha responsabilidad.

¿Qué pasó en el departamento que había una disputa interna entre dos pesos fuertes del Partido Conservador que se reconciliaron para apoyar su campaña?

Un tema que voy a mostrar en esta campaña presidencial es el caso de Montería. Si revisan lo que pasó con Montería fue un milagro, fue el fruto del trabajo y de lo que queremos hacer. La transformación de una ciudad intermedia de Colombia. Y eso se hizo por un esfuerzo compartido de un equipo. Lo que hoy pasa es que habíamos tomado caminos diferentes por las aspiraciones de Congreso, pero hoy nos damos la mano porque venimos de una construcción colectiva y creemos que vamos a poder mostrarle al país eso que se hizo para mejorarles la vida a muchos ciudadanos y que también va a ser un modelo para que generemos transformaciones en Colombia. Hoy el partido está unido no solo en Córdoba sino en Colombia y eso me motiva para hacer esta campaña.

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Alvaro(sa3gs)09 de noviembre de 2021 - 01:02 p. m.
Que mentiroso publi_ reportaje,el partido conservador y el CD,son los responsables de la pobreza en Colombia.
Wilson(f5y1z)09 de noviembre de 2021 - 02:51 a. m.
Demagogia en su máxima expresión, no aporta nada en concreto. Así que no se le ve futuro, los veremos nuevamente aliados al CD y seguir ahí sin mucho esfuerzo a punta de mermelada extircionando al gobierno de turno.
Dorita(37038)09 de noviembre de 2021 - 01:00 a. m.
Su discurso lo dice todo: "nada"
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