La creación de la Superintendencia de Educación es la principal propuesta de un proyecto de ley que se presentará en el Congreso el próximo martes 9 de agosto. Con la entidad, se busca que, a través de una reforma a la Constitución, se inspeccionen, regulen, fiscalicen, vigilen y controlen los procesos educativos en Colombia. La iniciativa se sustenta en que hay vacíos dentro de la Carta Política en materia de educación en el país.
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El representante a la Cámara, Jorge Tamayo, del Partido de la U, será quien presente la propuesta en el Capitolio. Según consigna el político en su proyecto, hay una deuda sobre reglamentar y vigilar la educación en el país a través de una entidad, lo que hace que el sistema, a su parecer, sea susceptible a “distorsiones y arbitrarios en cualquier tiempo, lugar y modo”. Asimismo, dice el texto, esto cambiaría el modelo de control en la educación y lo haría más meritocrático.
Para el congresista, es necesario que se expida un decreto “Por medio del cual se modifican los artículos 67, 68, 69 y 189 de la Constitución Política, y se crea la Superintendencia de Educación”. Con esto, según su texto, esta modificación que propone mejoraría la enseñanza en las nuevas generaciones “como el bien supremo de la nación”.
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La propuesta del representante, de aprobarse, quitaría algunas funciones a la Presidencia y al Ministerio de Educación, las que hasta el momento delegan la responsabilidad sobre la vigilancia, control y regulación de la educación en distintos entes territoriales. En el documento, Tamayo sostiene que “la función supervisora de los servicios educativos en Colombia se ha confiado a las entidades territoriales certificadas, para el caso de los niveles de educación preescolar, básica y media y la educación para el trabajo y el desarrollo humano”.
En cuanto a la educación superior, consta en el texto, es el Ministerio el que “expide los lineamientos de la política para el sector y, que a su vez, ejerce la función de supervisar y evaluar la prestación del servicio educativo”. Adicionalmente, dice Tamayo que “para el logro de los objetivos, el sistema requiere de un talento humano calificado, con continuidad en su gestión” y también una serie de recursos que hoy son inexistentes.
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