
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La campaña presidencial que termina será recordada porque, en muchos sentidos, significa una “primera vez”. Especialmente, por lo que ha ocurrido en la segunda vuelta, pero en realidad los nuevos caminos se venían construyendo —y sintiendo— hace más tiempo. Otra cosa es que los factores tradicionales de la política no los hayan entendido y los hayan enfrentado con las mismas concepciones, esperando resultados semejantes a los del pasado. Y el año 2022 venía con intenciones de modificar tradiciones y buscar rumbos nuevos.
>Lea más sobre las elecciones de 2022 y otras noticias del mundo político
La ausencia de los partidos tradicionales se venía cocinando, la carencia de líderes era notoria y el pesimismo sobre el rumbo del país era creciente. Las encuestas registraban los cambios en diversos campos de la política, y la serie de elecciones que se han llevado cabo —y la que falta, la de presidente— han sido terreno fértil para lo que está ocurriendo: surgen nuevas figuras (Rodolfo Hernández o el propio Petro, aunque él había hecho política con camisetas de rebelde), la agenda tradicional pierde importancia y el discurso de siempre carece de atractivo y efectividad. Petro y Hernández, protagonistas de esta segunda vuelta, entendieron esto mejor que los demás.
Un escenario, en síntesis, propicio para propuestas de reformas, de renovación, de temas nuevos. Hay momentos en que los países necesitan renovar sus esperanzas y revisar sus conceptos. Y el actual —después de la pandemia, el desprestigio del gobierno de Iván Duque, la pérdida de credibilidad de los partidos y los altibajos abruptos de la economía— es uno de esos.
También: Diez reflexiones sobre la primera vuelta en Colombia.
El sacudón generalizado, en fin, se iba a venir. Los partidos de siempre ya ni figuran en el tarjetón electoral para la Presidencia, y en el Congreso también hubo un revolcón. Y el presidente de la República se llamará Gustavo Petro o Rodolfo Hernández. Es decir, si en el pasado las elecciones se definían por la fuerza de un partido, el carisma de un candidato o la atracción de una promesa, las de este domingo 19 de junio definirán un nuevo camino y ganará el ansia de un cambio menos retórico y más profundo.
Petro y Hernández lo encarnan, con obvias y profundas diferencias. La dureza de la campaña para la segunda vuelta pone al descubierto las diferencias entre ambos. Propuestas, creencias y estilos por completo diferentes. Petro es ampliamente conocido, Hernández solo llegó a la política después de una carrera exitosa en el sector privado.
Petro tiene camino recorrido en la política y dejó la lucha armada para entregarse a ella. Hernández es un empresario de amplio recorrido. Ambos son una novedad en la política, aunque son muy distintos. Por eso llegaron a la segunda vuelta. Se podría decir que entendieron, mejor que sus competidores, el momento complejo e inédito que vive el país después de Duque, la pandemia, la economía golpeada y el amplio pesimismo y desesperanza que golpean a la gente.
Más: Análisis: ¿Cómo les fue a las encuestas en la primera vuelta presidencial?
Lo que es claro es que los colombianos no quieren más de lo mismo. El país no va bien y menos aún la vida personal de las personas comunes y corrientes. Y por eso, en la primera vuelta, los electores escogieron por dos tipos de cambio —así sean muy distintos— entre los cuales está el sucesor de Iván Duque.