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Salvatore Mancuso reapareció en medios, después de haber participado de los encuentros de verdad de la Comisión de la Verdad, para hablar sobre la propuesta de perdón social que replanteó Gustavo Petro, senador y candidato presidencial por el Pacto Histórico, cuando se supo de la visita de su hermano Juan Fernando a la cárcel La Picota para hablar con Iván Moreno, uno de los condenados por el carrusel de la contratación en Bogotá.
“Al margen del ruido electoral, su idea del perdón social no es absurda, ni caprichosa. La sociedad colombiana quiere la paz, pero el sistema está diseñado para que después de una desmovilización los excombatientes queden en la marginalidad, en un limbo jurídico, sin derecho a una segunda oportunidad, sin redención, sin un lugar en el espacio común de la sociedad”, se lee en un fragmento de la carta.
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Para Mancuso, los planteamientos de justicia restaurativa en últimas no han funcionado porque hay “una visión cortoplacista que prefiere antes que la resocialización y la reintegración, obsesionarse con abarrotar las cárceles como única expresión de hacer justicia, muchas veces juzgándonos bajo ‘presiones políticas’, sin garantías y con animadversiones, sin comprender la dimensión del problema y las causas recurrentes de esa violencia”, explica.
Por eso, el condenado exjefe paramilitar ve en la propuesta de Petro el planteamiento de una verdadera justicia restaurativa, que debe permitir, a su juicio, que “el castigo se convierta en un proceso para resarcir el daño, buscando para las víctimas una reparación, para los responsables su redención y su lugar en la sociedad y para la sociedad en general garantizar la no repetición”.
Sin embargo, para él, esto no ha sido posible por el miedo de quienes ostentan de que se sepa la verdad. “A develar los verdaderos rudimentos de la guerra, de la acumulación de poder, de tierras, del negocio del narcotráfico, en últimas a que se caiga la mampara con la cual han escondido un poder político corrosivo, que empobrece los territorios y sus comunidades mientras llena los bolsillos de unos pocos”, manifiesta.
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“Creo firmemente en que las y los colombianos nos podemos reconciliar, que podemos decirnos las cosas a la cara, convivir en medio de las diferencias, dignificar a quienes convertimos en víctimas de esta esquizofrénica confrontación armada y apelar a segundas oportunidades”, opinó, señalando que quienes han comparecido ante la justicia y están pagando condenas todavía tienen por aportar a la sociedad.
Mancuso reiteró su disposición de convertirse en un gestor de paz para trabajar por la reconciliación del país, acabar con las violencias emergentes, enquistadas, dijo, en las asimetrías sociales y económicas. “De eso se trata lo que yo entiendo por perdón social, es darnos una oportunidad para vivir de otra manera en un lugar donde quepamos todos, respetando las diferencias, evitando que el conflicto armado cause más víctimas o revictimice a las existentes”, finalizó diciendo en su carta.
Aunque el hermano de Petro trató de desmarcar su encuentro con Iván Moreno de la campaña del Pacto Histórico, el candidato presidencial aireó su idea de un “perdón social”, justo cuando se conoció de esa reunión. Para el también senador, “el perdón social es social. Sin perdón no hay reconciliación. Si el país ha vivido décadas de violencia, la única manera de saldar las heridas es a partir de un inmenso perdón global. El perdón social es un proceso histórico que implica justicia reparativa y verdad”, escribió en sus redes sociales.
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Siguió con su disertación: “No se trata como perdonar al Ñoño (Bernardo Miguel Elías, más conocido como “el Ñoño Elías”, quien fue condenado a más de ocho años por el caso de corrupción de Odebrecht), se trata de cómo nos perdonamos entre todos y todas como sociedad, en cada territorio concreto para no seguirnos matando los unos a los otros. Para cesar definitivamente la violencia”.