La iglesia cristiana Misión Carismática Internacional (MCI) es por sí misma una gran veta de apoyos políticos. El uribismo lo supo por casi 15 años, en los que los tuvieron como grandes aliados. No obstante, en 2017 rompieron vínculos y los votos de la congregación fueron a parar en un primer momento a Cambio Radical y ahora al Partido Liberal.
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Fue la colectividad del trapo rojo la que les dio para estas elecciones el aval a Sara Castellanos, para ir al Senado, y Lucía Sandoval, para ir a la Cámara, ambas candidatas por la comunidad cristiana. Más allá de los cuestionamientos por las afinidades ideológicas entre colectividad y candidatas, los peros han venido en la forma en la que la iglesia cristiana estaría buscando los votos para sus representantes en la política.
Según una investigación del medio alternativo Vorágine, la congregación estaría exigiéndoles de a 25 votos semanales a los coordinadores de sus grupos, conocidos como células. Pero este mandato no sería para solo líderes, sino que los 25 votos semanales también serían un requisito para los otros miembros. De esta forma estaría consiguiendo votantes de forma exponencial.
La iglesia, de acuerdo con la investigación periodística, estaría utilizando su modelo de crecimiento eclesial para también conseguir votos. Esto debido a que la congregación tiene como modelo que cada uno de sus líderes tenga un grupo de 12 personas a cargo. Luego, tras una labor de discipulado se pretende que cada uno de esos 12 tenga otra docena a su cargo. Este modelo ha sido la causa de que esta iglesia sea una de las más grandes de Colombia y tenga presencia en buena parte del territorio nacional.
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Serían varias las veces en las que las autoridades de la iglesia han presionado a sus feligreses por votos. Incluso, según la pesquisa, la presión vendría en varios mensajes de WhatsApp. “Quiero motivarlos a que estemos trabajando con todo el corazón en la campaña política, es una tarea de hijos y discípulos, recuerden que debemos registrar en este link, la meta de cada uno es 25. Ya debimos haber empezado con nuestra familia, amigos, discípulos y allí extendernos a vecinos y demás”, reza uno de los mensajes que pudo conocer el medio periodístico que hizo la denuncia.
El registro de votantes se daría en una plataforma que supuestamente permitiría hacerle seguimiento hasta del puesto de votación de esos posibles votantes. La publicación web evidenció distintas tablas de Excel en las que estaría consignada la información de los referenciados por los líderes. Hasta el 9 de febrero, según Vorágine, serían cerca de 1.028 posibles sufragantes.
Además de tener que registrar los votantes en una plataforma virtual, también habría cartillas físicas en las que deberían consignar los datos de sus 25 posibles votos. Miembros de la iglesia también han denunciado presiones de los líderes a través de los grupos de WhatsApp para conseguir los referidos. En estos espacios también les estarían mandando de forma continúa material de la campaña de Castellanos y Sandoval.
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La denuncia periodística también da cuenta de espacios dentro de la iglesia de MCI dedicados a promocionar la campaña. Allí estarían entregando la publicidad política necesaria para la consecución de los posibles votantes.