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Germán Blanco: el presidente que unió a gobiernistas y oposición

El presidente de la Cámara de la última legislatura fue aplaudido por sus compañeros de corporación, sin importar su procedencia política. Destacaron que fue un demócrata con todas las letras.

Juan Sebastián Lombo
19 de julio de 2021 - 06:19 p. m.
Germán Blanco es el saliente presidente de la Cámara de Representantes. Lo sucederá Jennifer Arias, del Centro Democrático.
Germán Blanco es el saliente presidente de la Cámara de Representantes. Lo sucederá Jennifer Arias, del Centro Democrático.
Foto: Cortesía

En medio de la polarización actual, es muy extraño que miembros de distintas corrientes políticas concuerden en sus posiciones. Son pocos los temas en los que ocurre. Y entre esa rareza, está la visión que tienen la gran mayoría de los miembros de la Cámara sobre la presidencia del conservador Germán Blanco. Tanto en el último día de sesiones de la corporación, cuando agradecieron a Blanco su trabajo, como al ser consultados, buena parte de los representantes tienen únicamente palabras de admiración hacia la labor hecha por el saliente presidente y otros hasta se derraman en loas. Sean del Centro Democrático, de Cambio Radical, liberales, conservadores, de la Alianza Verde, de la Lista de los Decentes, la mayoría hace un balance bastante positivo de lo que hizo el representante antioqueño.

Para muchos, en los últimos tiempos, sobre todo en la presidencia del representante Carlos Cuenca, de Cambio Radical, se había presentado un desorden en el desarrollo de las sesiones y en el agendamiento de debates de control político, pero esto habría cambiado con Blanco. “Como buen conservador, manejó su principio de orden, disciplina y autoridad”, explicó un representante liberal consultado. Esto se habría traducido en mayor diligencia en los debates y unas reglas claras desde el principio. “Siendo sincero, lo más positivo es que dejó clara las reglas y las respetó. Dio intervenciones de tres minutos y solo de tres minutos. Cuando hay reglas de juego claras y las asumimos, el procedimiento se va dando”, comentó el representante David Racero, de la oposición.

En esto, representantes como César Lorduy, de Cambio Radical, añaden que el tiempo fue aprovechado al máximo. No solo se comenzaba “puntual al inicio de las sesiones y antes se aprovechaba para dejar las constancias”, sino que los debates y sesiones se extendían hasta altas horas de la madrugada. En esto concuerdan que Blanco puso en cintura a la Cámara para sesionar en plenaria más allá de los días que normalmente estaban acostumbrados, miércoles y jueves. “Programó sesiones plenarias en días en los que normalmente no se estaba acostumbrado como lunes y viernes”, comentó Lorduy, que agregó que normalmente esos días se disponían para los desplazamientos a las regiones, pero las sesiones mixtas ayudaron a que se pudiera disponer de ambos días para el debate de proyectos o control político.

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Incluso, en este tema, el representante por los colombianos del exterior, Juan David Vélez, del Centro Democrático, señaló que hubo un diálogo importante para que también se permitiera el desarrollo de plenarias sin entorpecer el trabajo en las comisiones. Este punto mencionado por Vélez incluso se llegó a evidenciar en el último sábado de plenaria, cuando ofreció terminarla con el único fin de que se pudiera reunir las Comisiones Segunda de Cámara y Senado en conjunto para poder anunciar el proyecto que le daba el visto bueno al Acuerdo de Escazú. Al final este ofrecimiento quedó sobre la mesa porque en Senado no se hizo la convocatoria para esta tarea, y el acuerdo no se pudo ratificar.

También varios celebraron el interés que tuvo esta presidencia por sacar la plenaria del Salón Elíptico y llevarla a las regiones. Esto se evidenció en la sesión que se llevó en medio del paro nacional en Cali. “Esta fue una presidencia de las regiones. Se acudió a como Cámara gracias a Blanco. Se escuchó a los ciudadanos”, expresó en este punto el representante Vélez. “Tomó la decisión de escuchar las comunidades en Cali”, añadió el representante Lorduy. Esta postura fue compartida por la representante de la Alianza Verde Katherine Miranda, que destacó “el carácter democrático que tuvo frente al paro”, que llevó hasta a abrir sesiones para escuchar a las víctimas de excesos policiales durante las movilizaciones. Sin embargo, hubo sectores que criticaron que esta postura no fue propia de Blanco, sino que se vio obligado a citarlas debido a que fue derrotado por la plenaria.

Frente a las sesiones especiales, el representante Lorduy destacó los espacios que se destinaron para sacar adelante proyectos con temáticas a favor de las comunidades étnicas y las mujeres: “Esa diferenciación fue buena porque permitió que fueran agendados a pesar de que normalmente no son atractivos”. Además, habría sido uno de los presidentes que se la jugó por darle la palabra a la mayor cantidad de sectores posibles. “Deja a todos los miembros tranquilos. Nunca se cortó la participación a nadie. Fue una buena presidencia”, comentó a este diario el conservador Armando Zabaraín, que fue uno de los que intentó en un primer momento pelearle la dignidad a Germán Blanco, pero que hoy en día es capaz de decir que su compañero de bancada hizo “una legislatura excelente”.

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Este comentario expresado por Zabaraín también fue replicado por la oposición, que también tuvo comentarios a favor del saliente presidente. “Blanco ha sido el presidente más demócrata que ha tenido la Cámara en la última década, siendo yo de la oposición tengo que reconocerlo”, expresó el representante David Racero, que pidió que “la mayoría de conservadores y de derecha tengan el talante que tuvo él para dirigir la Cámara”. Para este, la mejor forma de evaluar un presidente de una corporación no es la cantidad de proyectos realizados sino la forma como trata a los partidos minoritarios y “por mí y por la mayoría de la oposición se puede decir que fue un presidente ejemplar”.

Los miembros de la oposición consultados celebraron que Blanco “logró sacar proyectos de iniciativa parlamentaria por encima del gobierno cuando normalmente ponen primero la agenda del gobierno”, expresó la representante Katherine Miranda. A consideración de Racero, están acostumbrados a que les hagan jugaditas con sus proyectos o que los engaveten, pero con el presidente conservador no fue así. “No tengo ningún impase que decir. Los proyectos tomaron el trámite que era. La oposición lo que reclamamos que nos ganen en votaciones y eso pasó. Lo que rechazamos es cuando no se nos da la palabra o no nos den los tiempos”, agregó en este punto el miembro de la lista de los decentes.

En este punto Racero reconoció que sabían que desde el Ejecutivo se opusieron a que se realizara el debate de moción de censura contra el ministro de Defensa, Diego Molano, pero que Germán Blanco lo hizo de todos modos, sin importar que su partido es de la coalición de Gobierno. Sobre esta misma sesión, la representante Miranda hizo especial énfasis en que Blanco la hizo con todo el respeto posible, pues, a pesar de ser muy estricto con los tiempos, fue capaz de entender que no podía tener la misma rigurosidad en estos cuando la congresista del Verde se demoró más en su intervención al leer a cada una de las víctimas en el marco del paro. “Tuvo absoluto respeto con las víctimas y nos dio más tiempo al leerlos. Me pareció generoso, entendió la coyuntura”, concluyó.

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La oposición consideró que hubo también respeto por los debates de control político que citaron y que hubo acogida en ellos. Aunque esta visión no la compartieron todos. Algunos, que pidieron reserva de la identidad, criticaron que solo se tramitaron los más suaves pero los de impacto fuerte contra el Gobierno los frenaron. A esto dijeron, contrario a una amplia mayoría, que Blanco fue muy gobiernista y que se notó en este punto y en los proyectos que privilegió. En otra línea, el representante Harry González vio como uno de los lunares de esta legislatura que se siguió con la costumbre de un solo día a la semana de control político cuando la situación ameritaba que se llevaron a cabo más debates de este tipo.

A pesar de los muchos elementos que destacó la representante Katherine Miranda, esta llegó a cuestionar que Germán Blanco no se la jugó por la presencialidad, cuando buena parte del país ya se había reactivado y muchos de los representantes ya se habían vacunado o lo iban a hacer pronto. Otros cuestionaron que a la Cámara regresó la costumbre de las condecoraciones que quitaban tiempo y que eran un acto de mera ritualidad. Incluso, llegaron a decir que en ese intento de rescatar esta “solemnidad conservadora” Blanco consiguió que lo condecoraran y hasta puso una placa para que figurara su nombre. En cambio, para el representante César Lorduy, se debía aplaudir ese regreso de lo solemne al salón elíptico, que incluyó comenzar nuevamente las sesiones con el himno nacional.

A decir verdad, son pocas las objeciones que presentaron en contra del presidente Blanco. Las orillas políticas diferentes, tanto gobiernistas como oposición, reconocieron su trabajo y hasta llegaron a decir que era una presidencia ejemplar a la que debían seguir como ejemplo los que ocupen este cargo de aquí en adelante. En este punto, varios de la oposición hicieron énfasis puesto que tienen temor de que la próxima presidenta, Jennifer Arias (Centro Democrático), tenga un carácter alejado al talante democrático de Blanco, como ya lo habría demostrado en una sesión que dirigió ante la falta de la mesa directiva.

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