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‘La celebración religiosa no es la que dispara el pico’: padre Bustamante

El director del departamento de doctrina y ecumenismo de la Conferencia Episcopal habló de los protocolos que deben cumplir a la hora de la celebración de las ceremonias en esta Semana Santa y cómo han penetrado al mundo digital.

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Natalia Tamayo Gaviria
03 de abril de 2021 - 09:15 p. m.
Padre Jorge Bustamante.
Padre Jorge Bustamante.
Foto: Cortesía
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El Espectador habló con el padre Jorge Bustamante, director del departamento de doctrina y ecumenismo de la Conferencia Episcopal, sobre la celebración de la Semana Santa en una nueva normalidad, de la que la Iglesia ha tenido que aprender a manejar las redes sociales con fines de formación y celebración de las eucaristías.

¿Cuál es el mensaje para la Semana Santa?

En el contexto de la pandemia, es un mensaje de salvación que redescubre toda la dimensión de la dignidad de la persona humana, de cuidar el ser humano, de ayudarlo. Y también en la situación actual se ha puesto al día toda la cuestión de la dimensión del cuidado de la casa común, de valorar la creación.

El año pasado como Iglesia no pudieron celebrar una Semana Santa con presencialidad, este año se ampliaron esas restricciones, ¿cómo se prepararon para esta ocasión, que aunque los reúne, sabemos que no habrá el mismo número de personas que normalmente vemos en las ceremonias?

La preparación ha sido remota e inmediata, y con miras a volver a la presencialidad de acuerdo con lo que nos permiten las normas de bioseguridad y las circunstancias actuales, redescubriendo los significados y el sentido de lo que celebramos. Lo que estamos proponiendo es poder tener una participación de fieles, no para volver a como era antes, sino redescubriendo el valor, la profundidad del gesto que se realiza, la celebración que se realiza. También nos hemos preparado para transmitir las diferentes ceremonias a través de las redes sociales y los medios de comunicación, pues un altísimo porcentaje del pueblo católico tendrá que hacerlo a través de la virtualidad. La invitación es a que no sea solamente sentarnos frente a un determinado medio electrónico y ver una transmisión tipo película, sino que realmente sea un encuentro espiritual con el señor.

También, la Conferencia se ha preparado y ha estado ofreciendo unos subsidios de oración en casa, porque también entendemos que en muchas regiones del país no hay conectividad, no hay presencialidad. Estos subsidios se han entregado a lo largo de la 78 jurisdicciones en Colombia, para llegar a las veredas más alejadas y que las familias se reúnan en casa, tengan material para hacer la oración y tener un encuentro con la palabra.

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¿Estos subsidios fueron entregados solo en el marco de Semana Santa o se han entregado a lo largo de la pandemia?

Se han estado entregando durante toda la pandemia, son subsidios por ejemplo de celebraciones dominicales en familia, porque la gente no puede ir a la eucaristía. El gran porcentaje de fieles ha estado conectado en la virtualidad y a través de estos subsidios que se han ofrecido, de los que las jurisdicciones los imprimen y entregan a quien más lo necesitan.

¿Cómo les ha ido con la transición a la digitalidad en un 100%?

La Iglesia desde hace muchos años vienen utilizando los medios de comunicación, pero nuestro uso era más sobre noticias, cubrir un evento, no tanto para la celebración y vivencia de la fe. Es decir, era más informativo, que formativo. Esta nueva realidad nos llevó a usarlos también para la parte celebrativa, para el encuentro. Las parroquias y diócesis han hecho un buen uso, y la gente tiene una multiplicidad de oferta, porque ahora tienen la opción de escuchar a un obispo que no era de su jurisdicción a través de Facebook, por poner un ejemplo. La digitalidad nos ha permitido conservar una presencialidad activa y continuar con nuestro proceso evangelizador.

Esta realidad, por supuesto, se ha convertido en un desafío porque no todas las parroquias y las estructuras eclesiales estaban preparadas para un uso de los medios de comunicación, no tenían todo el andamiaje electrónico y sistemático para hacerlo, ni tampoco la experticia. Ha sido una escuela para nuestras comunidades. En este proceso también nos han ayudado las universidades con diplomados virtuales sobre el manejo de todas estas dimensiones en la evangelización de los medios de comunicación. Creo que hemos aprovechado el tiempo de la pandemia, del confinamiento, del aislamiento para hacer este aprendizaje en otros campos.

¿Cómo han hecho para las confesiones?

Se han hecho distintas acciones de acuerdo con la realidad local de los contagios. Por ejemplo, en una ciudad alrededor de 20 sacerdotes se pusieron de acuerdo e iban un día de la semana a una parroquia para confesar, entonces eso permite que no haya tanto aforo de personas, porque se pide que reserven una hora y así evitar las filas.

En otros lugares donde el sacerdote no puede contar con un gran equipo, lo que se ha hecho es fijar días de confesión, con citas y así se evitaban las aglomeraciones. Esto nos ha ido exigiendo un poco de organización de parte de nosotros y los fieles.

¿Cómo les fue en el domingo de ramos con esta nueva normalidad y más porque se habla que en Semana Santa se puede disparar el tercer pico del COVID-19?

Ahí hay dos distinciones. Uno, las celebraciones, los fieles y nuestras comunidades eclesiales. Uno percibe que son comunidades muy organizadas, muy seguidoras de la norma. Como Iglesia católica no hemos tenido ningún registro de situaciones de aglomeraciones en una parroquia, santuario u otro lugar. Cumplimos con el aforo, el distanciamiento, el uso del tapabocas y la desinfección.

De tal forma que a veces la expresión que la Semana Santa puede disparar el pico es una frase a la ligera, porque daría a entender que es el concepto religioso. Ciertamente no es el concepto religioso, sino las personas que aprovechan este tiempo para otras actividades, como el descanso y superar el estrés, y eso puede disparar el pico. Yo me encuentro de misión, ayer hice tres eucaristía, en cada una asistieron un promedio de 70 personas, todas con el distanciamiento, pero en la noche, cerca al lugar, había una fiesta donde había más de 300 personas. Por eso insisto, no es la celebración religiosa la que podría disparar el pico, sino otros aspectos.

*Nota del editor: esta entrevista se realizó el pasado lunes santo, cuando aún no se declararon medidas adicionales y especiales en departamentos como Antioquia y La Guajira por el aumento de casos de coronavirus.

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