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Lo que muestran las cifras
Según el DANE, en el primer trimestre de 2025 el PIB creció 2,7 % frente al mismo periodo del año anterior (dato corregido por estacionalidad).
La variación respecto del último trimestre de 2024 fue de 0,8 %, cifra modesta pero coherente con el patrón histórico: el cierre de año suele ser de mayor crecimiento.
La variación anualizada (últimos doce meses) fue de 2,2 %, el dato más alto desde mediados de 2023.
En valores constantes, el PIB trimestral ascendió a 253 billones de pesos, ligeramente por encima del rango observado durante 2024 (entre 247 y 251 billones).
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Sectores líderes
Cuatro sectores explicaron el 88 % del crecimiento:
- Comercio, transporte, alojamiento y restaurantes: crecieron 4,7 % y aportaron 0,81 puntos porcentuales al crecimiento del PIB (30 % del total).
- Entretenimiento y recreación: crecieron 15,4 %, con un aporte de 0,72 puntos (24 %).
- Administración pública, salud y servicios sociales: crecieron 3,6 %, aportando 0,57 puntos (21 %).
- Sector agropecuario: creció 13 %, con un aporte de 0,37 puntos (13 %).
Estos mismos sectores habían liderado el crecimiento en 2024, aunque en orden diferente. El buen desempeño de servicios financieros, actividades inmobiliarias, comunicaciones y servicios profesionales compensó la caída de sectores clave como minas, construcción, industria y servicios públicos.
Las alertas: industria, minería y construcción
Preocupa el estancamiento de las industrias manufactureras, que acumulan siete trimestres consecutivos de caída interanual. Aunque la contracción ha sido menos profunda en 2025, el sector no logra recuperar su dinamismo.
La explotación de minas y canteras disminuyó 5,7 % en los últimos doce meses, con cuatro trimestres consecutivos de variación negativa. Dada su importancia para las exportaciones y la inversión extranjera, esta tendencia debería preocupar más de lo que se reconoce.
La construcción, por su parte, disminuyó 3,1 % respecto del primer trimestre de 2024. Sin embargo, en la medición interanual completa tuvo un leve repunte de 0,73 %, que puede ser clave para el empleo.
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El campo y la cultura empujan
En contraste, el sector agropecuario completa ocho trimestres de crecimiento sostenido. El aumento de las exportaciones de café —impulsadas por precios internacionales favorables— ha contribuido al buen resultado, así como la estabilidad en cultivos y actividades pecuarias.
El rubro de entretenimiento y recreación también repuntó con fuerza: su crecimiento anual pasó del 8,2 % en 2024 al 10,5 % entre el segundo trimestre de 2024 y el primero de 2025, reflejando el auge de conciertos, eventos deportivos y turismo asociado.
En esa misma línea, el comercio y sus actividades conexas completaron dos trimestres consecutivos de recuperación, pasando de 1,4 % en 2024 a 3,1 % en el primer trimestre de 2025.
Disminuye el gasto publico
El sector de administración pública, defensa, seguridad social, educación y servicios sociales, que en 2024 había sido el principal impulsor del crecimiento (con 37,6 % de la variación anual), ahora se desacelera: su crecimiento fue de 2,87 % anual en el primer trimestre de 2025.
Esto se explica en buena parte por la ejecución presupuestal del gobierno nacional, condicionada por un déficit fiscal creciente y una menor dinámica del recaudo tributario.
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¿Recuperación o estancamiento?
En conjunto, la economía colombiana se recupera lentamente, con señales mixtas. El sector agropecuario mantiene su dinamismo, pero los sectores intensivos en empleo como la industria y la construcción siguen cayendo. Las actividades artísticas y culturales han cobrado protagonismo, apoyadas por la expansión del turismo y la demanda interna.
Entretanto, el gasto público pierde tracción, aunque su impacto es compensado por el crecimiento del sector financiero, inmobiliario, de comunicaciones y de servicios profesionales.
El patrón sectorial que se consolida no es el más deseable para una recuperación robusta del empleo.
*Investigador del Área de Economía, Política y Sociedad, Facultad de Economía, Empresa y Desarrollo Sostenible de la Universidad de La Salle, Bogotá. Las opiniones expresadas son exclusivas del autor.
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Por Álvaro Pulido Castrillón*
