La mala hora del Centro Democrático: ¿hacia dónde va el uribismo?
Dominó la política nacional durante los últimos 20 años y se diluyó este año. Desde ya buscan cómo resurgir, pero hay divisiones frente a varios temas como sus posiciones y el papel del expresidente Álvaro Uribe.
El uribismo no pasa sus mejores horas. Al Centro Democrático (CD) también lo golpeó la crisis de los grandes partidos, por el hastío de los ciudadanos con la clase política tradicional, que se reflejó en los tres procesos electorales de este año. La elección de Gustavo Petro como presidente fue la última punzada a la colectividad, teniendo en cuenta que el líder del Pacto Histórico fue, en las últimas dos décadas, uno de los mayores contradictores del expresidente Álvaro Uribe, en cuya figura se fundamentó el CD.
Gracias por ser nuestro usuario. Apreciado lector, te invitamos a suscribirte a uno de nuestros planes para continuar disfrutando de este contenido exclusivo.El Espectador, el valor de la información.
El uribismo no pasa sus mejores horas. Al Centro Democrático (CD) también lo golpeó la crisis de los grandes partidos, por el hastío de los ciudadanos con la clase política tradicional, que se reflejó en los tres procesos electorales de este año. La elección de Gustavo Petro como presidente fue la última punzada a la colectividad, teniendo en cuenta que el líder del Pacto Histórico fue, en las últimas dos décadas, uno de los mayores contradictores del expresidente Álvaro Uribe, en cuya figura se fundamentó el CD.
De nuevo en la oposición, como entre 2014 y 2018, el uribismo buscará resurgir en un escenario complejo, porque la figura de Uribe ya no está tan presente. Tras pasar casi por la afrenta de cederle el poder a Petro, tendrán que buscar cómo reconectar con la ciudadanía, mientras el zumbido de una paradoja empieza a escucharse cada vez con más fuerza: consolidar un posuribismo.
>Lea más sobre lo que dejaron las elecciones y otras noticias del mundo político
Algunos miembros del partido dicen que no, pero el uribismo perdió más de lo que ganó en estas elecciones. Fue el antónimo de lo que dice la mitología griega sobre el rey Midas, y todas las candidaturas con aura uribista tuvieron resultados adversos a hace cuatro u ocho años. Los primeros disgustos se dieron durante la elección de su candidato presidencial para 2022. Se hizo mediante una encuesta, cuyos resultados se cuestionaron en el interior del propio partido y, para colmo, el aspirante electo, Óscar Iván Zuluaga, renunció después de que Federico Gutiérrez arrasara en la consulta del Equipo por Colombia (2,1 millones de votos).
Ese mismo día, en las legislativas, el CD perdió unos 1,3 millones de votos entre Cámara y Senado, así que tendrá menos curules para el próximo período. Y volviendo a las presidenciales, la mayoría del uribismo decidió apoyar a Gutiérrez, quien no logró pasar a segunda vuelta. En la etapa final del proceso, varias figuras se subieron al bus de Rodolfo Hernández, así este dijera que el uribismo “estaba muerto”, una muestra de hasta dónde estaban dispuestos a llegar para evitar la elección de Petro.
>LEA: Centro Democrático le responde a los señalamientos de Rodolfo Hernández
Las causas de la debacle son varias y las explican los propios uribistas. Un sector siente que, a pesar de ser partido de gobierno en este cuatrienio, el presidente Iván Duque no gobernó con sus tesis. “Le dio la espalda. Es la única experiencia en que el partido de gobierno no gobierna”, resume la senadora María Fernanda Cabal, una de las voces más férreas del uribismo.
El protagonismo también se menguó, dicen, por una suerte de campaña de sus contradictores en contra de la figura de Uribe. Para la representante Margarita Restrepo, el “gran error” fue haberse dejado amedrentar por lo ocurrido durante las jornadas de paro entre 2019 y 2021, en la que se generaron muchos “mensajes en contra de Uribe”. “Se dio toda una propaganda en los últimos 12 años para destruirle su imagen y judicializarlo”, va más allá Cabal. Además, hubo “falta de unidad, de disciplina y el discurso del partido se empezó a atomizar”, según el senador Ciro Ramírez.
Voces más optimistas, como las del senador electo Alirio Barrera, consideran que el partido no fue el gran perdedor del domingo, pues estuvieron al margen porque no participaron en las presidenciales con candidato propio, mientras que otros le achacan la caída en la imagen a Iván Duque, algunos por su gestión y otros porque le tocó enfrentar la pandemia. Y desde el sector más intransigente dicen, off the record, que en realidad el problema fue tener una “bancada tan floja”, con una voz muy liviana en el Congreso y en las decisiones de partido. “No construimos todos. Siempre esperan a lo que Uribe diga. ¿Será que no tienen criterio?”, cuestionan. En lo que todos los sectores del uribismo coinciden es en que fallaron en no comunicar mejor la gestión del Duque y de la bancada en el Capitolio.
>OPINIÓN: En Hernández reencarna el uribismo
Los tropiezos indican que es hora de reestructurarse. Eso lo saben en la colectividad y desde ya trabajan en estrategias para cobrar de nuevo vigencia en un panorama político en el que se impusieron las ideas de centro-izquierda, muy distantes a las del CD. No obstante, en el papel del expresidente Uribe y en las posiciones que tomarán para esta nueva etapa es donde radican las grandes diferencias.
“Pasan las elecciones y empiezan los sesgos de independencia. Debería haber transparencia y decir que quieren traicionar a Uribe. No puede ser que lo utilicen para elegirse y luego lo quieran hacer a un lado”, señala Édward Rodríguez. El representante, quien cree que tienen que hacer una catarsis para definir si el partido “seguirá con ese radicalismo o se gana el corazón del ciudadano”, no duda en afirmar que en el CD “se está creando algo como el VOX cabalístico”, en referencia a Cabal.
>LEA: Mapa electoral: así fue la votación por Petro y Hernández en el país
“Ojalá”, responde ante eso la senadora. “Ojalá hubiera un movimiento dentro del CD con esa estatura para enfrentar a quienes terminan subvirtiendo el orden”. Sin embargo, de acuerdo con Cabal, en este momento el partido tiene todas las posibilidades para resurgir y eso dependerá de que la oposición que hagan “esté a la altura de los adversarios a enfrentar, para que tengamos la posibilidad de reconquistar a la gente”.
La situación es compleja. Algunos guardan casi solemnidad a la figura de Uribe. “Un uribismo sin Uribe es una pendejada. Por respeto no solo a la figura que representa y lo que ha hecho por el país, le debemos respeto y lealtad a la persona que inició este camino”, resume Alirio Barrera, mientras que el representante Andrés Forero considera “casi imposible desligarse de esa imagen” en la tarea de reconexión con la gente. “Nadie ha planteado que haya un posuribismo. Hay partidos de centro-derecha que sienten que tienen que hacer su ejercicio por fuera del CD”, concluye.
La gran mayoría del CD considera que los comentarios que se han hecho sobre la necesidad de desligarse de Uribe son ajenos a personas del partido. Lo claro es que el uribismo está en reconstrucción, por lo que la próxima semana se reunirán para conversar sobre esta nueva etapa.