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“La paz total será difícil si no se fortalece la institucionalidad”: Andrés Guerra

El senador antioqueño del Centro Democrático reconoce que Gustavo Petro ha demostrado inteligencia y madurez y ratifica la oposición “reflexiva” de su partido al nuevo gobierno.

William Acero Arango / ESPECILA PARA EL ESPECTADOR
10 de agosto de 2022 - 01:00 a. m.
El senador Andrés Guerra Hoyos hace parte de la Comisión Quinta.
El senador Andrés Guerra Hoyos hace parte de la Comisión Quinta.
Foto: Archivo particular

El Centro Democrático ratificó su postura de ser partido de oposición al nuevo gobierno de Gustavo Petro. Será, dicen, una oposición reflexiva y propositiva, respaldando los proyectos que crean le convienen al país y rechazando los que consideren negativos.

Sin embargo, es claro que al interior del uribismo hay diferentes vertientes, unas más radicales y otras más moderadas, como la del senador antioqueño Andrés Guerra Hoyos, quien en entrevista para el programa “La hora de Acero”, de Telecafé, fija su postura frente algunas de las propuestas claves del nuevo presidente y se muestra partidario de trabajar en algunos temas que necesita el país. Con voz crítica asegura también que lo que se ve hasta ahora es un gobierno de Juan Manuel Santos 2.0, reconociendo, eso sí, la inteligencia del primer mandatario para mover sus fichas.

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¿Qué piensa del gobierno de Gustavo Petro que recién arranca y cómo ve el ambiente en el Congreso?

Tengo que ser muy franco: me gusta lo que estoy viendo en el Congreso. Creo que Gustavo Petro ha sido muy inteligente, le sirvió mucho la experiencia en la Alcaldía de Bogotá y aprendió de los errores que cometió en los dos primeros años. Hoy no los está cometiendo y sabe que necesita de la clase política, principalmente en el Capitolio, para poder hacer las reformas que está buscando, como la tributaria, la agraria, la de la Policía y otras que se vienen en camino. Ha mostrado mucha inteligencia y madurez.

¿Cómo vio los nombramientos de los nuevo ministros?

Hay que decirlo claramente, nosotros somos una oposición democrática y la vamos a ejercer cuatro años, pero será una oposición juiciosa, fina, concreta, clara e inteligente. No vamos a incendiar al país, vamos a aportar y a tratar temas que se requieren y, donde no, pues no vamos a estar. Pero creo que los ministros que ha nombrado demuestran experiencia, conocimiento, aunque lo veo como una especie de gobierno de Juan Manuel Santos 2.0.

Entre las reformas claves que se anuncian está la agraria, que va a generar polémica. No hay textos, pero hablando en hipotético, ¿usted la votaría a favor?

La discusión no es si se requiere o no. Desde 1967 no hay una reforma agraria a fondo en el país, por lo que es necesaria. Lo que tenemos es que evaluarla y estudiarla. Necesitamos más ese país rural y agrícola, yo soy un convencido de eso y lo he debatido mucho en mi región. Ahora, en lo nacional, hay que evaluar para dónde va la parte productiva, que es tema de una política pública integral, que el Estado llegue al campo. Creo que lo agrario tiene que ser una hoja de ruta para Colombia en los próximos 20 años, pero los veo muy románticos y hay unas grandes diferencias. Por ejemplo, los indígenas no son los mismos que tenemos hoy a los que teníamos hace 40 años en mi pueblo, Peque. Muchos de ellos son terratenientes, tienen más de 200 mil hectáreas, de las cuales el 20% son productivas. El país está hablando de una reforma agraria, ¿por qué no comenzamos por ese lado?

El presidente Petro propone que la Policía salga del Ministerio de Defensa y pase al del Interior, ¿a usted le gusta?

No, creo que el monopolio de la fuerza debe tener un ministerio definido y ese debe ser el de Defensa, donde se define a la Policía como de seguridad ciudadana y el Ejército como de seguridad nacional. Así se tiene la condición de concentrar las fuerzas, que es un principio básico de la democracia. No me gusta que se diversifique la fuerza del Estado.

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También se plantea una reforma a la salud, tocando las EPS, que se han convertido en un dolor de cabeza para los usuarios…

La evolución de las EPS es una discusión que se ha dado en los últimos 20 años. En 2023 estaremos cumpliendo los primeros 30 años de la Ley 100, que lo que buscaba era mayores contribuyentes, y pasamos de un 30% que podían tener salud en Colombia al 99%. Hay dificultades, quizás debamos evaluar la tercerización pero, por ejemplo, el gobierno de Iván Duque, a pesar de que no fui gobiernista, hizo una gran labor para frenar ese proceso de la tercerización. Esa propuesta que está rodando, de pasar nuevamente de lo privado a lo público, sería un retroceso total de nuestra salud. Lo que tenemos es que mirar las cosas bondadosas de la salud colombiana. Acabamos de pasar una pandemia y se respondió bien. Pero tenemos muchos reparos, por ejemplo, no puede ser que un gerente de un hospital gane más que un alcalde y tenga toda clase de beneficios.

¿Hay más negocio que atención en salud?

En muchos casos sí, sobre todo en algunos municipios. Es increíble que un gerente de un hospital sea más importante que el propio alcalde y eso se da porque detrás de él hay un tema de contratación, de burocracia. Tenemos más abogados que médicos en muchos de los hospitales, pero el presidente Petro tiene que entender que la mezcla entre lo público y lo privado es necesario y vital para entregar una buena atención en salud.

Otro tema clave que ya se aborda es la posibilidad de diálogos regionales con los grupos ilegales, en busca de una paz total, y Antioquia es uno de los departamentos más complicados en el orden público, ¿qué piensa?

Eso de paz total me parece que es un titular, que es lo que saben hacer muy bien, con mucha fuerza, pero creo que el país tiene hoy unas carencias en sus regiones, como Antioquia, que tienen que ver con las economías ilegales. Hay un gigante detrás de todo esto, el narcotráfico, que no hemos solucionado en gran parte de la nación pero, además, no le hemos hablado al mundo claramente hacia dónde va el negocio.

¿Y para dónde va? El 98% de la cocaína que se consume en el mundo sale de Colombia para el mundo, ¿no cree que hay que hablar de responsabilidad compartida y buscar una solución de fondo?

Alguna vez dije son sarcasmo que el narcotráfico era un trabajo hermoso para los campesinos y se me vinieron encima, dijeron que yo estaba en contra de Bancolombia y de las grandes empresas, cosa que no era, ni es así. El tema es que el campesino tiene hoy más claridad sobre el narcotráfico y sus cultivos como producto para vivir y el Estado no llega a esas zonas donde hay cultivos ilícitos. ¿El Estado colombiano como le garantiza a ese campesino la cosecha y la salida de su vereda de alimentos como el cacao, la piña, el maíz? Primero tendría que organizar las vías terciarias, la compra de los productos, los insumos para su cultivo y tantas otras cosas. Eso no se hace. Se habla de paz total y me pregunto en qué parte del rompecabezas vamos a comenzar. ¿Con las bandas criminales, cuál es la teoría o la razón para convencer a gente que hoy se gana millones de dólares para que deje el negocio? Es que es uno de los más lucrativos del mundo, después de la pandemia estos tipos se han expandido y su negocio esta disparado, mire como se está multiplicando el precio de la cocaína en el mundo. En Tarazá, un kilo de cocaína vale US $1.000 y en el Golfo de Morrosquillo cuesta US $12.000, y si va para Centro América tiene otro valor, lo mismo que si llega a Estados Unidos, Europa, Asia, Australia o Rusia. Es el negocio más rentable del mundo. Por eso digo que lo de la paz total hay que verlo y si el presidente Petro y su ministro de Defensa no fortalecen la institucionalidad, será muy difícil.

¿Está de acuerdo con que se reinicien los diálogos con el Eln?

El país está esperando toda la franqueza en los diálogos y lo que no se puede aceptar es que hoy 36 policías estén muertos. Lo que están haciendo es presionar al Estado, al gobierno entrante, para que lleguen a la negociación. Dicen que es el Clan del Golfo, pero el Eln simplemente cambia de brazaletes. Si usted mira en el proceso de las Farc, donde había narcotráfico, allí llegaron el Eln y otros actores ilegales.

O sea, el Estado no copó esos espacios que dejaron las Farc tras la desmovilización…

En algunas partes sí llego, pero lo que más le cuesta a un país, y la academia lo sabe, es el tema de la implementación. Implementar un acuerdo de paz en un país tan extenso como Colombia cuesta mucho y más aún la lucha es contra el monstruo del narcotráfico. Volvemos a lo mismo: lo que necesitamos es que de verdad se pueda sentar al Eln a dialogar, pero sobre verdades, realidades, sin mentiras para los colombianos. Ya muchos jefes guerrilleros están en el Congreso, ¿usted cree que me disgusta encontrármelos en el Capitolio? No, están conmigo en la Comisión Quinta, este es un proceso que está viviendo el país y lo tenemos que respetar. Lo que pasa es que en la madurez del país político, tenemos que ayudar en esos procesos. Ojalá el Eln le cumpla a Petro y al país.

Usted es uno de los alfiles del expresidente Alvaro Uribe, ¿cuándo hablo con él y como lo vio?

Hace algunos días nos reunimos y le pedimos que fuera el jefe de la oposición.

¿Lo ve tranquilo?

Sí, muy tranquilo. Nos dijo: “no vamos a incendiar el país”. Esa es la primera línea, quiere que se haga una oposición, pero no igual a la de Santos, tiene que ser una oposición más inteligente, con más tranquilidad. La orden es que dejemos que el presidente Petro avance y después tendremos momentos para la discusión.

Muchos recuerdan episodios como cuando Uribe llamó a Petro “sicario”, y recientemente se les ve reunidos buscando consensos, ¿cómo se vio eso en el Centro Democrático?

Inteligente, Petro es inteligente. Entiende que debe hacer un llamado a la unidad, el bálsamo de la victoria golpea muy bien, era el momento para acercarse al hombre que más dificultad le ha generado en su vida política, no solo a él sino a la izquierda. Fue un mensaje de madurez al país.

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Usted es heredero de una familia política, su padre y su hermano fueron congresistas, ¿cómo se siente en su labor?

Sigo con el sueño más grande de mi vida, que es ser gobernador de los antioqueños. Antioquia me prestó para estar en este servicio público colectivo desde el Senado. Con mi padre nunca estuve en el Capitolio, estaba aún en la falda de mi madre. Con mi hermano, Bernardo, era el gobierno de Álvaro Uribe y él era oposición en el Partido Liberal. Hoy llego con mucha madurez. Esto no es fácil, cuando usted llega a una plenaria del Senado y ve gente como Humberto de La Calle, David Luna, Fincho Cepeda, Iván Cepeda y tanto otros tigres, se pregunta si será capaz. Esto nos pasa a todos, allí es donde aparece el humano.

Por William Acero Arango / ESPECILA PARA EL ESPECTADOR

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