La recaptura de Aida Merlano y el impacto político-judicial de su posible regreso
La fuga de Merlano significó un alivio para varios sectores políticos. Ahora, con su recaptura se abre nuevamente la posibilidad de conocer cómo funcionó el aparato de corrupción electoral que la llevó al Congreso de la República.
Germán Gómez Polo - Twitter: @TresEnMil - ggomezp@elespectador.com
Todavía es incierto el futuro que tendrá la recaptura de la excongresista Aida Merlano Rebolledo por parte de las autoridades venezolanas, luego de que se fugara en una absurda y cinematográfica escena el pasado 1° de octubre, cuando asistía a una cita odontológica en el norte de Bogotá. Una vez enterado de su aprehensión, el Ministerio de Justicia anunció que “cuando el juez competente solicite la extradición, el Gobierno Nacional hará la solicitud ante el legítimo gobierno de Venezuela, en cabeza de Juan Guaidó”. Eso abrió interrogantes, teniendo en cuenta que, si bien el líder opositor cuenta con un respaldo internacional, ese apoyo termina siendo inocuo porque el poder aún lo ostenta Nicolás Maduro.
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Todavía es incierto el futuro que tendrá la recaptura de la excongresista Aida Merlano Rebolledo por parte de las autoridades venezolanas, luego de que se fugara en una absurda y cinematográfica escena el pasado 1° de octubre, cuando asistía a una cita odontológica en el norte de Bogotá. Una vez enterado de su aprehensión, el Ministerio de Justicia anunció que “cuando el juez competente solicite la extradición, el Gobierno Nacional hará la solicitud ante el legítimo gobierno de Venezuela, en cabeza de Juan Guaidó”. Eso abrió interrogantes, teniendo en cuenta que, si bien el líder opositor cuenta con un respaldo internacional, ese apoyo termina siendo inocuo porque el poder aún lo ostenta Nicolás Maduro.
Sin embargo, ese es un asunto que se deberá intentar solucionar desde las instancias diplomáticas. Lo que no se puede desconocer es que la recaptura de la fugada excongresista, quien pagaba una condena de 15 años de prisión por haber sido hallada responsable por los delitos de corrupción al sufragante agravado, fabricación, tráfico o porte ilegal de armas de fuego, significa que regresa la posibilidad de que avancen las investigaciones y se conozca en detalle cómo funcionaba la corrupción electoral en el Caribe, específicamente en Barranquilla, en donde funcionó el aparato ilegal que llevó a Merlano Rebolledo hasta el Congreso de la República.
El asunto no es de poca monta, pues tras el fallo que la envió tras las rejas, la Corte Suprema de Justicia ordenó la investigar a 17 personas, entre ellos varios congresistas como Laureano Augusto Acuña Díaz, senador conservador, y Arturo Char Chaljub, senador de Cambio Radical, hermano del exalcalde de Barranquilla, Alejandro Char, y quien acaba de ser postulado por su partido, nada más y nada menos, para ser el próximo presidente del Senado de la República. Además, las indagaciones que hace el alto tribunal también involucran al empresario Julio Gerlein, hermano del excongresista Roberto Gerlein.
Aún falta por tantear cuál es el impacto que puede tener el regreso de Merlano al país y la continuación de las investigaciones, teniendo en cuenta que a su alrededor hay figuras de mucho peso político. Por otro lado, Julio Gerlein se encuentra elaborando su defensa, ya que su proceso avanza y está previsto que para marzo se desarrolle la audiencia preparatoria de juicio. El poderoso empresario barranquillero es una pieza clave en todo el entramado, sobre todo por las versiones que existen en el interior de los círculos políticos de la capital del Atlántico, en donde se le atribuye ser el dueño de la “Casa Blanca”, que funcionó como sede de operaciones del corrupto plan de compra y venta de votos en las elecciones a Congreso de 2018.
Por supuesto, Gerlein ha sostenido, a través de su abogado Jaime Lombana, que no tiene nada que ver con el caso de Merlano, pero ese asunto lo tendrá que esclarecer la justicia. En ese bosque de versiones, ha jugado un papel importante Aida Victoria Merlano, hija de la excongresista, no solo por haber puesto en conocimiento de la opinión pública nacional la cercana relación que tenían su madre y el empresario, a quien trata de “papá”, sino porque durante el tiempo que Merlano Rebolledo estuvo fugada funcionó como su canal de comunicación.
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Un hecho es claro: aunque llevó a cabo se plan de fuga, Merlano Rebolledo también manifestó su intención de entregarse a las autoridades, en una carta que le envió a su hija y que fue publicada por ella el pasado 11 de diciembre, en su cuenta de Instagram. El mensaje era retador, porque la exsenadora conservadora anunciaba su disposición de colaborar con las autoridades “para esclarecer los hechos, involucrando a todos los responsables”. La única petición era tener garantías porque, a su juicio, fue condenada “a una pena por fuera de lo legal y con vulneración de mis sagrados derechos constitucionales”.
“Dentro del proceso por el cual me condenaron omitieron y/o les restaron valor a unos poderosos videos, entre otras irregularidades, donde se ve a los mismos funcionarios de policía que me hicieron el allanamiento en mi sede política sacarse de sus chaquetas las pruebas ilegales por las cuales me condenaron. Jamás el magistrado que me juzgó indagó, como era su deber, de dónde provenía ese montaje o quiénes lo pagaron o dieron esas pruebas falsas”, señaló Merlano Rebolledo en su momento. También recriminó la captura de su hija, días después de su fuga, arguyendo que hubo una vulneración de “sus derechos y la expusieron injustamente al escarnio público”.
La fuga de Merlano en octubre pasado pudo ser un alivio para varios sectores políticos. En ese momento, por ejemplo, El Espectador reseñó que al menos 21 personas podrían “respirar tranquilas” con el hecho. En esa lista había coordinadores de su campaña al Senado, que tenían la misión de conseguir los votos para ella y para el candidato a la Cámara de Representantes, Adalberto Llinás, primo de Carlos Rojano, segundo esposo de la excongresista y fue quien la llevó a relacionarse con los Gerlein.
Se cuentan allí, además de Llinás, Margarita Ballén y Jorge Rangel, del Partido Conservador. También los entonces concejales de Barranquilla Aissar Castro y Juan Carlos Zamora; y el también concejal de Soledad Jorge Mejía, de la Alianza Verde. Los nombres continúan con Adriana Blanco, excontratista del Banco Mundial; Vicente Támara, expresidente del Concejo de Soledad y Emeterio Montes, representante conservador, familiar del parapolítico William Montes fue fórmula de Aída Merlano en Bolívar.
¿Qué podrá implicar judicialmente el regreso de Merlano a Colombia? Todo está por verse. El primer obstáculo es lograr, ante una incisiva apuesta internacional de Colombia por desconocer al gobierno de Maduro, que la excongresista sea enviada al país.