Uno de los grandes lunares de los comicios regionales de octubre pasado fue la persistente negativa de los candidatos a reportar los ingresos y gastos de sus campañas. Sin embargo, parece que, superada la fiebre electoral, muchos de ellos, o al menos los que resultaron elegidos, al fin se pusieron al día con esta obligación. Al margen de si se trató de una cuestión de voluntad o no, lo cierto es que hace menos de 10 días —el 27 de diciembre— venció el plazo para que tanto los elegidos como los quemados reportaran al portal Cuentas Claras los detalles de cómo se financiaron, so pena de enfrentar sanciones que pueden escalar hasta lo penal.
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(Para contexto: Financiación: ríos de plata desconocida y peligrosa)
Con la prórroga cumplida y en un ejercicio orientado a la transparencia, El Espectador revisó uno a uno los reportes de los 32 gobernadores y los 32 alcaldes de las ciudades capitales que acaban de tomar posesión de sus cargos. Aunque se corrobora que la gran mayoría se tomó el asunto en serio, el análisis permite evidenciar quiénes fueron los mandatarios que más gastaron, los que más ingresos tuvieron, los menos juiciosos con las cuentas a lo largo del proceso o quiénes aún tienen obligaciones por pagar.
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No son de poca monta todas estas aristas, pues, según han advertido organizaciones como Transparencia por Colombia, detrás de los reportes y de la omisión de la información se esconden hechos como la violación de los topes de campaña, financiamiento ilegal y hasta lavado de activos.
Los números gruesos
La revisión indica que los ingresos a las campañas de los actuales mandatarios departamentales sumaron $39.983 millones y los gastos ascendieron a $39.938 millones. Las cifras distan notoriamente de lo que habían reportado hasta el 30 de octubre pasado —cuando ya habían sido elegidos—, pues registraban ingresos por $27.584 millones (es decir, cerca de $12.000 millones menos) y gastos por $22.668 millones, lo que indica que hasta hace dos meses no se habían tomado el trabajo de informar pagos por más de $17.000 millones.
En el caso de los alcaldes, con corte a enero de 2020, recibieron $16.675 millones (menos de la mitad de los ingresos de los gobernadores) y tuvieron gastos por $16.787 millones. Ambas cifras también difieren de octubre, cuando reportaban ingresos por $12.469 millones y gastos por apenas $9.462 millones.
Los que más ingresos tuvieron
En cuanto a gobernadores, los que contaron con mayores recursos en campaña fueron Aníbal Gaviria, en Antioquia, con $3.409 millones; Clara Luz Roldán, en Valle del Cauca, con $3.113 millones, y Nicolás García, en Cundinamarca, con $2.852 millones. Sumados, los ingresos de los tres equivalen a casi una cuarta parte de lo que costaron las campañas del total de los gobernadores elegidos.
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Entre alcaldes, lidera Claudia López, en Bogotá, con $3.849 millones (lo que la hace la campaña con más recursos del país); Jaime Pumarejo, en Barranquilla, con $1.154 millones (casi $2.700 millones menos frente al flujo de la alcaldesa de la capital), y Carlos Ordosgoitia, en Montería, con $1.054 millones.
Los que más gastaron
Ateniéndose al balance que debe haber en cuanto al dinero que ingresa y el que se gasta, por supuesto, los gobernadores que más gastaron fueron también Gaviria, Roldan y García, con las mismas cifras de ingresos. No obstante, llama la atención lo que desembolsaron. Solo el gobernador de Antioquia gastó casi $1.600 millones en propaganda electoral, rubro que en el caso de la mandataria del Valle ascendió a $1.929 millones, más de la mitad de lo que gastó en total.
(Conozca: Solo el 3% de candidatos a las elecciones de octubre han registrado gastos de campaña)
Las campañas más baratas
La del gobernador de Amazonas, Jesús Cedeño, fue la campaña más barata, pues gastó solo $164’866.000, es decir, 20 veces menos que Aníbal Gaviria. Respecto a alcaldías, la menos costosa fue la de Jaír Esteban Beltrán, en Puerto Carreño, quien tuvo gastos por apenas $35’312.800 a lo largo de la contienda.
Con obligaciones por pagar
Si bien hay gobernadores que tienen balance en sus cuentas, hay otros que aún posesionados tienen cuantiosas obligaciones por pagar. Es el caso de Aníbal Gaviria, en Antioquia, que debe $2.500 millones, casi una tercera parte de lo que costó su campaña.
Sin embargo, hay casos más llamativos, como el del gobernador de Santander, Mauricio Aguilar, que, aunque tuvo ingresos por $1.539 millones, hoy tiene obligaciones por $1.511 millones (el 98 % de esos ingresos). Similar situación a la del gobernador de Sucre, Héctor Olimpo Espinosa, que debe $995 millones, cuando los ingresos fueron de $1.210 millones.
En el caso de alcaldes, los que tienen más obligaciones son Claudia López, con $2.324 millones (el 62 % de lo que recibió), y Jaime Pumarejo, en Barraquilla, con $660 millones.
Los menos juiciosos
Entre los mandatarios más indisciplinados a la hora de llevar el reporte de sus cuentas se destaca Carlos Caicedo, gobernador de Magdalena. En octubre pasado, incluso ya elegido, llevaba un reporte de $0 en ingresos y $376 millones en gastos. Pasados dos meses, el cambio es sustancial: ambos valores escalaron, nada menos que a $1.340 millones. Caso similar al de Jesús Cedeño, en Amazonas, que registraba $0 en ingresos, y gastos por apenas $15'725.000. Ahora, los dos valores ascienden a $164.866 millones.
En el caso de alcaldías, Virna Johnson, en Santa Marta, reportó con corte al 30 de octubre ingresos por $0 y gastos por $88′630.000. Ahora, en un aumento astronómico, figura con ingresos y gastos por $1.020 millones, sin ninguna obligación por pagar.