‘La batalla por la paz’, el libro del expresidente y Nobel de Paz, Juan Manuel Santos, ha dado mucho de qué hablar. Para bien y para mal, la obra revela los momentos más íntimos, el detrás de cámaras, de un proceso que dio fin a más de 50 años de guerra interna con la ahora extinta guerrilla de las Farc.
Para leer: “La batalla por la paz": el libro de Juan Manuel Santos que levanta callos en el uribismo
Por eso, luego de dar declaraciones en medios nacionales e internacionales, y de compartir capítulos del ejemplar, Santos regresó a Bogotá para conversar con el escritor Mario Mendoza sobre las estrategias y las ideas que dieron lugar a un pacto que a todas luces parecía lejano: acabar con el conflicto y desarmar un grupo guerrillero escondido en las montañas de Colombia.
El encuentro tuvo lugar en la librería Tornamesa y fue transmitido vía streaming por su cuenta de Twitter. Así, durante las casi dos horas de conversación con el escritor colombiano, sus anotaciones abarcaron un abanico de temas que pusieron a converger la fuerza de la política y de la sociedad, cuando tiene al rojo vivo el dolor de la guerra.
Se refirió, también, al rol que jugó la política a la hora de impedir que la sociedad colombiana recibiera con los brazos abiertos los textos pactados en La Habana. El mundo conoció la historia en la que el país le dijo “no” a la paz, suceso que lo llevó también a hablar de pedagogía y su responsabilidad en los resultados del plebiscito.
Pero primero, la parte sobre política. Para Santos, el problema de esa herramienta que rige la democracia movió las fibras de los colombianos y, de alguna manera, las manipuló.
“En todo proceso de paz siempre hay bandos que quedan descontentos. Los buenos acuerdos es cuando hay descontento de lado y lado. Lo importante es encontrar el equilibrio y después, los bandos que quedaron descontentos se van dando cuenta que esta era la mejor solución. Pero toma tiempo. Y va a tomar tiempo en Colombia porque acá hay un componente nocivo y es el político, los que aprovechan políticamente las emociones de la gente. La política se ha vuelto una manipuladora de los miedos, de colocar esos sentimientos tan negativos pero que son tan fuertes. Los que saben manipular esos miedos lo que les interesa es exacerbar y polarizar”, explicó el exmandatario.
Ahora, la pedagogía. ¿Qué faltó? El Nobel de Paz aceptó que se confió, que pensó que todos querrían la terminación del conflicto interno. Quizá por eso acotó que dejó de lado la pedagogía. “A mí me faltó muchísimo. ¿Quién iba a votar contra la paz? Subestimé la capacidad de manipular los miedos de la gente. Sí, faltó pedagogía y soy el primero en reconocer mi responsabilidad en eso. Pero, [con los resultados del plebiscito] tuvimos la oportunidad de incorporar a todos los del “no” en el acuerdo”.
Luego de su mandato y con la mirada en perspectiva sobre los aciertos y errores del proceso de paz, Santos expresó que esa guerra fue la cortina que cubrió otros problemas que aquejan al país. Sin embargo, su observación durante la conversación con Mendoza fue amplia.
Para complementar: Santos aportaría con sugerencias para "mejorar" el Acuerdo de Paz
“La guerra con las Farc escondió otros problemas de Colombia. Nosotros como colombianos estamos aprendiendo la capacidad de sentir compasión. Lo digo porque, como periodista, [en ese entonces] las masacres ya no aparecían en las noticias. Ya no estaban en la segunda o tercera página. Entonces, eso fue uno de los grandes alicientes para lograr la paz. Yo llegué a este proceso con un gran temor con las víctimas. Pensé que iban a ser las que más se iban a oponer a la justicia transicional. Pensaba que si son los que sufrieron más, van a exigir más justicia. Pues, sorpresa. Encontré exactamente lo contrario”.
Por -Redacción Política
