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Los jóvenes en la agenda del Congreso y sus percepciones

En el Legislativo hay varios proyectos que buscan responder a los reclamos en las calles que protagonizan grupos de jóvenes como los de la Primera Línea. ¿Realmente responden a ellos? ¿Se sienten identificados por la clase política?

Juan Sebastián Lombo
01 de agosto de 2021 - 02:00 a. m.
En varias ciudades del país las protestas del paro nacional han sido lideradas por jóvenes que reclaman mejor educación, salud y empleo, además de oportunidades.
En varias ciudades del país las protestas del paro nacional han sido lideradas por jóvenes que reclaman mejor educación, salud y empleo, además de oportunidades.
Foto: GUSTAVO TORRIJOS

Si hay algo en común en las movilizaciones sociales que se han desarrollado en las principales ciudades del país son los jóvenes. Sin importar si es en Cali, Popayán, Bogotá o cualquier otra ciudad, esta población ha liderado los diferentes procesos durante el paro nacional y también son la mayoría de las víctimas en los casos de abuso policial. Las jornadas de protesta, que en muchos casos cumplen tres meses de acción continua, son una muestra de que un amplio sector joven no se siente representado por el actual poder político. Y como están las cosas, los hechos de este paro y el de 2019 dejan entrever que esta población será la que marcará la pauta en las elecciones de 2022.

Video: Paro Nacional 2021: las demandas de los jóvenes que protestan en las calles

Así ha sido entendido por varios sectores políticos en el Congreso, que han comenzado a moverse con intensidad en los últimos meses para radicar y sacar adelante proyectos cuya temática central sean los jóvenes. Las propuestas son varias y apuntan a distintos enfoques, pero hay una temática que se repite en una buena parte de ellos: la participación política de los jóvenes. Al Capitolio han llegado textos desde distintas orillas, en los que se busca, por ejemplo, la llegada de los jóvenes al Legislativo o habilitar a los mayores de 16 años para que puedan votar.

La mayoría de estas propuestas fueron radicadas en mayo pasado, justo cuando el paro nacional cumplía un mes de movilizaciones ininterrumpidas. Solo una, presentada por la senadora Angélica Lozano (Alianza Verde), data de comienzos de la legislatura pasada. Todas tuvieron un mismo destino, el archivo por falta del primer debate antes del fin del período, 20 de junio. Y es que era muy difícil que un proyecto tuviera trámite en menos de un mes. Por eso muchos volvieron este 20 de julio a ser radicados. En total son cuatro propuestas que vienen de sectores tan dispares como los verdes, la U, los liberales y la lista de los Decentes.

Precisamente, sobre la iniciativa de la Alianza Verde, fue radicada en julio de 2020, cuando aún no se hablaba de un estallido social o paro nacional. Inicialmente tenía dos frentes: crear dos circunscripciones especiales en Senado para colombianos que viven en el exterior y bajar a 18 años la edad para poder aspirar a cualquiera de las dos corporaciones del Congreso. No obstante, una nueva versión, presentada tras la reciente instalación del Congreso, hace 12 días, cambia el enfoque y solo busca bajar los requisitos para llegar a la Cámara; Senado quedaría tal cual como está hoy, al tiempo que elimina la posibilidad de las curules para colombianos en el exterior. Al ser cuestionada por este cambio, Lozano dijo que hay un error, pues su intención es que la eliminación del requisito de edad sea para las dos corporaciones.

La segunda propuesta para los jóvenes es de autoría del representante David Racero, de los Decentes. Y también tiene dos frentes. El primero es muy parecido al texto de Lozano y propone que desde los 18 años se pueda aspirar al Legislativo. El segundo punto es que se habilite el voto desde los 16 años. Esta propuesta había sido radicada el 25 mayo, y Racero le confirmó a este diario que volverá a presentarla, ya que se hundió al no tener ni uno de los cuatro debates que necesita en el primer semestre de su presentación.

Lea también: Primera Línea anuncia que será un partido político. ¿Es posible?

La tercera corre por cuenta del senador liberal Horacio José Serpa y también volvió a ser radicada el pasado 20 de julio. Busca que se creen dos circunscripciones especiales en la Cámara, de carácter nacional, para que los menores de 25 años puedan aspirar a estas. La idea vino acompañada inicialmente de otro proyecto, que buscaba que los jóvenes tuvieran una representación en el Sistema Nacional de Planeación, pero este no fue radicado. Esta propuesta, contraria a las anteriores, pretende mantener los límites en el acceso tanto a Cámara y Senado, solo que busca destinar unas curules especiales para que obligatoriamente sean ocupadas por jóvenes entre los 18 y 25 años.

Entre todo este listado, la iniciativa de la representante Norma Hurtado, de la U, recoge los enfoques de las principales propuestas. En primer lugar, propone que se creen dos circunscripciones solo para jóvenes, al igual que lo plantea Serpa, pero estas serían en Senado y para personas entre los 18 y 28 años -edad tope en la comprendida como juventud por el Estado-. En segundo orden, el texto busca que tanto en Senado como en Cámara se elimine el requisito de la edad y puedan llegar las personas mayores de 18 años. Ante las varias coincidencias de los proyectos, todavía no está claro cómo actuarán las directivas de cada corporación para acumular los proyectos.

¿“Contentillo” a los jóvenes?

Eso sí, debido al enfoque y las fechas en las que fueron presentados en su mayoría, justo durante el paro nacional y a comienzos del año electoral, en el aire queda un tufillo de que se está intentando instrumentalizar el voto joven para 2022. No obstante, la mayoría de autores consultados por El Espectador comentaron que es un tema en el que vienen trabajando desde hace años. “Es la tercera vez que radicamos el proyecto. Es una casualidad que lo presentemos justo en estos momentos. En 2015 la autora principal era Claudia López, y hace un año lo presenté yo. No tiene que ver con el paro”, expresó Angélica Lozano. Una respuesta similar dio el representante Racero: “Hay una reivindicación desde tiempo atrás. Vengo trabajando ese tema desde hace muchos años”, dijo.

Solo la representante Hurtado aceptó que su propuesta viene como respuesta de las movilizaciones sociales, sobre todo a los diálogos que mantuvo en el Valle del Cauca, uno de los lugares donde el estallido social se sintió con más fuerza y departamento por el que es representante. “Fruto del diálogo posterior al estallido social, encontré una frustración de por qué elegir y no ser elegidos. Hablé con jóvenes de la Primera Línea, líderes barriales, emprendedores y siempre fue la misma pregunta. Me hablaron de la adultocracia y cuestionaron por qué los mayores creen que tienen la verdad revelada”. Y reconoció incluso que su propuesta podría tomarse como populista, al igual que cualquiera que se haga en este momento y esté cercana a los pedidos del paro.

Aunque con diferentes orígenes, los argumentos para este tipo de proyectos son muy similares entre los proponentes. “Creo que si los jóvenes pueden ir a la cárcel y son sujetos tributarios, por qué no al Congreso”, dijo Lozano, para quien el quitar la restricción de la edad no implica que obligatoriamente lleguen jóvenes al Congreso: “Actualmente hay pocos congresistas entre 30 y 35 años, y eso que pueden aspirar a estas instancias”. Para Racero su propuesta entra a solucionar una contradicción del ordenamiento colombiano, que considera que los jóvenes ya son lo suficientemente maduros para afrontar un proceso penal, pero no para elegir y ser elegidos, haciendo referencia a las dos aristas de su iniciativa.

Además, los mismos están de acuerdo con que se necesita que lleguen jóvenes al Congreso, pues quién si no ellos para apropiarse de sus agendas, que han sido históricamente desatendidas. “Merecen ser los defensores de sus propios temas y sus propios liderazgos. Salud, educación sexual, emprendimiento. Hay que brindar las garantías”, fueron las palabras de Hurtado. Otros creen que esta es una oportunidad para que el activismo en las calles pase a espacios de verdadero impacto político. Por último, salieron al paso a las dudas de la preparación con la que llegarían los jóvenes. “Creo que ello es fundamental, pero también es cierto que no el más preparado es el más correcto. Una combinación de factores”, aseveró Racero, quien considera que lo más importante en un cargo de representación es que un sector de la población se identifique con el candidato y sus ideales.

La voz de los jóvenes

Al mirar las encuestas, proyectos como los planteados podrían tener un buen recibimiento. En la tercera Gran Encuesta Nacional Sobre Jóvenes, llevada a cabo por Cifras y Conceptos, y realizada entre el 6 y 12 de mayo, la población de muchachos encuestados tiene una percepción bastante negativa del Congreso (93 % de desconfianza) y del sistema político en general. Aun así, el 87 % expresó que “votar es una forma de ayudar a transformar y solucionar los problemas del país”. Aunque estos datos podrían dar a entender que las propuestas de bajar la edad para aspirar al Congreso serían bien recibidas, ante la duda, lo mejor es que sean los jóvenes mismos los que se expresen ante ellos.

Para este fin, El Espectador consultó a jóvenes de distintos sectores políticos y sociales. Varios dieron el visto bueno a las iniciativas. Entre estos figuran dos líderes de la Primera Línea, Venus, del punto afro de resistencia en Llano Verde (Cali), y Gato, de Suba (Bogotá). El primero consideró que proyectos de este tipo son necesarios, pues en las juventudes se están “articulando nuevas posturas, con una visión moderna de la política. Se adaptan al contexto social del país, donde en los puntos de resistencia y en las movilizaciones hay una convicción de cambio que no quiere leyes y reformas de los que están en el Congreso”.

Para Gato, el cambio político debe partir desde las representaciones, pues “consideramos que esa representación política debe ser de nosotros, de las personas que han sufrido la discriminación sistemática del Gobierno”. Además, señaló que ve “viable la posibilidad de tener partidos propios, que no los instrumentalicen”. Aunque hizo la salvedad de que no tienen ninguna relación con la Primera Línea que anunció que se convertiría en partido político. En un sentido similar se expresó Venus, que concluyó que “los jóvenes estamos listos para asumir el reto del Congreso. Hay gente que está allá hace muchos años y no ha hecho nada”.

De la renovación también habló Lina Guisao, analista política que trabaja con jóvenes y forma parte de la organización El Derecho a No Obedecer. Para esta, es necesario un cambio generacional en el Legislativo, que no solo sea por edad, sino de ideas. “Los jóvenes son los que lideran las transformaciones”, expresó Guisao, aunque hizo la salvedad de que su llegada al Congreso no implicará necesariamente un cambio, porque hay algunos con pensamientos “muy politiqueros y tradicionales”. También consideró que sería interesante ver a los jóvenes llevando a cabo labores de representatividad y de una vez por todas acabar con la idea de que este sector es incauto. Sin embargo, expresó sus reparos a las curules obligatorias, pues esto sí se podría prestar para manipulación y malas prácticas.

Entre los consultados también figura Julián Sastoque, uno de los concejales más jóvenes de Bogotá y cuya edad ha sido blanco de burlas. Habló de la incoherencia que implica que a los 18 años se asuman todas las obligaciones y derechos ciudadanos, salvo el de ser elegido para el Congreso. También cuestionó que haya edad mínima para aspirar, pero no edad máxima, lo que implica personas de altas edades atornilladas en sus curules. En la misma línea, enfatizó que este tipo de proyectos son necesarios para nivelar la cancha, pues el 25 % de Colombia es población joven y esto no se ve reflejado en el Congreso. Sin embargo, fue otro de los que rechazaron las circunscripciones especiales.

Hace tan solo unos días se lanzó la plataforma juvenil interpartidista Atrévete, y desde esta también se acogieron con buenos ojos los proyectos. A consideración de Carlos Peña, uno de sus miembros, este tipo de propuestas son necesarias “para acabar con la instrumentalización de la juventud que ha realizado históricamente el Estado y el aparato de poder, que ha definido a los jóvenes como ‘cargamaletas’ que deben ceder su representación a otros”. Además, señaló que “el momento político, desde 2019, nos muestra una generación que siempre se intentó satanizar e infantilizar, pero se la juegan ahora por una representación y una vocación transformadora”.

No obstante, no todos los consultados vieron este tipo de iniciativas con postura positiva. Desde las juventudes del Centro Democrático hubo rechazo, según comentó Santiago Orozco, coordinador nacional de uniCD. “Los ‘pelaos’ sentimos que es el momento para que los jóvenes participen en los procesos democráticos. Pero sabemos que la agenda legislativa no es fácil y un joven no va a tener la capacidad para asumir un rol tan importante”, manifestó Orozco, quien cuestiona la madurez que tendría un joven para llegar a esas instancias legislativas: “Es inviable y muy riesgoso”. Por último, criticó que se salga a protestar por la falta de recursos, pero al mismo tiempo se esté pidiendo circunscripciones que amplíen el gasto del Estado. Como se ve, todavía hay mucha tela de donde cortar.

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laura(pbmbo)01 de agosto de 2021 - 12:07 p. m.
Y en los últimos renglones de este articulito politiquero, ponen la opinión de los jóvenes Uribestiecillas del centro democrático. Jajajajaja
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