Con una controversial frase, soltada durante unas declaraciones que le daba a medios de comunicación, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, desató una dura polémica por intentar enlazar el manejo que se le viene dando al incremento en los precios de los combustibles con la contienda electoral con la que este 29 de octubre se reconfigura el mapa político regional en el país.
El funcionario aseguró que la administración de Gustavo Petro mantiene sus esfuerzos en nivelar los precios de la gasolina, que para julio aumentó otros $600 por galón, y que después de lograr un punto de equilibrio -que se estima rondaría los $15.500- se pensará en incrementar el costo del diesel, combustible clave para un sector como el camionero que, hasta el momento, se ha mantenido en stand by cada vez que se convoca a paros desde cualquier sector relacionado con el transporte.
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Lo que dijo Bonilla fue que “el precio del diesel va a empezar a incrementarse después de nivelar el precio de la gasolina; nos quedan cuatro meses”. Esta última parte coincide con el calendario electoral, pues las regionales están citadas para el último domingo de octubre y, de acuerdo con estas palabras, el Ejecutivo esquivaría la controversia de aumentar precios de combustibles ad portas de ir a unas votaciones en las que tienen interés.
“Cuatro meses sería en noviembre y en noviembre empezamos a mirar si comenzamos a hacer algo con el diesel. Por lo pronto, no vamos a tocar el diesel en plena campaña electoral”, agregó Bonilla, confirmando la incidencia electoral de la decisión. Esto, por supuesto, levantó una dura polvareda que la oposición aprovechó para criticar al Gobierno de Petro.
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Una de las primeras en reaccionar fue la senadora del Centro Democrático María Fernanda Cabal, quien calificó el asunto como “una vergüenza” y aprovechó para lanzar un dardo: “¿Desde cuándo el combustible es un mecanismo de presión electoral?”.
Otra voz de la oposición que aprovechó el momento para lanzar críticas fue la del senador Honorio Henríquez, también del Centro Democrático, quien advirtió que lo dicho por Bonilla es una acción para “engañar a los colombianos para lograr sus votos y luego asfixiarlos como está sucediendo con la gasolina y ahora pasará con el diesel”.
Desde partidos como Cambio Radical y los conservadores también se escucharon voces críticas y hasta ahora el Ministro no ha salido a aclarar sus declaraciones que fueron entendidas con una intención electoral.
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