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Menos de 24 después de haber lanzado su candidatura presidencial, la dirigente política Ingrid Betancourt defendió este miércoles su participación en la denominada Coalición Centro Esperanza y aseguró que “nunca” ha sido un “relleno”.
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Según la candidata, que regresa a la arena política pasadas dos décadas de la campaña en medio de la que fue secuestrada por las Farc, las mujeres nunca son un relleno en una contienda electoral y su objetivo es aportar una visión que Colombia necesita. En esa línea, dijo estar muy conectada con el país y que haberlo mirado desde lejos le ha dado la posibilidad de estar alejada de “rencillas personales, rencores y desconfianza”, asegurando que hizo un recorrido espiritual “en la vida muy duro. Un secuestro es una prueba mayor”.
“Hay veces que hubiera querido ser un relleno, en la selva de pronto. Las mujeres nunca somos relleno, nunca he sido un relleno. Puede que nos quieran pasar por encima o ignorarnos acá y en el mundo entero, pero estoy acá para dar una visión de mujer porque creo que Colombia la necesita. Una donde la manera de gobernar no sea cortoplacista, revanchista, de venganza”, manifestó la aspirante en diálogo con la emisora Caracol Radio.
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Betancourt dijo que gobernará con todos los colombianos sin distinción de su grupo político o, inclusive, si la atacaron, siempre y cuando sean los mejores para acabar con la corrupción, un asunto que calificó de prioritario en su eventual mandato. En ese sentido, indicó que busca ser presidenta de Colombia por amor, pues si bien su relación con el país “ha sido una de amor complicado”, también ha sido de “mucho compromiso”.
“Quiero asegurarme de que vamos a coger un buen camino. Llevamos décadas teniendo malas opciones, donde tenemos que escoger entre los extremos. Eso nos ha costado muchas vidas y el futuro de nuestros hijos. Me motiva ofrecerle a Colombia una buena opción que nos permita salir de la cultura del odio y la corrupción”, explicó, señalando que la Coalición Centro Esperanza es importante para acompañarse en un colectivo y actuando como complemento: “Acá la tarea es inmensa y solo la podemos hacer sin corrupción y unidos”.
Pese a que dijo que le disgusta la polarización, Betancourt admitió que le debe “mucho” al expresidente Álvaro Uribe, en cuyo gobierno se logró su liberación en 2008. En esa línea, declaró que tanto a Uribe como al también expresidente Juan Manuel Santos puede “unirlos” en su corazón.
“(Uribe) fue el que logró llevar adelante la operación Jaque y Santos hizo, como ministro, que esa operación fuera exitosa. Puedo unirlos a los dos en mi corazón. Entiendo que tengan diferencias, pero eso es lo que tenemos que trascender, porque no nos lleva a ningún lado. Debemos construir un mundo nuevo. No solo estamos divididos en dos, sino entre colombianos que tienen nada y que tienen todo. La fractura de pobreza, racial, cultural y de género”, manifestó la candidata.
Frente al también aspirante presidencial Gustavo Petro, Betancourt manifestó que “no es el candidato a vencer”, sino los extremos, “que son lo mismo”. De acuerdo con la dirigente, “la ideología es un maquillaje para manipularnos. La realidad es que todos somos carne de cañón cuando estamos en el centro y esos somos los colombianos de a pie”.
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Betancourt envió un mensaje también a los colombianos que no simpatizan con su aspiración, pidiéndoles que le den la oportunidad de “hablarles y contarles mi historia y contarles mi visión de Colombia”.
“En momentos he sido acusada de manera injusta, también he sido víctima de la desinformación y la calumnia. Creo que todos tenemos errores y fallas. Este es el momento de aclarar cosas que no son ciertas y de poner la cara y responder. Cuando uno quiere ser presidente de los colombianos tiene que aceptar el amor y el desamor, pero que eso nos permita trascender y caminar juntos. Mi motivación es lograr que Colombia sea el país que soñamos todos”, explicó.