Ordenan la silla vacía para curul de Edwin Ballesteros, del Centro Democrático

Entre lagrimas, el pasado 8 de septiembre, Edwin Ballesteros presentó su renuncia a su curul ante la plenaria de la Cámara de Representantes. “Me quería defender y demostrar mi inocencia”, dijo el político santandereano, que aseguró que tomaba la decisión de apartarse de su investidura ante una supuesta falta de garantías en la Corte Suprema de Justicia.

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Desde entonces la curul había quedado sin nadie al frente. Pasaron más de dos meses sin que algún mimebro del Centro Democrático, partido de Ballesteros, la asumiera y la razón es que no estaba claro si a esta se le aplicaba o no la figura de la silla vacía. Después de las varias semanas de incógnita, una resolución de la Cámara despejó todas las dudas: nadie puede ocupar la curul.

Esto quiere decir que sí se le debe aplicar la silla vacía, creada con el acto legilastivo 02 de 2015 -reforma de equilibrio de poderes- para castigar a los partidos cuyos avalados incurrieran en delitos contra la administración pública. A pesar de que no hay condena en firme, la razón de que se aplique esta figura es que los delitos por los que es procesado el exrepresentante son en contra de la administración pública.

Según el artículo 134 de la Constitución, los miembros de corporaciones de elección popular podrán ser reemplazados en casos de faltas temporales o absolutas a menos de que sean condenados por delitos relacionados con grupos armados ilegales, actividades de narcotráfico, contra la administración pública y la participación política y lesa humanidad. Además, la Carta Magna también contempla que esto ocurra cuando el procesado por estos delitos renuncie a su cargo o enfrente detención preventiva.

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En el caso de Ballesteros no puede haber un reemplazo en su curul debido a que se le investiga por concierto para delinquir, interés indebido en la celebración de contratos, contrato sin cumplimiento de requisitos legales, peculado por apropiación y cohecho, todos estos incluidos en la categoría de delitos en contra de la administración pública.

Esto quedó consignado en una resolución de la Cámara que se conoció este martes. Allí se establece “declarar la vacancia de la curul ocupada por el entonces representante a la Cámara por el departamento de Santander en representación del Partido Centro Democrático, doctor Edwin Gilberto Ballesteros Archila, en aplicación de lo dispuesto en el inciso 2 del artículo 134 de la Constitución”.

Vale recordar que el exrepresentante Edwin Ballesteros está vinculado a las investigaciones por un supuesto entramado de corrupción durante la gobernación de Richard Aguilar en Santander. Ballesteros, como gerente de la Empresa de Servicios Públicos de Santander y cercano a Aguilar, habría participado de dicha red en la que se direccionó a dedo millonarios contratos y cobró millonarias coimas con los contratistas.

Entre lagrimas, el pasado 8 de septiembre, Edwin Ballesteros presentó su renuncia a su curul ante la plenaria de la Cámara de Representantes. “Me quería defender y demostrar mi inocencia”, dijo el político santandereano, que aseguró que tomaba la decisión de apartarse de su investidura ante una supuesta falta de garantías en la Corte Suprema de Justicia.

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Desde entonces la curul había quedado sin nadie al frente. Pasaron más de dos meses sin que algún mimebro del Centro Democrático, partido de Ballesteros, la asumiera y la razón es que no estaba claro si a esta se le aplicaba o no la figura de la silla vacía. Después de las varias semanas de incógnita, una resolución de la Cámara despejó todas las dudas: nadie puede ocupar la curul.

Esto quiere decir que sí se le debe aplicar la silla vacía, creada con el acto legilastivo 02 de 2015 -reforma de equilibrio de poderes- para castigar a los partidos cuyos avalados incurrieran en delitos contra la administración pública. A pesar de que no hay condena en firme, la razón de que se aplique esta figura es que los delitos por los que es procesado el exrepresentante son en contra de la administración pública.

Según el artículo 134 de la Constitución, los miembros de corporaciones de elección popular podrán ser reemplazados en casos de faltas temporales o absolutas a menos de que sean condenados por delitos relacionados con grupos armados ilegales, actividades de narcotráfico, contra la administración pública y la participación política y lesa humanidad. Además, la Carta Magna también contempla que esto ocurra cuando el procesado por estos delitos renuncie a su cargo o enfrente detención preventiva.

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En el caso de Ballesteros no puede haber un reemplazo en su curul debido a que se le investiga por concierto para delinquir, interés indebido en la celebración de contratos, contrato sin cumplimiento de requisitos legales, peculado por apropiación y cohecho, todos estos incluidos en la categoría de delitos en contra de la administración pública.

Esto quedó consignado en una resolución de la Cámara que se conoció este martes. Allí se establece “declarar la vacancia de la curul ocupada por el entonces representante a la Cámara por el departamento de Santander en representación del Partido Centro Democrático, doctor Edwin Gilberto Ballesteros Archila, en aplicación de lo dispuesto en el inciso 2 del artículo 134 de la Constitución”.

Vale recordar que el exrepresentante Edwin Ballesteros está vinculado a las investigaciones por un supuesto entramado de corrupción durante la gobernación de Richard Aguilar en Santander. Ballesteros, como gerente de la Empresa de Servicios Públicos de Santander y cercano a Aguilar, habría participado de dicha red en la que se direccionó a dedo millonarios contratos y cobró millonarias coimas con los contratistas.