Los ánimos están caldeados dentro del Partido Verde. Desde la mañana de este jueves, 23 de noviembre, los congresistas de esa colectividad, a través de un grupo de la red Line, se enfrentaron —nuevamente— por su posición frente al Gobierno de Gustavo Petro. Mientras la mayoría pedía declararse en independencia, otros argumentaban que no debían abandonar la coalición petrista.
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La gota que derramó el vaso y reeditó esa pelea interna fue la declaración del ministro de Salud, Guillermo Jaramillo, cuando advirtió 24 horas antes que hay partidos que “pese a que disfrutan de las posiciones en el alto Gobierno, hacen oposición”.
Las palabras del ministro fueron después de la reunión entre el presidente Petro y el exmandatario Álvaro Uribe, en Casa de Nariño, para discutir sobre sus diferencias en tonor a la reforma a la salud. Fue una cita que, aunque duró más de tres horas y media, culminó sin consensos y reafirmó grandes diferencias. Y no solo con la oposición, pues el más salpicado fue la Alianza Verde, que ha sido uno de los partidos que más ha puesto palos en la rueda para impder que esa polémica iniciativa avance en la plenaria de la Cámara.
Algunas de las representantes que han liderado varios argumentos en contra de esa iniciativa han sido Katherine Miranda y Cathy Juvinao, quienes además protagonizaron una protesta —a la que se sumaron partidos de oposición como el Centro Democrático y Cambio Radical— a las afueras del Salón Elíptico de la Cámara el 15 de noviembre pasado. Su posición es férrea: no votarán a favor de la reforma del Gobierno, pese a que su partido sea de la coalición petrista.
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Y eso, justamente, es lo que tiene molesto al círculo cercano del presidente. Ahí dijeron que Petro ha sido demasiado “generoso” con una colectividad que no respalda su programa de Gobierno. “Es un partido en el que cabe un personaje como Jota Pe Hernández, que es claramente de oposición, y una persona como Olga Lucía Velásquez, que es cercana a la Casa de Nariño”, le dijo una fuente del alto Gobierno a este diario.
Para el senador Ariel Ávila, ese es “el éxito de este partido y su mayor crisis a la vez”. Y con eso se refirió a la posibilidad de que en una sola colectividad militen personas con posiciones diferentes de izquierda, centro y derecha, bajo las mismas banderas verdes. “Eso no se puede ni se debe cambiar, porque perdería la esencia”, afirmó.
Y es que la Alianza Verde tiene 15 puestos en la Cámara de Representantes, de los cuales, al menos 9 de ellos han expresado su voluntad de volverse independientes. Las figuras más icónicas de esos liderazgos son Katherine Miranda y Cathy Juvinao, pero en esa misma línea también está Carolina Giraldo y Cristian Avendaño, por ejemplo.
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Sin embargo, hay legisladores que defienden la idea de seguir en la coalición, como el representante Santiago Osorio, quien dice que “sería contradictorio declararse en independencia al primer Gobierno verde de la historia de Colombia”. Es claro, además, en decir que “nos costó mucho tiempo llegar a ser Gobierno como para declararnos independientes ahora”.
En el Senado el panorama es similar. Los verdes tienen ocho escaños, incluyendo el del presidente Iván Name, —que además es uno de los que apoya la idea de la independencia—, y al menos otros cuatro de ellos esperan salir de la coalición de Gobierno, aunque hay algunos legisladores que, por ahora, prefieren no asumir una posición.
Y es que su decisión de si partir —o no— cobijas con el Gobierno es trascendental, entre otras cosas, porque tienen representatividad en espacios tan importantes como el Departamento Administrativo de Presidencia (Dapre), que está a la cabeza de Carlos Ramón González, que es además la mano derecha del presidente y cofundador de ese partido.
Pero el poder verde también está en esferas como la presidencia del Icetex, en manos de Mauricio Toro; la dirección del Sena, que lidera Jorge Eduardo Londoño; la misma embajada de Argentina, en la que está Camilo Romero; la embajada en Nicaragua, a cargo de Jhon Freddy Muñoz y hasta la dirección de Empleo y Emprendimiento del Sena, a cargo de Luz Dana Leal que además es esposa de Carlos Ramón.
El asunto es que el comentario del ministro le salió tan caro, que este jueves, cuando se pretendía intentar votar la reforma a la salud, sobre la 1:00 p.m. la bancada “verde” fue recusada por el partido Salvación Nacional, que los señaló de recibir puestos en el Gobierno a cambio de votar la reforma. 15 legisladores tuvieron que abandonar el recinto mientras definen, el próximo lunes 27 de noviembre, si se declaran en independencia.
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Y aunque esta no es la primera vez que las fracturas ideológicas de la Alianza Verde es generan ruido, sí pareciera ser un momento decisivo para ese partido. Una de las primeras en reaccionar fue Juvinao, quien le dijo a este diario que “las tensiones entre el verde y el Gobierno se han tornado insalvables”.
Para ella, su posición sobre la reforma es, por ahora, únicamente contra la reforma a la salud. “Quienes hoy somos críticos del Gobierno, probablemente mañana vamos a apoyar otros proyectos. Yo voy a apoyar la reforma pensional, de educación y, probablemente, muchos otros de aquí al 2026″. Aunque la molestia pareciera no ser compartida por Petro, quien —pese a las críticas— dijo en X: “El Gobierno es verde de verdad. (...) A lo que queda fuera del Gobierno, en realidad, no le interesa lo verde”. Sin embargo, horas más tarde, también advirtió que “un partido de Gobierno, cogobierna. Punto. Un partido de oposición hace oposición”.
Lo cierto es que ser partido de Gobierno sí compromete a una colectividad a ser aliado. Por eso, la mayoría de congresistas verdes quiere que se tome distancia del petrismo. El senador Jota Pe Hernández, que ha sido uno de los legisladores más opositores, aseguró que los representantes de su colectividad, que están en puestos en el alto Gobierno, no lo representan.
Incluso, radicó una queja en la Procuraduría para que investigue si sus propios compañeros verdes “están recibiendo dichas representaciones y posiciones en las diferentes entidades”. Según él, podrían estar ante el delito de cohecho y deberán devolver sus puestos en el Gobierno.
Una fuente cercana al mandatario contó que en el próximo congreso general del partido, que será en febrero, se esperan decidir la posición del partido: “No se puede ser de derecha, de izquierda y de centro a la vez. Hay que decidir cuál va a ser la línea política y que las personas que no se identifiquen en ella, salgan de la colectividad”.
Sobre ese punto, el senador Ávila advirtió que es delicado pretender hacer una especie de depuración de militantes. “Es muy complicado que haya expulsión de personas en medio de esta crisis que vivimos; es otro escenario si algunos deciden apartarse, pero esperaría que no”. En lo que sí es claro es en que la declaratoria sobre si son de oposición —o si siguen en la coalición de Gobierno— no cambiará la ideología individual de los congresistas.
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Ese debate, en el que participarán varios de los fundadores de la Alianza Verde y que convoca, entre otras personas, Antonio Navarro Wolff, Rodrigo Romero y Carlos Amaya, también hay quienes defienden la idea de seguir perteneciendo a la bancada oficialista. El representante Santiago Osorio, por su parte, es crítico con la idea de tomar distancia. “Es ridículo que nos vayamos a declarar en independencia a un Gobierno que ayudamos nosotros mismos a elegir, porque compartimos sus banderas de lucha contra la corrupción, protección del medioambiente y cuidado de la vida”.
Por ahora, al interior del partido verde reina la desconfianza entre los mismos militantes. No son pocos los congresistas que aseguran que fueron sus mismos compañeros en la Cámara quienes ayudaron a redactar la recusación de Salvación Nacional que obligó a frenar, nuevamente, la discusión de la reforma. El cara a cara será el próximo lunes, en reunión de carácter urgente que convocaron.
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