El presidente Gustavo Petro lo graduó, según sus palabras, de “jefe de una banda” de oposición. ¿Lo es?
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El estilo presidencial es pensar que, como es el jefe del Estado, pretende ser jefe del Ejecutivo y jefe del Legislativo. Y se equivoca. Son ramas absolutamente independientes del poder público. Y él, el Gobierno Nacional, pretende que seamos sus notarios y en esa orilla no estamos. Muchos de sus proyectos son ideologizados, solo apuntándole a ganar elecciones y pensando en destruir, por ejemplo, al sector privado y en destruir la salud para demostrar que sí se requiere su reforma.
Lo que dice el jefe de Estado es que usted y el grueso del Congreso se oponen a todo lo que sale de la Casa de Nariño. ¿Qué le responde?
Yo sí quiero ser claro en eso. Como presidente del Partido Conservador hicimos en su momento unas 14 reuniones sobre la primera reforma a la salud; en esa época la ministra del ramo era la doctora Carolina Corcho. Pero fue una absoluta burla. Llegábamos a acuerdos sobre la mesa, sobre un articulado, y al día siguiente nos mandaban el nuevo texto y nada estaba escrito, como si nosotros fuéramos analfabetos y no leyéramos. Otro tema: que me digan los colombianos si aprobarían un Presupuesto General de la Nación con 12 billones de pesos previstos a través de una reforma tributaria que ni siquiera habían presentado; la presentaron tiempo después, aunque sin siquiera socializarla.
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Pero, presidente, ¿cómo se entiende que en ese momento ustedes le dijeran no a esa tributaria desde mucho antes de que el Gobierno la presentara?
Le propusimos al Gobierno Nacional que sacara los 12 billones de pesos de la reforma, que discutiéramos así el presupuesto y luego si era el caso la reforma, como es el deber ser. Al Congreso no le pueden pedir aprobar con los ojos cerrados 12 billones de pesos, por eso se hundió. Y si lo vuelven a hacer de esa forma, estoy seguro que las comisiones económicas volverían a hundir esos temas.
La reforma política, otro tema del oficialismo, tampoco logró apoyo. ¿Nada servía?
Es que ese proyecto tenía impacto sobre la financiación de los partidos y de los candidatos, porque la hacía exclusivamente estatal. ¿Cómo es eso de que un Gobierno sea el que decida a cuál partido sí se le dan recursos, o a cuál candidato o cuáles no? De manera que en todo esto, si hay bandas, es una dedicada a la defensa de los intereses de los ciudadanos. En eso no transigimos. Si hay concertación, si hay conciliación, en esa orilla podemos estar. Si hay imposición, esta rama es absolutamente independiente y al menos en el Senado hemos demostrado que hay independencia para tomar esas decisiones.
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¿Ve algún peligro sobre la independencia entre ramas del poder público?
Es que todo esto que pasa no es solamente conmigo y con el Congreso, sino también con las cortes. Cada vez que hay una decisión de una corte tratan de burlarla, como pasó ahora con la tutela del Consejo de Estado con la transmisión del consejo de ministros. No pueden seguir esas actitudes de pensar que el Gobierno Nacional es jefe de los otros poderes públicos. Que alguien les explique que eso no es así y que hay poderes públicos independientes que nos levantamos y que realmente votamos los temas a conciencia.
Sectores de oposición han dicho que el presidente Petro podría estar yendo hacia “un modelo dictatorial”. ¿Comparte o rechaza esa postura?
Lo ha intentado. Lo que pasa es que ni las cortes ni el Congreso hemos dejado que avance en ese sentido. Ahora bien, eso es el equilibrio entre los poderes públicos, porque hay un diseño derivado de la Constitución del 91, el cual, además, tiene que defender la Corte Constitucional. De eso se tratan las democracias: de pesos y contrapesos. De manera que sí, seguramente ha habido intentonas; lo que pasó con la reforma laboral es un ejemplo. Los ataques a los senadores de la Comisión Séptima fueron personales. A la casa de la senadora Nadia Blel, en Cartagena y con su hijo de tres años presente, le pararon al frente una marcha para matonearla e intimidarla. El día de la votación que pasó, lo volvió un día cívico para intimidar a los miembros de la Comisión Séptima.
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¿No es exagerado plantear que estuvieron en riesgo las vidas de los congresistas?
No, eso no es así. Me tocó a mí, como presidente del Congreso, acudir a la Policía y pedir unos dispositivos de más de 200 uniformados, incluyendo al Esmad y antiexplosivos, para que hubiese corredores que les permitieran a los senadores entrar o salir; además, tocó impedir la entrada de público en ese momento, porque los ánimos estaban caldeados. Yo ese día me preguntaba si es que el presidente Petro, cuando firma unos decretos o algo por el estilo, permite que entre gente libremente con pancartas y que lo rodeen sin saber quiénes son. A mí me tocó actuar con firmeza. Y si otra vez lo vuelven a intentar, otra vez lo volvería a hacer.
Tras todo esto que dice, ¿genuinamente cree que está el riesgo de que el presidente Petro, como dice la oposición, termine en un ejercicio dictatorial?
Eso depende en gran medida de la Corte Constitucional. Yo confío en los jueces. El poder judicial ha demostrado su independencia, pero ahora hay unos cambios en la Corte Constitucional y espero que continúe esa independencia, al igual que en el Consejo de Estado y en la Corte Suprema de Justicia. De manera que ahí están los pesos y contrapesos. Quienes rodean al presidente pueden aconsejarle cosas y quererlas hacer, pero ahí hay unas talanqueras en las cortes y en el Congreso.
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¿Usted y varios en el Congreso no son también responsables de toda esta polarización?
Si para no polarizar tenía que permitir que el Congreso se arrodillara ante reformas malsanas para la sociedad, entonces soy responsable de defender la democracia. Soy un hombre que defiende la Constitución y las leyes; no soy abogado, pero tengo una experiencia de 33 años en el Senado y realmente no se puede transigir ante los atropellos que se han pretendido hacer.
¿Ninguna de las reformas impulsadas por el Gobierno han tenido algo que sirva?
Lo que pasa es que se ponen en la actitud de todo o nada. Recordemos que en la Comisión Séptima del Senado se hundió fue la laboral, y en las comisiones económicas la reforma tributaria y el monto del presupuesto; y en la plenaria del Senado la reforma política. Pero la Séptima del Senado ha demostrado ser una comisión absolutamente independiente. Claro que ellos hubiesen querido aprobar algunos aspectos de la laboral, pero, como lo dije, lo ponen en el todo o nada y eso no es dar debates. Cuando se trata de modificar algunos artículos, no lo aceptan.
¿Le ve futuro al proyecto de consulta popular si llega finalmente al Congreso?
En su momento el Partido Conservador había radicado una reforma laboral, pero se desestimó por parte de los partidos de Gobierno. Y ahora hay dos proyectos en la Comisión Séptima que, sin duda, van a tener trámite en referencia a los temas fundamentales del sistema laboral, como los recargos nocturnos y dominicales. Pero entre las preguntas de la consulta hay en esa serie que realmente parecen muy atractivas, como darle un bono a no sé quién o no sé cuándo, algo que pues qué bonito, ¿pero y dónde está la plata? Si no tienen plata para el sistema de salud, si no tienen plata para los subsidios eléctricos, ¿dónde está la planta? No, esto no es un barril sin fondo, hay que mirarlo con responsabilidad. Lo que se pretende nuevamente es volver quizá peor a lo que, y no es menor, el Banco de la República expresó en torno a que esa reforma laboral destruía alrededor de 450.000 empleos y aumentaba la informalidad.
¿No la piensa apoyar?
Vamos a defender esos 450.000 empleos, a defender la formalización. Por ejemplo, no hay ninguna pregunta que tienda a tenderle la mano a los informales. ¿Saben cuántos informales hay en Colombia? Alrededor de 14 millones. A ellos tenemos que dirigirnos. ¿Y saben cuántos desempleados hay? Más de 3 millones. ¿Y cuál es la pregunta para generar empleo? Todo lo contrario, están destruyendo el empleo.
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Por eso, presidente, ¿no la piensa apoyar?
Eso no se ha debatido todavía, no sabemos cómo está el equilibrio de los votos y tenemos que discutirlo también en la bancada conservadora, pero de las 12 preguntas al menos la mitad realmente son nocivas para la economía.
El presidente Petro dijo que vendría personalmente al Congreso a radicar ese proyecto de consulta. ¿Lo recibirá usted?
Sí, lo vienen a radicar el 1° de mayo dizque con la espada de Bolívar desenvainada, pero no sabemos qué quiere decir o si eso es una amenaza contra el Congreso. Los proyectos se radican ante los secretarios generales y lo recibirá, como cualquier otro proyecto, el secretario general del Senado (Diego González).
¿Usted no va a estar presente?
Los proyectos los recibe el secretario general siempre. El presidente nunca está en eso.
¿Ni como un gesto protocolario?
¿Cuál protocolo? Ya nos hemos reunido y yo mismo le expliqué y le dije que no presione a las comisiones económicas para que le aprueben una tributaria a ciegas, que eso no le sale bien, le sale mal. Y le dije que sacara la reforma tributaria y votáramos el presupuesto y luego la tributaria, pero no se sabe quién lo aconsejó para que se volviera absolutamente intransigente. ¿Ustedes creen que el pueblo colombiano nos los hubiera perdonado cuando recibieran la cascada de impuestos de un Congreso irresponsable aprobando tributarias sin debatir? En esa orilla no estoy.
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Sus críticos dicen que usted lleva tres décadas en el Congreso siempre del lado de los gobiernos porque le dan burocracia y mermelada, pero que en esta administración eso se acabó y que por eso usted pasó a la oposición. ¿Qué responde?
Cuando se es partido de gobierno, se gobierna. Y es absolutamente válido que cuando el Partido Conservador ha sido partido de gobierno, ahí esté. El Partido Conservador fue en los primeros meses partido de gobierno. Cuando yo llegué a la presidencia del partido nos fuimos a la independencia, a sabiendas que el partido no podía recibir nada de ellos, pero yo lideré ese proceso de irnos a la independencia y allí ni se pide ni se recibe.
Y los congresistas de su partido que sí tienen cuotas, entonces, ¿a quién representan?
Esos conservadores no representan a la mayoría, y eso ya eso habrá que preguntárselo a la presidencia del partido. Yo respondo porque la mayoría absoluta de la bancada del Senado está en esa postura de defensa de la democracia, del tema superior de defender a los colombianos sin estar pensando si les toca alguna participación burocrática.
¿El Partido Conservador tendrá candidato presidencial en 2026?
Queremos hacer reuniones amplias con otros partidos políticos, porque en el Partido Conservador han levantado la mano algunas personas para ser candidatas o buscar alianzas. Pero no me corresponde a mí, sino a la presidenta del partido (la senadora Nadia Blel), hablar sobre ese tema. Aunque sí estamos en la búsqueda de un candidato del Partido Conservador que podamos medir en una consulta.
Presidente, usted tiene 74 años, y excusas por tocar públicamente el tema de su edad, y lleva nueve periodos consecutivos en el Congreso. ¿Va a buscar el décimo periodo?
Vamos a ver qué nos depara el destino, porque por ahí están hablando de otros temas, pero estoy haciendo política. Después del 20 de julio próximo habrá que analizar.
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¿Qué mensaje le envía de forma directa al presidente Petro?
La Constitución habla del equilibrio de poderes; hay tres ramas del poder público independientes, y habla que el sucesor, si falta el presidente y la vicepresidenta, es el ministro del Interior. Él dice, el presidente, que yo lo quiero tumbar porque soy el que sigue. Si alguien lo quiere tumbar, pues pregúntele a Benedetti que es en verdad el que sigue, no a Efraín Cepeda.
Nota de la redacción:
Esta entrevista se realizó antes de que el presidente Gustavo Petro, desde un evento público en Soledad (Atlántico), le lanzara una nueva pulla. El jefe de Estado, en referencia al hundimiento de la reforma laboral que derivó en el llamado electoral a la consulta, aseguró: “Decía Efraín Cepeda, entonces, ‘oigan, pero si esas son las preguntas que ustedes presentaron, pues ahora sí podemos discutirlas en el Congreso’; yo no digo groserías, pero quise decir una: mucho HP”.
El presidente del Senado, Efraín Cepeda, no tardó en responderle. A través de su cuenta de X, el legislador afirmó que el mandatario “no comprende la dignidad que ostenta” y que por eso “recurre a la grosería y la bajeza”, en la que dijo que él no caería. Y, en esa línea, añadió: “Nuestra institucionalidad merece un Honor Perenne, que es mi forma de entender el verdadero HP”.
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