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La discusión de varios proyectos de acto legislativo este miércoles en el Senado –es decir, aquellos que implican modificar la Constitución–, levantó roncha entre algunos parlamentarios de oposición. Insistiendo en lo dicho por la Corte Constitucional, que a través de un fallo determinó que la virtualidad en la pandemia debe ser el último recurso para sesionar (aún más si se trata de tocar la carta magna), muchos pidieron que no se voten iniciativas de ese calibre desde un computador y optaron por abandonar la sesión.
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Entre otros, este miércoles en la agenda de discusión de la plenaria del Senado figura el proyecto que le otorgan a Villavicencio (Meta) la categoría especial de distrito biodiverso, turístico, cultural, agroindustrial y educativo, así como otro que le concede al municipio de Puerto Colombia (Atlántico) la categoría de distrito turístico, cultural e histórico.
Los defensores de sesionar virtualmente, incluso proyectos de acto legislativo, recordaron que aún está vigente la emergencia que se desató en la Cámara de Representantes por un brote de COVID-19 que obligó al aislamiento de 169 parlamentarios. Apelando a un concepto de la Secretaría de Salud de Bogotá, aseguraron que lo recomendable es llevar a cabo las actividades preferiblemente de manera virtual hasta que esté garantizado el control del brote y permitiendo el ingreso a las instalaciones del Congreso únicamente al personal que se requiera para asegurar la operación y transmisión de las sesiones.
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Uno de los primeros en tomar la vocería para sentar su voz de protesta ante la intención de modificar la Constitución de forma virtual fue Gustavo Petro (Colombia Humana), quien pidió a los congresistas examinar la conveniencia de este tipo de procedimientos. “Es un asunto grave. En este momento, cuando la ley que discutimos tanto para reglamentar las sesiones virtuales, semipresenciales y virtuales, se hundió, no existe nada más para acogernos a una virtualidad que no sea la sentencia de la Corte”.
Petro insistió que el fallo señaló que la presencialidad es un derecho de cualquier parlamentario que quiera ejercerlo y que es a través de esta modalidad que se deben discutir asuntos legales y constitucionales. “¿Cómo es que vamos a votar en exclusiva virtualidad una reforma a la Constitución?”, cuestionó.
Su copartidario, Gustavo Bolívar, se unió al llamado y calificó como una “grosería” hacer reformas a la Constitución de manera remota. “Esta Constitución a este país le costó sangre. Cuatro candidatos presidenciales asesinados. Tres ministros de Justicia baleados. 250 carros bomba puso Pablo Escobar antes de esta Constitución. Para que la vengamos a cambiar hoy. Muchos salimos hasta en pantalonetas, al lado de una piscina o un kiosco, a reformar una Constitución que a muchas personas le costó sangre”.
Bolívar reclamó además que los senadores están devengando gastos de representación “que nos estamos robando los congresistas, porque estaban instituidos para ir a Bogotá, pagar la residencia y sesionar presencialmente. Llevamos 10 meses desde las casas y devengando esos gastos”.
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Incluso, desde la U –partido declarado de gobierno– el senador Roosvelt Rodríguez manifestó que el Congreso no está autorizado bajo ninguna circunstancia a aprobar este tipo de iniciativas y es deber avanzar hacia la presencialidad. “No se puede aprobar reformas constitucionales, leyes estatutarias u orgánicas, ni adelantar debates de control político en sesiones virtuales”.
A su turno, el senador Guillermo García-Realpe (Partido Liberal) destacó el manejo que le ha dado a las sesiones el presidente del Senador, Arturo Char (Cambio Radical), pero criticó que se apele a la virtualidad para tocar la Constitución. “Estos proyectos pueden esperar una semana y convocar a sesión presencial. La Corte ha manifestado que no se pueden debatir reformas constitucionales a través de este sistema no presencial. Evitemos que esto complique los proyectos, sino todo el orden del día de hoy”.
El senador Alexánder López, del Polo Democrático, fue más allá y radicó una proposición para evitar que los proyectos de reforma constitucional que figuraban en la agenda sean discutidos y votados en la sesión virtual. “Así como los colombianos, en su gran mayoría por no decir todos, está por fuera de sus casas, desarrollando sus actividades laborales, empresariales y demás, queda muy mal que sigamos dando mal ejemplo”.
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Sin embargo, tras someter a votación la proposición, la idea de no sesionar virtualmente para modificar la Constitución se hundió con 53 votos frente a 25.
