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Robledo y el MOIR, ¿de salida del Polo?

Las mayorías del partido pulsan por una convergencia de fuerzas alternativas para escoger un candidato único a la Presidencia en 2022, sin vetos ni exclusiones. Incluso tienen precandidato: el senador Alexander López. Robledo se niega a abrirle la puerta al líder de Colombia Humana.

Hugo García Segura

06 de septiembre de 2020 - 07:23 p. m.
Jorge Robledo es uno de los mayores electores que tiene el Polo Democrático.
Foto: Cristian Garavito
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Fue en 2005 cuando la conformación del Polo Democrático Alternativo se vio como la gran unidad de la izquierda política en el país, después de años de trifulcas. En él convergieron la Alianza Nacional Popular (ANAPO), en cabezada por Samuel Moreno; Vía Alterna, del entonces senador Antonio Navarro y el entonces representante Gustavo Petro; el movimiento Frente de Esperanza, de Jesús Bernal Amorocho; el Partido Comunista, sobrevivientes de la Unión Patriótica (UP) y Alternativa Democrática, liderada por Carlos Gaviria, que a su vez reunía a otros movimientos como el Frente Social y Político (FSP), el Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario (MOIR), Unidad Democrática, Movimiento Ciudadano, Autoridades Indígenas de Colombia (AICO) y Opción Siete.

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Hoy, quince años después y tras haber atravesado varias tormentas, escándalos, choques internos e incluso el abandono de algunas de sus figuras más representativas —caso Petro o Navarro, por ejemplo—, vuelven a soplar vientos de división de cara al proceso electoral de 2022, que podría significar ni más ni menos que la salida de uno de sus más importantes líderes frente a la opinión pública y en términos electorales: el senador Jorge Enrique Robledo, el de mayor votación y cabeza del MOIR. Todo tiene que ver con el enfrentamiento que su sector tiene con quienes proponen una convergencia entre todas las fuerzas de centro-izquierda del país, sin vetos ni exclusiones y en torno a un programa democrático, que permita una consulta para escoger candidato presidencial único. Y el punto de la discordia es Gustavo Petro, el jefe de Colombia Humana.

Actualmente, en el Polo se identifican cuatro ejes: el del senador Alexander López y el exministro Carlos Bula, el del senador Iván Cepeda junto a Jaime Dussán, el de los también senadores Jesús Alberto Castilla y Wilson Arias, y el de Robledo con el MOIR. Los tres primeros se inclinan por la convergencia, en un pulso que viene desde 2018, cuando este último estuvo del lado de la aspiración de Sergio Fajardo y optó por el voto en blanco para la segunda vuelta presidencial, en la que Petro enfrentó a Iván Duque, hoy presidente. “Terminó ayudándolo”, reprocha un dirigente del Polo, pidiendo la reserva de su nombre, quien está convencido de que la postura del MOIR conspira contra la unidad de la izquierda y critica que, de puertas para adentro, se definan de línea marxista-leninista, pero hacia afuera se muestren como de centro.

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“Es obligatorio que los sectores alternativos y progresistas vayamos unificados en 2022. No hacerlo es una irresponsabilidad e implicaría para el país seguir en las manos del uribismo, de la extrema derecha, que tantas desgracias ha traído”, agrega la fuente. Y en ese juego de opciones aparece un nombre al que algunos de los mismos dirigentes del Polo quieren postular como precandidato presidencial y a quien no le disgusta para nada la idea: Alexander López, quien además estaría en camino de convertirse en el presidente de la colectividad. Como se sabe, desde enero pasado, Robledo anunció en los medios de comunicación que sería candidato a la jefatura del Estado en 2022, “en el marco de un gran pacto nacional, el más amplio que podamos construir”, anunciando que irá hasta el final. Surgen entonces los interrogantes: ¿estará dispuesto a medirse en consulta a López o preferirá irse a competir con Fajardo, quien también se niega a una alianza con Petro?

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“Yo de chismes no hablo. Ya el Polo sacó una declaración hace quince días”, respondió Robledo al ser consultado sobre el asunto. Se refiere al escrito del pasado 21 de agosto, cuando el partido les hizo un llamado “a las formaciones políticas de la izquierda democrática, los partidos alternativos y progresistas, al movimiento social y popular, a la intelectualidad y personalidades democráticas” a “alcanzar un gran entendimiento histórico para reconstruir el país, que vaya más allá de las elecciones de 2022 y se proponga la ampliación y profundización de la democracia y que sepulte la tentación autoritaria y fascista”, entre otros aspectos. En el comunicado se habló también de propiciar “la construcción de un acuerdo del campo alternativo y democrático, sin exclusión de partidos, movimientos o candidaturas”. Y como se sabe, esa es una propuesta que también ha puesto Petro sobre la mesa.

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De hecho, para este lunes se tenía prevista una reunión del Comité Ejecutivo del Polo en el que se abordaría la posible salida del MOIR, que al final se aplazó. Pero el tema sigue vigente, aunque no es fácil, pues ello podría implicar la pérdida de la curul para Robledo, quien si bien ha dicho que hace rato está intentando salirse del Congreso, aún cree que no es el momento. “No he podido porque he jugado a ayudarle al Polo a mantener el umbral. Pero ya no es posible, es una cosa que se agotó”, le dijo a El Espectador en enero pasado. Por eso, la opción que estarían planteando los del MOIR sería apelar a la figura de la escisión; es decir, la división del partido, contemplada en la Ley 1475 de 2011, que establece que cada colectividad puede desarrollarla en sus estatutos. El lío es que en los del Polo, su artículo 93 reza que “la decisión sobre disolución, fusión, escisión y liquidación será de competencia del Congreso Nacional”.

Y precisamente ese Congreso Nacional es otro punto de discordia. Robledo y los del MOIR quieren que se haga en diciembre, de manera virtual. Los otros sectores proponen que sea en marzo o abril de 2021, de manera presencial, con elección democrática de sus delegados. Al hablar de no vetos ni exclusiones, las mayorías del Polo piensan en una consulta abierta entre todos los defensores del Acuerdo de Paz, donde caben Camilo Romero, Juan Fernando Cristo, Roy Barreras, el partido FARC y en la que incluso tendría cupo el mismo Fajardo: “Bienvenido. Que venga y se mida acá”, recalcan. Pero las diferencias parecen irreconciliables mientras el factor Petro siga vigente y las heridas que dejó el proceso electoral de 2018 —léase lo del voto en blanco en segunda vuelta— no cicatricen. Así que el pronóstico sigue siendo de turbulencia, y hay quienes desde ya ven a Robledo caminando nuevamente del lado de Fajardo y de los verdes, como hace dos años, y aunque reconocen que su salida del partido sería un duro golpe, pues sea como sea, el MOIR ha estado desde el comienzo en sus luchas, también piensan que hoy en al país existen otras fuerzas alternativas que pueden llegar a sumar y suplirlo.

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