¿Qué balance tiene de estos 12 meses liderando esta corporación?
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Fue un tema muy retador construir confianza y no entrar en el debate o en las peleas políticas y así concentrarnos en resultados en favor de la gente. Creo que se logró con creces, toda vez que en los últimos ocho años ningún presidente de la Cámara logró el debate de tantas iniciativas, entre proyectos de ley y actos legislativos. En total, en este año que termina, la Cámara debatió 229 iniciativas, de las cuales 156 fueron aprobadas en segundo debate, 71 fueron aprobadas en cuarto debate y se convertirán en leyes; y la gran mayoría son leyes útiles.
¿Se siente tranquilo con su gestión?
El 95% de las leyes debatidas en la Cámara fueron de origen congresional. Además, se aprobaron 78 informes de conciliación y, para darle dimensión, en total tuvimos 104 sesiones, 30 más que el año de la legislatura pasada. Creo que dimos un gran resultado en lo que tiene que ver con el trabajo realizado.
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¿Cuáles cree que fueron las principales iniciativas que se movieron?
En materia de leyes animalistas, por ejemplo, sacamos las leyes Ángel y Kiara; también movimos la ley de conservación de humedales. En materia de desarrollo económico se aprobó la política pública de tiendas barriales, el proyecto en educación con entornos digitales seguros, la reforma a las escuelas normales de Colombia, la cátedra de educación socioemocional. En temas de mujer, por ejemplo, se aprobó la iniciativa de mujer rural campesina que se venían trabajando desde las organizaciones sociales y otras más.
Colegas suyos, tanto oficialistas como de oposición, en varias oportunidades dijeron que usted no dio garantías. ¿Qué responde?
Yo creo que demostramos que desde la región podemos hacer las cosas bien. Hacía 40 años un boyacense no era presidente de la Cámara y eso no es un tema menor. Tal vez uno que otro congresista de la élite bogotana resintió un poco nuestros orígenes, pero demostramos con creces que las garantías estuvieron dadas para todos. La oposición fue la que más intervino en todos los debates. Todos los partidos políticos aprobaron proyectos de ley de su propia cuna en esta legislatura. El Partido Liberal aprobó 35; el Partido Conservador, 31; el Pacto Histórico, 28; los Verdes aprobaron 25; Cambio Radical aprobó 20.
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¿Las críticas fueron infundadas?
Creo que la plenaria no puede quejarse porque se tuvieron como prioridad las propuestas de origen congresional, al igual que la pluralidad de las iniciativas. Y todo esto se dio también en momentos en que se pudieron debatir ampliamente las principales reformas del Gobierno del presidente Gustavo Petro.
La Cámara sigue siendo leída como una corporación afín al Gobierno y de poca independencia. ¿Es así?
Yo me dediqué a concertar y no a pelear. Yo llamé a buscar los puntos de encuentro entre el Ejecutivo y el Legislativo y, ¿por qué no decirlo?, también con el órgano judicial de Colombia, porque con sus miembros trabajamos la reforma judicial. Todo esto, en mi opinión, da un buen mensaje al país, porque respetando la autonomía de la Cámara fuimos capaces de avanzar en las reformas que el país necesita. La reforma a la salud aquí se aprobó y ahora está engavetada en la Comisión Séptima del Senado; aquí se aprobó hace rato y tuvo una deliberación tan amplia que en un 81 % se cambió el articulado que venía del primer debate; fueron nueve sesiones con 332 intervenciones y 810 propuestas debatidas. Pasó a tercer debate y allá está guardada; quizás este trabajo no se pierda.
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¿El trabajo de la Cámara se pierde en el Senado?
Pues se perdió la primera vuelta de la reforma política, a la cual la Cámara le dio vida para que avanzara; con el transfuguismo, que también nosotros nos dimos la pela para que se avanzara en la deliberación y construyéramos la mejor reforma posible. Es que miren cómo, por ejemplo, la reforma a la justicia de la que hablaba hace un momento cambió en un 38% del texto, se discutió y fue modificando en 13 artículos y todo gracias al trabajo articulado entre las tres ramas del poder público.
¿La Cámara está entregada al Gobierno?
Yo hablo con cifras. Mi responsabilidad es mostrar resultados. En la reforma laboral, que también se aprobó en mi presidencia, el 81 % del texto cambió en el debate de la plenaria; fueron 12 sesiones de trabajo con 891 intervenciones de todos los partidos y en donde se debatieron 1.400 proposiciones. Además, la Cámara aprobó, para mí, la reforma más importante de todas: la descentralización con el Sistema General de Participaciones. Y pues cerramos con un broche de oro al subsanar el vicio de procedimiento de la reforma pensional.
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Eso no responde la pregunta, presidente…
La Cámara trabajó bajo el principio de colaboración y de entendimiento entre las distintas ramas del poder público y pensando en el pueblo colombiano. La Cámara logró entender que desde las diferencias podíamos construir consensos para lograr cambios y que al final no fueron los cambios tal cual el presidente Petro los propuso. Las reformas aprobadas no son las que originalmente el Gobierno presentó.
¿Cómo ve este año electoral en medio de tanta pugnacidad de todos los sectores políticos?
No podemos olvidar el mensaje que la Iglesia Católica le dejó hace poco a todos los distintos voceros de la institucionalidad en Colombia. Es decir, lo de Miguel Uribe es una advertencia de que si nosotros no desescalamos el lenguaje, podemos volver al pasado. Y el llamado es, y lo he insistido mucho, a que quienes están aspirando tanto a la Presidencia como al Congreso den un debate con altura, centrado en las propuestas y sin atacar a la persona. Es importante que demos ejemplo de escucha activa y de deliberación democrática sin agredir al otro, en donde la verdad sea el pilar del debate político. No es fácil, pero se puede.
Las posturas de Cámara, más afines al Gobierno, han sido distantes de las de Senado, más crítico del Ejecutivo…
Nuestro trabajo en la presidencia es un ejemplo de que se puede lo que decía antes. A mí muchas veces me propusieron pelear con el presidente del Senado (Efraín Cepeda) y no caí en esa polémica. Respeté su posición, a pesar de que no la compartí en muchas ocasiones, como respeto la posición del presidente Petro, a pesar de que no comparto muchas cosas que él hace. Se puede dialogar y desescalar el lenguaje, y espero que todos cumplan eso en lugar de estar peleando. La gente está mamada de las peleas entre políticos.
¿Es posible pararlas?
Lo que me preocupa es que las voces que llaman a los consensos y a la tranquilidad casi no tienen eco en este país; vende más el conflicto, la confrontación, que la deliberación tranquila. El debate puede ser apasionado y no necesariamente tenemos que ponernos todos de acuerdo y pensar igual, porque nadie va a pensar igual que el otro, pero sí debemos tramitar nuestras diferencias de manera diferente.
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¿Qué opina de las voces que advierten que podrían estar en riesgo las elecciones de 2026?
Pues por supuesto que va a haber elecciones. Es más, todos deben ser un poco más prudentes. Lo que debemos defender es la institucionalidad y la democracia de este país. Los cambios que hemos logrado vía democrática se dan en el marco de unas instituciones sólidas y eso, al igual que a la democracia, hay que defenderlo por encima de cualquier diferencia política que exista. Flaco favor le hace a la democracia las voces que hablan de reelección presidencial o que no habrá elecciones.
¿El presidente Petro está dando las garantías para haya elecciones?
Totalmente. Yo he asistido a las reuniones de la Comisión de Seguimiento Electoral y, por ejemplo, el Plan Democracia es un plan que las autoridades han venido construyendo con suficiente antelación y que es interinstitucional. El presidente se está encargando de garantizar que el proceso democrático se dé con garantías para todos y hay una institucionalidad que se encarga de que todo esto funcione.
Nota de la redacción: Esta entrevista circula en la edición impresa de El Espectador de este viernes 18 de julio junto a un diálogo con el presidente del Senado, Efraín Cepeda (Partido Conservador), el cual también puede consultar siguiendo este enlace: “Se ve a un presidente sin ganas de hacer elecciones”
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