Luis Manuel Díaz, padre del futbolista Lucho Díaz, fue secuestrado el pasado 28 de octubre en Barrancas, La Guajira, por el Ejercito de Liberación Nacional (ELN). “Hemos tenido conocimiento oficial de que el secuestro fue perpetrado por una unidad perteneciente al ELN”, informó en su momento el jefe de la delegación en los diálogos de paz, Otty Patiño.
En la noche de este viernes, 3 de noviembre, el Frente de Guerra Norte del ELN, responsable del secuestro, anunció en un comunicado que ya inició su proceso de liberación. Al tiempo, alias Antonio García, máximo comandante de la guerrilla, reconoció que fue un error haber secuestrado al padre del futbolista.
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Sobre eso, el expresidente Ernesto Samper señaló a través de su cuenta de Twitter que, si bien el secuestro del padre de Lucho Díaz y de cualquier ciudadano es una violación flagrante del cho Internacional Humanitario, celebra que en este caso “el ala pacifista del ELN, que está sentada en la mesa de negociación, haya conseguido frente que el ala militarista tramitara la liberación”.
De acuerdo con Samper, no hay que darle las gracias al ELN por eso, pero señaló que hay otros sectores guerreristas en Colombia que, frente a estas dificultades, preferirían que “se acabara la mesa y volviéramos a la guerra”.
Además, pidió al país entender que “hay que seguir en el proceso de paz para evitar que a futuro estos hechos sigan presentándose. No olvidemos que la paz se está negociando en medio de la guerra y que este tipo de sucesos pueden presentarse de parte y parte, lo importante es que puedan superarse”, dijo.
Por último, señaló que “es peligroso generalizar que no hay voluntad de paz. Las cifras que yo conozco sobre el funcionamiento del cese al fuego muestran claramente que los hechos de violencia han bajado sensiblemente en las zonas donde tiene presencia el ELN”.
Igualmente, dijo que gracias a que está abierto un espacio de negociación, “se pudo conocer la situación del padre de Luis Díaz. Entendamos que, lo que le sirve al país es tratar de superar este escollo, haciéndole todos los reclamos que quieran al ELN, pero reconociendo que el cese al fuego, a pesar de estos tropiezos, está funcionando”.
“En estos procesos hay que ir construyendo la confianza, hace tres años este panorama era imposible. Hoy en día, después de un año, ya dimos el primer paso que es el acuerdo de cese al fuego y le sumamos los protocolos humanitarios para proteger a la población civil y que las partes no cometan actos que afecten a las comunidades”, concluyó.
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