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¿Se raja el Gobierno en su trato con la oposición?

A pesar de que el presidente Petro se haya reunido con Álvaro Uribe, varios opositores aseguran que no es suficiente y que les han faltado garantías.

Juan Sebastián Lombo
06 de noviembre de 2022 - 02:00 a. m.
Posesión de los nuevos congresistas para el período 2022-2026 y del último discurso de Iván Duque como presidente de Colombia, el cual fue  interrumpido por abucheos y hasta gritos de “mentiroso” por parte de la bancada de oposición.
Posesión de los nuevos congresistas para el período 2022-2026 y del último discurso de Iván Duque como presidente de Colombia, el cual fue interrumpido por abucheos y hasta gritos de “mentiroso” por parte de la bancada de oposición.
Foto: Óscar Pérez

Antes de que Gustavo Petro llegara al poder se venía hablando de cuál sería la oposición y cómo sería la relación con esta. Incluso, en diálogo con El Espectador, el senador Gustavo Bolívar se manifestó sobre este vínculo antes de siquiera haber sacado la importante votación que tuvieron en las legislativas.

“Nosotros sí vamos a respetar a la oposición. A nosotros nos han violentado de todas las maneras, pero sí vamos a respetarlos. Les vamos a enseñar qué es de verdad la democracia”, fueron las palabras de uno de los más firmes escuderos del presidente. Ya en el poder y con una mayoría en el Congreso que pocos mandatarios han llegado a tener, lo dicho por Bolívar se ha puesto a prueba.

A simple vista la oposición que tiene el gobierno Petro es bastante reducida. Además del Centro Democrático, en el Capitolio solo es opositor la Liga de Gobernantes Anticorrupción (el movimiento de Rodolfo Hernández). Ahora último se ha venido sumando Cambio Radical, que aunque se declaró independiente, sus posiciones en contra de algunas propuestas del Ejecutivo han llegado a ser más severas que las del uribismo.

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Aun así, es poco el contrapeso que han podido ejercer y el panorama muestra una reducida presencia de estos sectores en la labor legislativa, hasta el punto de que algunos ya alzan la voz por supuestas vulneraciones a sus garantías como contrarios al Gobierno.

Reclamos que se han vuelto comunes en redes sociales. Más allá de las reuniones que ha tenido el presidente Petro con el expresidente Álvaro Uribe y algunos miembros del Centro Democrático, aseguran que no han sentido un buen trato. Son varias las denuncias sobre falta de tiempo para estudiar los proyectos -han acusado al oficialismo de aplicar el “pupitrazo” en las iniciativas más importantes- y hasta han cuestionado el manejo de la palabra en las sesiones por parte de los presidentes de Cámara y Senado.

Analizar el trato que ha recibido la oposición en poco menos de 100 días de gobierno es un tanto complejo. Muchas veces la respuesta desde el oficialismo es que les están haciendo lo mismo que a ellos les hicieron en el pasado o que sí se están brindando garantías.

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Para tratar de ver el panorama, lo más preciso es ver cuál ha sido la participación de la oposición en el Congreso. Y para esto nada mejor que entrar a ver el desempeño que han tenido los proyectos que este sector ha radicado desde que comenzó la legislatura, el 20 de julio, hasta esta semana. Así las cosas, se puede decir que los proyectos de la oposición y los independientes han estado relegados.

En total son 77 iniciativas las que cursan en Senado y Cámara que provienen de estos sectores. Es una cifra corta cuando se observa que hay alrededor de 495 textos entre proyectos de ley y actos legislativos tramitándose en las dos corporaciones, es decir, que tan solo el 15 % son de la oposición. De cierta forma, se puede decir que el trabajo de redacción de proyectos no ha sido tan arduo en los sectores ajenos al Gobierno. Pero el asunto no pasa por los pocos proyectos, sino que no se ha visto mucho interés en las comisiones por sacar adelante aquellos textos cuya autoría es de la oposición o de los independientes.

Las únicas de estas iniciativas que han avanzado en su trámite, y se encuentran en fases adelantadas, son las que concuerdan con otras propuestas de los afines a la Casa de Nariño: la que modifica los tiempos de sesiones del Congreso y la que reduce el salario, que van para tercer debate. El resto de iniciativas de la oposición e independientes se encuentran, en su mayoría, estancadas.

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Actualmente hay 70 proyectos de ley de los partidos de oposición e independientes, y solo dos están ad portas de ser discutidos en plenaria, uno en Senado (establecer el ingreso base de cotización de los independientes) y otro en Cámara (eliminación de beneficios a feminicidas). El resto está repartido entre los que fueron acumulados -apenas 3- y el resto que se encuentra a la espera de ser debatidos en comisión.

La mayoría de estos proyectos ni siquiera tienen ponentes asignados. Solo 13 de estas iniciativas ya tienen lista la ponencia y aguardan que se les incluya en el orden del día. Hay un caso especial con ocho iniciativas y es que vienen desde el Congreso pasado. Estas han continuado su trámite, pero están a la espera de que les asigne un ponente para poder tener un tercer debate.

Los simples números (ver gráfica) dejan observar que el trámite de los proyectos de la oposición no va muy bien. Solo dos han tenido debates en esta legislatura. Aunque es necesario señalar que normalmente en el primer año se da prelación a la agenda del Gobierno y los proyectos radicados por sus contradictores no tienen mucha relación con esta o van en contra.

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Sin embargo, es notorio el poco espacio que han tenido y se complementa con la percepción de varias figuras de la oposición e independientes sobre el trato que han recibido desde el Ejecutivo. Buena parte de los que hablaron con este diario hablan de “malos tratos” y “falta de garantías”.

De los independientes consultados, solo en el Partido Mira aseguran estar conformes. El senador Manuel Virgüez, vocero de la colectividad, señaló que no han recibido un trato preferencial o en contra, y aseguró estar cómodo con la manera en que han sido planillados los proyectos radicados, a debatirse en próximos días.

Esta postura riñe ampliamente con la de Cambio Radical, que ha dicho en distintos momentos estar en disgusto pleno con lo que han recibido del Ejecutivo. “Nos hemos apartado del Gobierno porque todo lo que proponemos no es tenido en cuenta”, expresó el senador Carlos Abraham Jiménez, que complementó: “Ellos han acrecentado la ruptura y nos han catalogado de opositores. Era algo que no queríamos, pero el presidente del Senado y el Gobierno nos han apartado”.

Jiménez fue más allá y aseguró que no se les había vuelto a dar la palabra en sesiones sino hasta que “hicimos bulla”: “Han tenido una actitud hostil al partido. Han demorado nuestros proyectos y venimos pidiendo un debate de control político hace mes y medio, y es la hora que no nos definen la fecha”. El senador David Luna es otro que se ha quejado de faltas de garantías en el Congreso, a través de redes sociales y a en diálogo con este diario.

La percepción de los dos partidos de oposición en el Congreso, Centro Democrático y Liga de Gobernantes Anticorrupción, es muy similar a la expresada por Cambio Radical. “Lo que hemos encontrado es que ha sido muy difícil garantizar el trámite legislativo y el principio democrático”, comentó el senador Miguel Uribe, uno de los más activos del uribismo en temas como la tributaria.

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Este se quejó de que pidieron votar artículo por artículo de la reforma, para discutir puntos controversiales, y la Mesa Directiva se los impidió. “Hay dificultades con las constancias y uso de la palabra. Si se hiciera un trabajo de ver los tiempos que dan, son menores para nosotros”, agregó Uribe, quejándose también de que no agendan sus proyectos.

Un reclamo muy similar hizo el representante Hernán Cadavid, de la misma colectividad, que no solo se quejó de la falta de agendamiento de proyectos, sino de la falta de trámite de los debates de control político que ha planteado la oposición: “Los debates que hemos solicitado no han sido agendados”.

En este sentido, Cadavid también acusó problemas en cuanto a el estatuto de oposición, pues no les han dado los espacios de televisión que les corresponde y tampoco les han dejado fijar los órdenes del día. “Hay una restricción de garantías, muy distante a lo que debería ser el tratamiento con la oposición en Cámara y Senado”. El senador Miguel Uribe agregó que han tenido reuniones con el presidente Gustavo Petro, pero esto no se ha traducido en que se tenga en cuenta sus preocupaciones, por lo que poco han servido estos encuentros.

Un sentimiento similar ronda la Liga de Gobernantes Anticorrupción. La representante Tatiana Sánchez es tajante al decir que “no hay garantías para los que nos declaramos en oposición”. Según expresó, en las plenarias no se tienen en cuenta sus intervenciones, proposiciones u otros aportes. “Es increíble que se denominen el Gobierno del cambio y no tienen en cuenta realmente lo que la oposición quiere aportarle al país”. Sánchez recalcó que no es solo el tema de dar la palabra en la plenaria, sino que se les deberían dar los espacios para construir los “proyectos de equidad del Gobierno Nacional”. “Es preocupante los mínimos espacios que nos han dado en plenarias y comisiones”, concluyó.

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