Impacto mujer
Dejando huella

Michaela Walsh, pionera de las finanzas para las mujeres

La fundadora del Banco Mundial de las Mujeres estuvo en Cali acompañando la conmemoración de los 40 años de la Fundación WWB, que trabaja por el empoderamiento económico femenino.

Laura Alejandra Moreno Urriaga
08 de octubre de 2022 - 02:00 a. m.
Michaela Walsh, fundadora del Banco Mundial de las Mujeres.  / Fundación WWB Colombia
Michaela Walsh, fundadora del Banco Mundial de las Mujeres. / Fundación WWB Colombia
Foto: Fundación WWB Colombia

Hasta 1972 Wall Street, principal centro financiero de Estados Unidos y el mundo, no contaba con la participación de ninguna mujer, pues era un mundo de hombres de negocios. El proceso ha sido lento y la participación de las mujeres sigue siendo baja.

Un estudio de la consultora Deloitte evidenció que en 2019 las mujeres representaban más del 50 % de los trabajadores del sector financiero de Estados Unidos, pero solo el 22 % de los cargos de dirección eran ocupados por ellas, y se espera que en 2030 esa cifra llegue al 31 % en Estados Unidos.

Aunque el camino para aumentar la participación femenina en el sector financiero todavía es muy largo, hubo un punto de inflexión en 1972, cuando Michaela Walsh, financiera y banquera de Kansas, se convirtió en la primera mujer en trabajar en Wall Street como representante de la empresa Merrill Lynch.

Walsh creó un comité con participantes de la Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Ciudad de México en 1975, para buscar alternativas que vincularan a las mujeres al sistema financiero formal a través del crédito. En 1979, fundó el Banco Mundial de las Mujeres (WWB por sus siglas en inglés), organización global dedicada a ofrecer servicios financieros a las mujeres, atendiendo áreas productivas de la economía, pero centrándose en negocios pequeños y medianos.

Walsh inició las operaciones de esta red, facilitando el acceso al crédito y expandiendo los servicios financieros a las mujeres más vulnerables. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo se asoció a la red WWB, apoyando la consolidación de un fondo de capital de US$6 millones.

Su trabajo en Colombia se ha enfocado en Cali, donde se celebró la primera reunión del WWB, en 1979, donde acompañó la creación de la Fundación WWB Colombia, como una afiliada de la red WWB, con el apoyo de Margarita Guzmán, quien trabajaba en la realización de talleres rurales de la Federación Nacional de Cafeteros, fomentando el desarrollo de mujeres microempresarias y capacitándolas en el área financiera.

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A sus 87 años, Walsh sigue asesorando a la fundación WWB de Cali y nos cuenta cómo ha sido su experiencia acompañando el proceso de empoderamiento económico de las mujeres alrededor del mundo durante más de cuarenta años.

¿Cuál fue su motivación para ir a Wall Street?

Mi idea es que las mujeres tengan más opciones y un camino más fácil del que yo tuve. Quise ir a Wall Street porque ahí estaba el dinero y los negocios. Fui a trabajar al Líbano y después de cinco años, cuando regresé, me di cuenta de que todavía no permitían que las mujeres trabajaran en ventas ni en cargos donde estuviera el dinero.

Yo quería trabajar con las personas, así que empecé a trabajar temas de finanzas con mujeres adolescentes durante varios años, y en 1975 asistí a la primera reunión de mujeres de las Naciones Unidas en México. Desde ahí no volví a mirar atrás.

¿Cómo fue el inicio de su trabajo con Naciones Unidas para apoyar la autonomía económica de las mujeres?

Cuando empecé a trabajar con las Naciones Unidas no sabía sobre desarrollo internacional. Yo sabía sobre ahorros y banca internacional, así que durante cuatro años estuve aprendiendo y visitando cinco regiones del mundo para identificar cuáles eran las necesidades de las mujeres en materia económica. Encontré que las mujeres no tenían acceso a servicios bancarios, pues para acceder necesitaban la firma de su esposo; estaban excluidas del sistema financiero.

Mi intención era enfocarme en la creación de productos diseñados hacia los usuarios, no hacia los inversionistas. Aunque no sabíamos el detalle de cómo se hacían los negocios en esos países, el objetivo es que las mujeres tuvieran acceso a dinero para solicitar créditos y desarrollar sus proyectos.

¿Cómo se relaciona el Banco Mundial de las Mujeres con las Naciones Unidas?

Fue importante el trabajo de reconocimiento que hicimos de las regiones con las Naciones Unidas, para identificar las necesidades y problemáticas de las mujeres, pero para la segunda reunión del Banco Mundial de las Mujeres, Naciones Unidas quiso enviar observadores. Les dijimos que no, porque nuestro propósito no era seguir haciendo las cosas como las hacen los hombres, como se hace en un mundo con reglas hechas por los hombres, sino aprovechar las oportunidades y soluciones que se pueden generar desde el trabajo que hacíamos.

¿Cómo llegó el Banco Mundial de las Mujeres a trabajar con organizaciones de Cali?

Entramos en contacto con una firma alemana y desarrollamos lo que en ese momento fue la Organización de Desarrollo Internacional, que después se convirtió en el Banco Mundial de las Mujeres. La primera reunión de esa organización se realizó en Cali y encontré que aquí se estaba haciendo un trabajo con las mujeres de bajos recursos desde la Fundación Carvajal para que pudieran acceder a créditos y servicios financieros.

¿Por qué eligieron Cali para trabajar en Colombia?

Cali es un modelo de impulso a las mujeres desde las organizaciones independientes que debería extenderse y visibilizarse. Lo importante es que promocionemos el desarrollo de los proyectos de las mujeres para que se escuche su voz en el mundo. Hay mujeres que hacen las cosas distintas, algunas trabajan en grandes conglomerados y otras en procesos más pequeños o en distintas zonas, pero desde cualquier campo son liderazgos que se deben apoyar e impulsar.

Los bancos se enfocan en expandir el banco, y está bien, pero lo importante es que a través de sus fundaciones y organizaciones puedan proveer a las mujeres educación, entrenamiento y confianza para poder desarrollarse en las comunidades, que ellas sean las dueñas de sus procesos y propiedades, algo que todavía no sucede en muchos países.

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¿Cuáles son los beneficios para la economía de trabajar por la inclusión financiera de las mujeres?

Cuando empezamos, las mujeres no tenían servicios bancarios y la respuesta era que otorgarles esos productos representaba muchos riesgos económicos para las entidades. Necesitamos que las mujeres tengan acceso igualitario al sistema financiero, porque estudios han mostrado que si ellas tienen mayores ingresos o utilidades de sus emprendimientos invierten hasta tres veces más que el hombre en salud, educación y nutrición para su familia. Eso genera un desarrollo económico y social sostenible, y un impacto positivo en el crecimiento y la economía del país.

¿Cómo apoya el Banco Mundial de las Mujeres los emprendimientos y la inclusión financiera de las mujeres en países donde todavía se restringen sus derechos?

El llamado constante es a que las organizaciones de mujeres e incluso desde la cooperación internacional se incentive a alzar las voces por los derechos de las mujeres y por el respeto a una vida digna. Es probable que el próximo presidente de las Naciones Unidas sea una mujer del Caribe; eso cambiaría completamente las dinámicas, porque sería un paso para transformar el pensamiento del hombre blanco sobre la participación de las mujeres.

¿Cuáles son las barreras que persisten para acceder al sistema financiero?

Necesitamos aprovechar a las nuevas generaciones, en especial su gran capacidad con las nuevas tecnologías, para que podamos divulgar y entender de dónde venimos, cuáles son nuestro puntos en común, ver hacia el pasado e identificar los procesos que quedaron pendientes y que aún tienen potencial y se pueden convertir en nuevas oportunidades para alcanzar la igualdad.

El problema hace un tiempo era poder conseguir trabajo, que persiste en una menor medida, y ahora el reto es lograr la igualdad.

¿Cuál es la importancia de que cada vez más mujeres ocupen puestos de liderazgo y toma de decisiones?

Las mujeres hemos tenido un importante rol de cuidado sobre los hogares, aun mientras trabajamos. Son las mujeres las que están al tanto de la salud y educación de sus hogares, pero en el ámbito comunitario también hay un rol de cuidado: nos preocupamos más por los asuntos ambientales; así mismo las soluciones que proponemos y nuestra forma de trabajar es diferente, no copiamos a los hombres.

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Esas características son necesarias a la hora de tomar decisiones, necesitamos más mujeres y mujeres diversas en estos cargos para mejorar la sostenibilidad de las empresas, un mayor impacto social y un mejor gobierno corporativo.

¿Qué pueden hacer los gobiernos para impulsar la participación de las mujeres en la ruralidad y en roles de liderazgo?

Deben crear mecanismos para que más mujeres participen de los procesos normativos, que sean ellas quienes reescriban y eliminen las restricciones que impiden el progreso y la autonomía de las mujeres, que, a la larga, también están afectando el desarrollo de los países.

Laura Alejandra Moreno Urriaga

Por Laura Alejandra Moreno Urriaga

Comunicadora y periodista de la U. Javeriana. Hago parte del equipo editorial de Impacto Mujer en El Espectador. He trabajado como periodista en temas de género, verdad y conflicto. También en coordinación de proyectos de innovación social y estrategias de contenidos multimedia.@lamorenourlamoreno@elespectador.com

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