El 27 de mayo de este año, sobre las 11:11 p.m. fue confirmada la muerte de Kepa Amuchastegui, reconocido actor colombiano recordado por su participación en producciones como Betty, la fea, La nieta elegida, Un ángel llamado azul, Los pecados de Inés de Hinojosa, entre otras. “Se nos fue con un respiro lento y sereno, esta bellísima persona. Lo recordaremos siempre con mucho amor”, escribieron sus familiares en sus redes sociales.
En diciembre del año pasado, el actor, quien interpretó a Roberto Mendoza en la telenovela de Fernando Gaitán, reveló que padecía de un cáncer que había comprometido las paredes de la vejiga, por lo que tuvo que ser operado para extirpar el tumor.
Aunque luchó por su vida, la enfermedad había avanzado aceleradamente y su cuerpo resistió solo cinco meses más. El actor aseguró en un video que publicó en sus redes que siempre deseó morir haciendo lo que le gusta: “Me habían escogido para interpretar el papel protagónico en la obra de teatro El padre. Pensé, y así se lo dije a todo el mundo, que prefería morir sobre un escenario que ha sido lo mío toda la vida que en una cama cualquiera. Pero tras las dos operaciones que me habían hecho, quedé en un estado de debilidad total y la recuperación era muy lenta".

Kepa Amuchastegui, actor colombiano.
¿De qué murió Kepa Amuchastegui?
Iona Amuchastegui, una de sus hijas, aseguró en una entrevista para Expediente final: “no le tenía miedo a la muerte, pero sí al dolor, él no podía con el dolor. Por su parte, su otro hijo Unai, agregó: “él tenía esa esperanza de que la ciencia iba a salir con la pepa que lo iba a devolver a sus mejores épocas”.
Antes del cáncer de vejiga, el actor sufrió de cáncer de piel, pero pocos se enteraron. Además, sufrió fallas renales, cardiacas y, además, tenía anemia. “Cuando le ofrecen actuar en ‘El Padre’, él dice: ‘cero tratamientos, ninguna de esas cosas, yo lo que voy a hacer es estar en las tablas, así me muera’. Cuando entró a la clínica de cuidados paleativos él ya estaba delirando mucho, tenía momentos de lucidez, pero muchos otros momentos en que estaba entre mundos, no tenía claro que lo que veía o no era real”, agregó Unai.
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Pese a su enfermedad, Kepa insistía en seguir su vida laboral y personal con normalidad: “A él le gustaba que lo vieran bien, que lo vieran libre, así él tuviera que aparentar y se estuviera sintiendo mal. Él toda la vida tuvo problemas con la espalda, él se torcía y quedaba con un espasmo que lo dejaba casi que sin moverse, pero eso casi nunca nadie se daba cuenta”.

