Kepa Amuchástegui Eloizaga nació en Bogotá y desde muy joven viajó por el mundo. Después de matricularse en arquitectura en Los Andes y entrar, casi de inmediato, al grupo de teatro de esa universidad, comenzó también a formarse como actor. Ganó una beca para estudiar en la Université Internationale du Théâtre en Parísy luego estuvo en la Royal Shakespeare Company, de Londres.
Amuchastegui archivó los planos y los diseños y los remplazó por guiones. En la década del 60 regresó al país de su periplo por Europa, y en 1968, junto con diez compañeros, amantes y estudiosos del teatro, entre ellos Eddy Armando, Consuelo Luzardo y Paco Barrero, fundó el teatro La Mama, uno de los escenarios emblemáticos del teatro capitalino.
Con un gran camino recorrido en las tablas, llegó a la televisión en 1983, con un personaje contundente: el inquisidor Juan Mayorga, en ‘La pezuña del diablo’. De ahí, su carrera fue prolífica y apasionante: Kepa, el apasionado por el arte en todas sus expresiones, hizo teatro, cine y televisión y fue actor, director, productor y escritor. ‘Camelias al desayuno’, ‘Los pecados de Inés de Hinojosa’, ‘Garzas al amanecer’, ‘La Pola’, ´Bolívar’, ‘La reina de Indias y el conquistador’, ‘El olvido que seremos y ‘Águilas no cazan moscas’, son algunas muestras de ese talento, que le hizo merecedor, en el 2021, del Premio Víctor Nieto a toda una vida en los Premios India Catalina, un homenaje a su trayectoria y dedicación a las artes escénicas.
Sin embargo, como les ocurre a muchas glorias de la actuación, la edad comenzó a dejarlo por fuera de escena y vio escasear el trabajo. En las redes sociales habló del tema y también planteó opciones, como la de dictar clases de actuación online. Adicionalmente, ofreció sus servicios como profesor de idiomas.
El inolvidable Roberto Mendoza de ‘Yo soy Betty la fea’
Kepa, que debe sus nombres y apellidos a sus ancestros vascos, fue sacerdote, villano, padre estricto, abuelo amoroso, gamonal y patriarca déspota, por mencionar algunos de sus roles, sin embargo, fue como el empresario Roberto Mendoza, dueño de Ecomoda, en ‘Yo soy Betty, la fea’, la telenovela más laureada de la pantalla colombiana, que su rostro se hizo mundialmente famoso.
20 años después del lanzamiento de ‘Bety’, Amuchastegui volvió a formar parte del elenco de ‘Betty la fea, la historia continúa’, la producción que desarrolló Amazon Prime Video. Curiosamente, su personaje grabó un video en que dejó clara su última voluntad: que Ecomoda estuviera en manos de su nuera.
Hace menos de un mes, Kepa hizo algo similar: grabó un video, que presentó como una pieza audiovisual que tituló “Kepa Amuchastegui presenta Cáncer”. Allí explicó que su ausencia de las redes sociales se debía a sus problemas de salud y comunicó que había sido diagnosticado con un incurable cáncer de vejiga. En el material que hoy se constituye en el último de su vida, admitió su deseo de morir en un escenario, pero la llegada del mal que lo condenó a una silla de ruedas, después de la cirugía a la que se sometió el 28 de diciembre pasado, se lo impidió. Su hijo Unai, también director, y su nuera Ana, lo ayudaban en los desplazamientos.“Pensé que prefería morir sobre un escenario, que ha sido lo mío toda la vida, que en una cama cualquiera (...) pero tras las dos operaciones, quedé en un estado de debilidad total y la recuperación ha sido muy lenta”, contó.
Es posible que hubiera pensado que ese escenario final sería el Teatro Nacional de la calle 71. Le ofrecieron el protagónico de ‘El Padre’, obra que por estos días está en temporada, y que protagonizaron en cine Anthony Hopkins y Olivia Colman.
De hecho, durante varias semanas acudió a sus ensayos, pero la complejidad de los traslados desde su casa en Tabio, Cundinamarca, hasta Bogotá, trayectos en el que tardaba más de dos horas, terminaron convenciéndolo que “era inviable”, recordó en el video mencionado anteriormente. Ante su decisión, Jairo Camargo asumió el rol.
“Renunciamos a la idea, lástima. Eso sí, alcancé a lucirme en una primera lectura de la obra que alcancé a hacer, mi interpretación alcanzó los aplausos tanto de Pamela, la directora del teatro, como de todo el elenco… Ese día, pese a la decisión tomada, todos ellos me hicieron sentir muy feliz”, dijo el laureado artista.
El legado de Kepa Amuchastegui
Kepa, quien cumplió 83 años el 9 diciembre pasado, concedió una entrevista a El Espectador hace seis meses, donde mencionó cómo quería ser evocado cuando muriera: “Me gustaría ser recordado como lo que soy, básicamente un actor”. También explicó la importancia que siempre le dio a ser un hombre digno: “alguien que se esmeró por ser bueno y no hacerle mal a nadie. Lo más honesto posible con lo que hacemos, espero que me recuerden como una persona buena y honesta en lo que hago y lo que digo”. En dicha charla lamentó que el teatro y el cine hubieran perdido su connotación artística y se enfocaran solamente en lo comercial, como también indicó que, pese a los achaques de la edad, se sentía bien. Menos de dos meses después sería diagnosticado con cáncer.
Estaba tan apasionado con el arte que siempre estuvo ligado a él, aun cuando no estuviera trabajando. En pandemia dedicó horas a leer poesía, cuentos y relatos para cautivar con sus historias a sus seguidores en redes sociales. Continuó con esta costumbre después de la emergencia sanitaria. Solo la interrumpió cuando enfermó.
Al igual que Roberto Mendoza, en su video final dejó claro cuál era su legado, en su caso no podía ser otro que material artístico: “Más de 600 videos de toda índole desde novelas hasta anécdotas de la vida personal, pasando por poesía, cuentos y más para que te ayuden a llenar esos ratos vacíos”, mencionó.