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Constanza Duque vuelve tras duelo por pérdida de su pareja: “Uno queda vulnerable”

Desde que comenzó en la televisión, en la década del 80, la actriz manizaleña no dejó de actuar hasta hace un par de años, cuando prefirió detenerse para elaborar el duelo que enfrentó al perder a su pareja. Su regreso a las tablas no solo marca un momento profesional, sino la oportunidad de seguir sanando.

Por Luz Alexi Castillo
17 de agosto de 2025
Constanza Duque vuelve tras duelo por su pareja: “Uno queda muy vulnerable”
Fotografía por: Felipe Marino

Constanza Duque sigue siendo la mamá de Gaviota para millones de televidentes. Su rol en ‘Café con aroma de mujer’, novela que se estrenó a finales de 1994, se convirtió en el más entrañable de su carrera. Ya habían escogido a otra actriz para desempeñar el papel, y al director Pepe Sánchez le parecía que Duque se veía demasiado joven para ser la madre de la recolectora de café, encarnada por Margarita Rosa de Francisco, pero ella se quedó con el papel. En 1995, su interpretación la hizo merecedora del Premio India Catalina en la categoría Mejor Actriz de Reparto.

Vendrían personajes en ‘Cara o sello’, ‘Guajira’, ‘Pecados capitales’, ‘El estilista’, ‘La ley del corazón’, ‘Dejémonos de Vargas’ y ‘Noticia de un secuestro’. Fueron decenas de producciones que la mantuvieron vigente, “hasta tuve hasta un talk show”, menciona la actriz que mermó su ritmo cuando, después de pandemia, su pareja por casi 30 años enfrentó una larga y fatal enfermedad. Ahora regresa a las tablas, tras casi una década de no hacer teatro, con una obra que partió de una idea original suya y que le ha permitido cerrar el duelo.

Constanza Duque admite que le teme al paso de los años

¿De dónde surge ‘La cuerda floja’, la obra que marca su regreso al teatro?

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De las ganas de contar historias. Nos atraía mucho el circo. Siempre ha sido para mí un embeleco, un atractivo, los recuerdos. Creo que todos tenemos una memoria del circo. ‘La cuerda floja’ era una cosa que resumía el personaje que era una mujer que fue la reina de la cuerda floja, la faraona, y en este momento no se puede subir a la cuerda, en un momento de crisis muy grande. La obra también menciona el paso del tiempo que nos genera dudas, miedos y que parece que nos quisiera comer vivos. Y para los artistas, el tiempo a veces parece un enemigo.

¿Le teme al tiempo, al paso de los años?

Sí, mira es un sentimiento muy dual, porque por un lado pienso que soy esa suma de horas de vuelo. Si no hubiera tenido estos años de trayectoria, lo que he recorrido, lo que he vivido, no serían tan ricas las historias que puedo contar, los personajes que puedo crear. Por otro lado, está el tiempo como esta imposición, de los estereotipos, de mantenerse joven, de no envejecer. Esa parte asusta y aquí hablamos un poco también como de lo cruel que es estar en el showbusiness, estar en una profesión en la que nuestro instrumento de trabajo es nuestro cuerpo, nuestra cara, que envejece, que va perdiendo facultades, en un medio que a veces no perdona. Por eso trato de estar muy sana, muy activa, es como la forma de mantenerme joven. Me cuesta aceptar la vejez en la medida en que me empiece a enfermar o a tener achaques. Le tengo miedo más como al dolor o a la enfermedad que a las arrugas.

Constanza Duque está de regreso en la obra 'La cuerda floja'

Constanza Duque está de regreso en la obra 'La cuerda floja'

Fotografía por: Felipe Marino

¿Cómo se mantiene a los 74 años?

Yo me llamo Constanza, imagínese más constante. Con mucha disciplina. Desde que empecé en este oficio tuve ese entendimiento, de que este cuerpo era mi instrumento de trabajo, no era un chip de mi generación. (Creíamos) que nacíamos de buena genética, con cuerpos bonitos o pieles buenas. Sabía que lo tenía que cuidar en todo sentido. El teatro, exige mucho trabajo físico. Desde que empecé en la escuela de teatro, empecé a estudiar danza, y esto fue llegando con cosas, como la alimentación y también el ejercicio, que es el gran secreto de la juventud. Nado casi todos los días, hago pilates.

La eterna mamá de Gaviota en ‘Café con aroma de mujer’

Para algunos sigue siendo la mamá de Gaviota en ‘Café’ ¿cómo se siente con eso?

Sí y en un comienzo me agobiaba. Pero vivo muy agradecida con ese personaje que hizo que la gente me quisiera mucho, entonces no puedo ponerme brava si en la calle o en un restaurante me reconocen por él. Pero he hecho otros personajes también y trato de romper los esquemas buscando otros, como el de Magaly en ‘La cuerda floja’. La mamá de Gaviota fue un personaje muy lindo, que además me abrió muchas puertas, que me hizo conocer, que hizo que mi carrera fuera más apreciada y eso repercutió económicamente también en mi trabajo, porque yo en ‘Café’ me gané 2 pesos, pero de ahí empecé a cobrar distinto.

Recuerdo que mis dos primeros cheques llegaron como de 700.000 pesos al mes.Como a los dos meses, fui a hablar con la jefe de producción, en esa época no había mánagers, y me puse a llorar, eso no tiene presentación. Luego voy a ver y me subieron y después me volvieron a reajustar. No era que me ganara millones, pero me sentí súper bien paga y ahí pude ahorrar.

Sufrió una pérdida antes de este regreso a las tablas, ¿cómo fue ese proceso?

“Sí, fue una pérdida muy grande de mi pareja de 29 años, hace 3 años largos. El duelo había empezado porque había una situación de salud bien difícil y pandemia. Eso fue como fuerte, porque era cuidar a una persona inmunosuprimida, pero, sin embargo, yo quería también seguir trabajando a pesar de tener que estar ahí. Necesitaba como una cosa que me sacara todo el tiempo del tema de salud, médico, clínico. Ahí fue cuando hice ‘Noticia de un secuestro’ (serie de Prime). Fue maravilloso y durísimo, porque yo hacía de Doña Nidya Quintero cuando matan a su hija Diana Turbay, entonces lloraba por Diana, lloraba por mi pareja, que estaba mal, pero eso me salvaba. De ahí empecé como un proceso de duelo.Siempre he tenido como una persona, una psicóloga, que me ayuda a entender muchas cosas de la vida y a trabajar la salud mental, que es algo a lo que no le paramos bolas, pero que hay que trabajar. Empecé a hacer terapias, meditaciones, muchas cosas. Digo que no me faltó sino ir donde el indio amazónico, pero gracias a eso logré este sueño que tenía, que es el montaje.

Fue una terapia y medicina maravillosa para hacer el duelo, para sacar muchos dolores, para exorcizar el miedo, porque después de una situación así, de tanta entrega y de tanta lucha, de vida o muerte, uno queda muy vulnerable y tal vez ahorita la obra es también una terapia para mí, porque estamos hablando de la vida y la muerte que es la cuerda floja, como que si uno se descuida se puede caer. Con la obra se cierra ese ciclo, es raro finalizar un duelo, porque uno siempre va a tener ese gran recuerdo, es entenderlo de otra manera. A comienzos del año le dije a mi mánager ‘ya me puedes otra vez soltar en el mercado, ya puedo hacer casting’ y, de hecho, he hecho muchos. La obra me ha traído mucha nostalgia, como de lo que hubiera sido esto acompañada, pero también como de felicidad”, mencionó Constanza.

¿Dónde y cuándo ver ‘La cuerda floja’?

La obra, que escribió Johan Velandia partiendo de una idea de COnstanza Duque, se presenta de jueves a sábado a las 8 p.m. en el teatro Arlequín, de Casa E Borrero y los domingos a las 5 p.m.“ ‘La cuerda floja’ es también un homenaje a esa relación, a mi carrera, a mi vida, a lo que he vivido”, puntualizó Constanza.

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