La vida pública de Juan Gabriel era de conocimiento de sus seguidores, sin embargo el artista, cuyo nombre real era Alberto Aguilera Valadez, era especialmente celoso con su faceta personal y familiar. Aun así, paradójicamente por más de 40 años, se grabó así mismo en la intimidad de sus shows, su casa y su entorno más cercano, para que quedara registrado cómo era la persona detrás de la estrella, cuando él ya no estuviera. Las revelaciones de ese material son muchas y están contenidas en ‘Juan Gabriel: debo, puedo y quiero’, la serie documental que él mismo narra y que estrenó Netflix este 30 de octubre.
El material comienza con imágenes del funeral del artista en ciudad de México y la llegada del féretro al palacio de Bellas Artes, el mismo donde se presentó después de soñar con hacerlo por mucho tiempo y lograrlo finalmente, derrotando los prejuicios de una sociedad machista, que por un tiempo sintió, lo señaló.
En su despedida, más de 700 mil personas lo acompañaron, según deja ver la recién estrenada apuesta, que a diferencia de otras de este tipo, su equipo de producción no se fue detrás de la celebridad, buscando captar su lado más humano e íntimo. Aquí es el mismo Juan Gabriel quien se graba en todo momento, algo que comenzó a hacer a comienzos de la década del 70, cuando apenas soñaba con llenar estadios o teatros.
Juan Gabriel comenzó a grabarse en video en 1971
Su primera cámara la compró en 1971 cuando lanzó su álbum debut ‘El alma joven’, el mismo que contenía el icónico tema ‘No tengo dinero’. Con plata en el bolsillo, también le compró una casa a su madre y él empezó a grabar lo que hoy está en pantalla.
De alguna manera, la serie, que se compone de cuatro episodios, es narrada por él y construida por él, con declaraciones de sus hijos, personas de su confianza y amigos. La labor de los documentalistas fue compleja e inusual: observar cientos de horas de grabación acumuladas en una bodega, ordenarlas, estructurarlas y montarlas en un relato íntimo y coherente de tal manera, que no incluyera solamente la vida del cantante, sino la intimidad de quien estaba detrás de él. Así, a lo largo de la narración, es el mismo Juan Gabriel, quien descubre a su creador, Alberto, y se muestra cómo era cuando se trataba de la estrella en el escenario, pero también, cómo se comportaba, reía, divertía y por que no, también sufría, cuando se despojaba de esa piel para ser quien siempre fue: Alberto Aguilera Valadez, un hombre sensible, sencillo y familiar, nacido el 7 de enero de 1950, en Parácuaro, México.
Siendo un material que él mismo produjo por años y años, donde no posó, ni se maquilló o preparó para grabar, por el contrario, son cientos de escenas donde luce natural: recién levantado, comiendo, jugando con sus hijos, celebrando algún cumpleaños, bailando a solas, cantándole a la cámara, caminando, pensando o incluso durmiendo o simplemente viviendo, es sencillamente revelador.
Las responsables de la docuserie, María José Cuevas en la dirección y Laura Woldenberg e Ivonne Gutiérrez en la producción, ya habían pensado en una película, pero cuando descubrieron una bodega llena de videos supieron que tenían que abandonar la idea de una cinta, para aprovechar al máximo las imágenes que el divo de Juárez había hecho.
Como si se tratara de un plan perfecto, Juan Gabriel grabó intros, saludos, variadas imágenes de apoyo y frases clave que hoy suenan incluso a premoniciones. “Se está haciendo un video para cuando yo ya esté en este planeta, para dejarlo como un testimonio y he querido así compartirlo con ustedes….”, dice al comenzar la producción.
La genialidad del divo fue tal que se grabó una conversación con él mismo, con contraplanos. Un diálogo entre Juan Gabriel y Alberto donde los dos personajes se expresan con franqueza y muestran admiración y apoyo mutuo. El segmento deja más que claro que el artista hacía perfecta diferencia entre el divo del escenario, rol que había creado para su público; y el hombre de carne y hueso que era padre, hijo, amigo y compositor. El artista grabó esto después de recuperarse de una neumonía que lo tuvo lejos de la tarima y los estudios por meses, incluso hubo temor de que no pudiera volver a cantar.
Son muchos los aspectos que el espectador descubre a lo largo de los cuatro episodios. A continuación siete de los más impactantes.
Siete cosas que el documental de Juan Gabriel de Netflix reveló
1. Juan Gabriel se escapó del internado
A los cinco años, Alberto Aguilera fue internado por su madre, Victoria Valadez, en la Escuela de Mejoramiento Social para Menores, de Juárez. Según Juan Gabriel, allí su mamá, quien se desempeñaba como doméstica, nunca lo visitó y él la extrañaba. Cuando tenía 12, decidió fugarse y lo hizo cuando fue a tirar la basura. Quería ir a ver a su mamá. El artista admite que fue necio de niño y le dio bastante lidia a su familia.
Durante su adolescencia y viendo la situación estrecha de su mamá, se dedicó a cantar en buses.
2. Juan Gabriel estuvo en la cárcel en dos ocasiones ¿Por qué?
El artista fue detenido en México cuando ya era una estrella por deudas con el fisco, esto es de conocimiento público. Pero también se sabe que estuvo en Lecumberri, una de las prisiones más peligrosas de México. Tenía 20 años cuando fue invitado a una fiesta, se quedó dormido en la casa de la anfitriona y al otro día, amaneció en medio de una casa vacía. La dueña del lugar lo acusó de robo. Fue condenado a un año y seis meses. Antes de esto, ya Aguilera había sido reseñado, siendo menor de edad, por delitos como robo.
El periodista Fernando del Rincón, quien le hizo la famosa pregunta sobre si era homosexual, a lo que el artista respondió “lo que se ve, no se pregunta”, también le indagó sobre su experiencia en la cárcel. “Esas son cosas que no se olvidan, no vivo del pasado. Vivo del presente y el futuro me lo voy a pasar muerto. Cuando lo meten en la cárcel a uno, le dan la llave de la sabiduría y aprende muchas cosas”, dijo el cantante.
3 Antes de llamarse Juan Gabriel, fue Adán Luna
Antes de ser famoso como Juan Gabriel, el Divo de Juárez, en Chihuahua, donde creció, cantó en bares con bastante éxito bajo el nombre de Adán Luna. Escogió este apelativo por el personaje de un cómic de la época de un hombre en el espacio. El productor Enrique Okamura de RCA, su primer compañía disquera, le sugirió cambiarlo: Juan porque era de su gusto y Gabriel en honor a su fallecido padre. El artista le puso el Gabriel a cuatro de sus hijos.

Antes de llamarse Juan Gabriel, usó el nombre de Adán Luna para sus presentaciones
4. Juan Gabriel no pagaba impuestos ¿por qué?
Eso queda más que claro no solo por las noticias que generó cuando aún vivía y sus declaraciones. El intérprete de ‘Abrázame muy fuerte’ y ‘Querida’ creía que los artistas entregaban tanto al público y a un país que deberían estar exentos de pagos tributarios. En el documental, sus conocidos cuentan que no pagaba sus obligaciones y por ello, llegó un momento en el que se le prohibió cantar, no solo en México, sino también en Estados Unidos. “Con el ego que tenía de sí mismo empezó a fallar. Él pensó que todo lo tenía bajo control, eso le empezó a traer problemas”, mencionó su amigo Jesús Salas al respecto. Fue detenido en el 2005 en Juárez antes de un concierto por evasión.
En Estados Unidos también tenía deudas fiscales y demandas por incumplimiento de conciertos, reveló el documental.
5 A Juan Gabriel le gustaba comprar casas
En la docuserie queda claro que en vista de que Alberto Aguilera creció en la estrechez económica sin techo propio, una vez se hizo famoso y tras comprarle la casa a su mamá, adquirió varias para él. Tenía propiedades en Ciudad de México, Juárez y Acapulco, por mencionar algunas. Cuando sus hijos eran pequeños adquirió una enorme casa en Santafé, Nuevo México, allí crecieron los pequeños, pero hoy esa amplia mansión está abandonada, pues se mudaron a Florida. El artista también tenía una propiedad en California, donde falleció el 28 de agosto del 2016.
6 Días antes de morir, Juan Gabriel se comenzó a despedir
Según cuenta en la serie su hijo Iván Gabriel, antes de fallecer comenzó a despedirse. “Días antes que muriera me dijo ‘ven porque si no, ya no me vas a ver… no te pongas triste me tengo que ir…”, mencionó el primogénito del artista que también reveló que grabó el material de sus videos personales hasta días antes de su muerte.
El plan de Juan Gabriel con ese material, fue tan perfecto que incluso grabó días antes de su fallecimiento una despedida en cámara, después de 40 años grabándose. El día anterior a su muerte, dio su último concierto en Los Ángeles, para algunos “el mejor de todos”.
El cantante falleció de un paro cardíaco, infarto agudo al miocardio, diría el boletín oficial, en su casa en California, Estados Unidos. El documental revela la llamada al 911 que se realizó desde su domicilio solicitando una ambulancia. Tenía 66 años.
El material de Netflix también detalla que pese a tener afección cardíaca cuando llegó el momento de remplazar una válvula del corazón, se negó y nadie lo pudo convencer de que lo hiciera.
7 La relación de Juan Gabriel con Rocío Dúrcal
Fue el mismo Juan Gabriel quien abordó a la Dúrcal cuando ella llegó de España y le propuso grabar, sin anticipar que se convertirían en una exitosa dupla musical.
La pareja se hizo muy amiga, pero luego se alejó. En la serie, es claro que tuvo que ver un poco el ego de ambos. Fueron tan cercanos que ella fue madrina de su hijo menor Joan. Se reconciliaron para un disco, pero las cosas no se dieron para terminar una planeada gira. En el documental, también se menciona que al artista le dolió no haber ido a ver o hablar con la española cuando ella enfermó.
