Si fuera una historia de amor a primera vista, Evaluna Montaner y Camilo Echeverry no la hubieran protagonizado, pues su primer encuentro fue muy normal. Fue en Bogotá, donde la artista, que vivía con sus padres Ricardo y Marlene, se cruzó por primera vez con Camilo, cuando los dos fueron contratados para presentar el lanzamiento de una línea de cuidado capilar.
Luego de una conversación corta e informal, que terminó con una selfie y con un sencillo que Camilo le firmó y regaló a Evaluna, cada uno siguió por su lado. Los dos, que en ese momento estaban comprometidos sentimentalmente, Camilo con Gabriela Andrade y Evaluna con Andrés Parra, no sabían que en poco tiempo terminarían con sus respectivas relaciones y que el recuerdo de ese primer encuentro volvería a primer plano.
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Ella dio el primer paso
Pasaron varios meses, y Evaluna dio el primer paso. Le escribió a Camilo un mensaje directo por Twitter, saludándolo y comentando que había perdido el sencillo que le había regalado. El cantante le contestó que, casualmente, la había pensado. La venezolana, venciendo su timidez, le pidió el número para poder comunicarse por WhatsApp. Desde ese momento, la distancia geográfica entre ambos, Evaluna en Miami y Camilo en Bogotá, parecía no existir. Los mensajes eran diarios, se escribían y hablaban de temas cotidianos, sueños, planes y reflexiones. Eran amigos, confidentes y cómplices virtuales.
Lo siguiente era la videollamada, un paso que Camilo, luego de asegurarse de que se veía bien, realizó. Era como si se conocieran de toda la vida. Hasta que llegó el día de pasar de la virtualidad a la presencialidad. Un viaje familiar del clan Montaner a Bogotá fue el marco perfecto para que ella lo invitara a cine. Camilo decidió ir al aeropuerto. No podía esperar a la cita para el anhelado encuentro personal que borraría o traería más mariposas en el estómago.
El paisa la vio y no sabía qué decirle, a pesar de conversar a diario con ella, durante casi un año. Y al cuarto día, uno antes de su viaje de regreso, se hicieron novios e inició una historia de amor que se ha contado a través de canciones y que ha mantenido la atención de millones de seguidores en el mundo.
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La pareja de cantantes sorprendió a sus seguidores al confesar que decidieron llamar a su primogénita, Índigo, nombre de su reciente canción.
Amoroso apoyo
Un momento poco grato fortaleció su relación. La enfermedad del papá de Camilo, una grave neumonía, con pronóstico reservado, los unió y Evaluna se convirtió en su gran apoyo, en su fortaleza para no perder la fe y mantener el optimismo. Camilo encontraba a la mujer indicada, a su fuente de inspiración en momentos alegres y difíciles, como lo dejó ver cuando, desde el hospital, le cantó Medialuna, tema que le dedicó y que escribió en sus largas estadías en el lugar.
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