El dueño de la discoteca Antonio Espaillat, se puso a “entera disposición” de la justicia, luego de que se publicara que la demanda es por “homicidio involuntario”. Con “el más alto sentido de respeto institucional y humano, nos dirigimos a usted en nombre de la entidad jurídica (...) propietaria del Jet Set, con el propósito de manifestar (...) nuestra entera disposición de colaborar” con la justicia, dijo el gerente de la firma, Antonio Espaillat, en un texto dirigido a Rosalba Ramos, principal autoridad del Ministerio Público Dominicano, según registraron los medios locales.
Fueron los padres de Melissa Tejeda y Gustavo Suero, víctimas mortales de la tragedia, quienes demandaron a Espaillat, así como el Estado dominicano y la alcaldía del Distrito Nacional y las respectivas autoridades, pues consideran que hubo negligencia y omisión en el “el cumplimiento de sus deberes”.
Los familiares de Virgilio Cruz, otro fallecido en la tragedia, también demandaron argumentando que “resulta inequívoco que hay méritos probatorios suficientes para sindicarle” a los propietarios del club el delito de “homicidio involuntario”.
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Familia de Rubby Pérez también demandaría
Aunque Zulinka, la hija mayor de Rubby Pérez, el cantante de 69 años que estaba cantando con su orquesta en el escenario cuando el techo colapsó, indicó en varias de sus recientes entrevisas que su familia también demandará, aún no se ha confirmado que los abogados que la representen ya hayan interpuesto esta acción legal.

Discoteca Jet Set solía presentar grandes estrellas de la música tropical como Sergio Vargas, Eddy Herera. El último en cantar allí fue Rubby Pérez
Sobre los hechos y sus causas, las autoridades están en la investigación para puntualizar en los mismos, no obstante, ya en información preliminar, así como las opiniones de expertos dominicanos coinciden en que fueron determinantes el sobrepeso y en general, el deterioro del techo de la discoteca que llevaba tiempo y que incluso visitantes como artistas que habían cantado allí habían notado y expresado. Es el caso de Sergio Vargas, quien estuvo dando show menos de un mes antes de la tragedia.
La discoteca que presentó un incendio dos años atrás y que siguió funcionando, a pesar de que algunas versiones indican que recomendaron una demolición es propiedad de la familia Espaillat, que también está en el negocio de las emisoras del país.

