La historia de la joven aprendiz del FBI, Clarice Starling, personificada por Jodie Foster, y el psiquiatra asesino en serie y caníbal, Anibal Lecter, en manos de Anthony Hopkins, que ganó cinco Premios Oscar en su año, incluyendo Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor, Mejor Actriz y Mejor Guion llegó esta semana al catálogo de Netflix y poco a poco, ha ido escalando en lo más visto.
No era para menos, la también conocida como ‘El silencio de los corderos’ fue la apuesta que en 1991 consolidó al actor Anthony Hopkins, quien ya tenía una carrera brillante en el cine, pero necesitaba un rol para lograr ese brillo único de monstruos del séptimo arte en cuanto a la interpretación. Foster, pese a su juventud, también era considerada una actriz única. Había acabado de ganar el Oscar.
En la cinta la investigadora forense y el asesino se convirtieron en una dupla inquietante que mantiene diálogos que resultan magnéticos en medio de un relato de suspenso del que es difícil desprenderse. La meta de la agente del FBI es capturar a Buffalo Bill, un asesino que según lo que ha trascendido es inspirado en Ed Gain, con la ayuda de Lecter, quien tiene la habilidad de analizar la conducta de psicópatas como él.
Aníbal, adicionalmente lleva a Clarice por una confrontación personal consigo misma, por un hecho que la marcó en su niñez y que tiene todo que ver con su rol de agente del FBI. Es Aníbal quien de alguna manera le ayuda a Clarice a clarificar ese trauma. El resultado: un clásico.
Hay que mencionar que una adaptación de de la novela homónima de Thomas Harris, que además tiene siguientes partes. Posteriormente, el rol de Clarice le fue entregado a Juliane Moore.
Jodie Foster y Anthony Hopkins no se hablaron en el rodaje. Tenían miedo
En ‘El silencio de los inocentes’ el miedo es permanente y la actriz Jodie Foster explicó muchos años después como se dio la relación entre ella y Hopkins y dejó al descubierto cómo la lejanía y el temor que se vivió entre ella y Anthony de alguna manera es también la que el espectador percibe. La pareja nunca sostuvo una conversación fuera del set. Ella misma evitaba al actor que así como el caníbal, le producía pánico.
Durante una entrevista que Foster sostuvo en el 2016 con el espacio británico The Graham Norton Show en 2016, la ganadora del Oscar detalló cómo vivió aquel rodaje bajo la dirección de Jonathan Demme. “No, nunca hablé con él. ¡Daba miedo! Como las escenas eran tan largas, lo encerraban al principio del día, y llegamos al final de la película y nunca habíamos tenido una conversación”
Solo el último día él rompió el hielo: “Se me acercó y se me saltaron las lágrimas; le dije: ¡Te tenía mucho miedo!, y él me respondió: ¡Yo te tenía miedo!”, recordó Jodie.

