Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
En la tarde de este 24 de agosto el Ministro de Salud, Fernando Ruiz, anunció que Colombia participará en los ensayos clínicos de la fase 3 que llevará a cabo la multinacional Johnson & Johnson y su grupo de compañías para desarrollar la vacuna para COVID-19. (Lea Todo lo que implica desarrollar una vacuna para COVID-19)
Aunque hasta el momento no se conocen los detalles, Ruiz aseguró que se espera que ese estudio clínico inicie en septiembre. Comenzará, advirtió el Minsalud, una vez se tenga los datos provisionales del estudio clínico de fase 1/2a, que está en curso en Estados Unidos y Bélgica. (Lea “El punto no es cuántas vacunas comprar, sino qué tan rápido las van a entregar”)
“Las conversaciones se venían adelantando de manera discreta desde semanas atrás. Asimismo, se han adelantado otras conversaciones con diferentes farmacéuticas. El costo de este estudio será asumido directamente por Janssen”, señaló Ruiz a través de un comunicado de prensa.
También aseguró que ya se firmó un acuerdo de confidencialidad y que se están adelantando conversaciones con otras compañías farmacéuticas que están participando en la carrera por desarrollar una vacuna para el COVID-19. Hasta hace unas semanas se sabía que Colombia se había sentado a negociar con otros cinco proyectos: el de AstraZeneca con la Universidad de Oxford; el de la empresa china Sinovac; el de Sinopharm (también china); el de CanSino Biologics Inc. y el Instituto de Biotecnología de Beijing (China); y el de la multinacional de EE.UU. Pfizer en alianza con la alemana BioNTech.
Sin embargo, por el momento no se sabe con precisión cuáles son los términos del acuerdo de confidencialidad negociados con Johnson & Johnson, cuya vacuna busca introducir genes de coronavirus en las células, ayudándose de un virus. El medicamento ya demostró eficacia en monos y en el momento se encuentra en la fase II.
Como explica el Ministerio, ese ensayo clínico será realizado en voluntarios sanos entre 18 y 60 años a nivel global y será conducido por centros de investigación locales. La idea es aplicar dosis en hasta 60 mil voluntarios (en todo el mundo). El propósito de dársela a esa cantidad de personas es, justamente, porque en la fase III se demostrará si realmente cumple con los dos propósitos esenciales que debe cumplir todo medicamento: si es seguro y si tiene una eficacia real.