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Del envejecimiento saludable y la importancia de los centenarios

La ONU declaró la década 2020-2030 como la de la longevidad saludable, buscando fomentar la capacidad funcional y bienestar en la vejez a nivel global. Juan-Manuel Anaya, director del Centro de Investigación e Innovación en Salud (CIISA) de COOLADUS EPS, escribe sobre cómo envejecer saludablemente.

Juan-Manuel Anaya*
27 de septiembre de 2023 - 01:22 a. m.
Genérica Opinión EE
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Foto: Diego Peña Pinilla

Hay dos formas de envejecer. La primera es exitosamente, manteniendo la capacidad funcional, que permite bienestar en la vejez, preservando las funciones cognitivas y físicas, y permitiendo mantener las actividades sociales. La segunda, sin éxito, cuando las personas desarrollan una o más enfermedades relacionadas con la edad, como por ejemplo enfermedades cardiovasculares y metabólicas, o trastornos cognitivos como la demencia.

A pesar de que la pirámide poblacional se haya invertido, y hoy haya cada vez más adultos mayores (>60 años), es poca la atención que se le presta a esta población, pese a las leyes que se han promulgado para su cuidado y protección. Tales son el caso de la ley 1850 de 2017 y de la ley 2055 de 2020. La primera estableció medidas de protección al adulto mayor, y modificó otras leyes previas. La segunda, aprobó la «convención interamericana sobre la protección de los derechos humanos de las personas mayores», adoptada en Washington en 2015. Hay otras leyes, y diversas normas, pero la mayoría se han quedado en el papel. Así mismo, hay poca investigación en longevidad en el país, y el número de geriatras y gerontólogos es insuficiente.

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El por qué los humanos desarrollan enfermedades relacionadas con la edad es un enigma que vale la pena estudiar seriamente. Sin embargo, un enigma aún más fascinante es comprender cómo algunas personas son capaces de vivir durante un siglo o más (centenarios).

Aquellas áreas del mundo donde las personas viven vidas considerablemente más largas son llamadas zonas azules, no por otra razón que por el color con el que fue marcada la primera de ellas en la región de Barbaglia (Cerdeña, Italia). En estas zonas se encuentran octogenarios, nonagenarios y muchos centenarios, así como súper centenarios (personas que han alcanzado los 110 años). Otras zonas azules son Okinawa (Japón), Icaria (Grecia), Loma Linda (California) y la Península de Nicoya (Costa Rica). Sin embargo, a medida que la población mundial envejece se están definiendo otras zonas azules, incluyendo algunas en Colombia.

De acuerdo con el estudio de los centenarios de las cinco zonas azules mencionadas, se han definido 9 reglas comunes para la longevidad: 1) moverse y mantenerse activo, 2) plantearse un propósito diario o “ikigai”, palabra japonesa que se usa para referirse a las “razones de ser” o, más precisamente, las razones por las que nos levantamos cada mañana, 3) mantenerse relajado y disfrutar la cotidianidad, 4) comer un 20% menos de lo que se quisiera comer, 5) comer de origen vegetal y natural, 6) tomar vino (u otro licor), moderadamente, 7) mantener una red de amigos, 8) formar parte de una cultura de fe (religión) y 9) priorizar la familia. Diferentes combinaciones de estas reglas crean la posibilidad de llegar a centenarios y evitar patologías relacionadas con la edad. No obstante, si bien estas reglas son necesarias, pueden no ser suficientes.

El estudio de los centenarios es crucial para comprender los mecanismos que regulan el envejecimiento y las condiciones relacionadas con la edad. Los centenarios son personas únicas, en quienes la combinación de estímulos externos encontrados durante toda la vida y los factores hereditarios les permiten llegar a esa edad, en la mayoría de los casos exitosamente. Para la prevención de enfermedades relacionadas con la edad, será transcendental desarrollar intervenciones médicas que nos permitan replicar la biología de los centenarios en una persona promedio. En efecto, hoy en día, gracias a la investigación científica, se estudian marcadores biológicos, tanto genes como proteínas, asociados a la longevidad y se realizan ensayos terapéuticos para favorecer la longevidad saludable.

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Es tal la importancia de la longevidad desde el punto de vista de la salud pública que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha declarado la década del 2020-2030 como la década de la longevidad saludable, definida esta como “el proceso de fomentar y mantener la capacidad funcional que permite el bienestar en la vejez. La capacidad funcional consiste en tener los atributos que permiten a todas las personas ser y hacer lo que para ellas es importante”.

De acuerdo con la ONU, “se necesita urgentemente un decenio de acción mundial concertada sobre el Envejecimiento Saludable. En el mundo hay ya más de mil millones de personas que tienen 60 años o más, la mayoría de ellas en países de ingresos bajos y medianos. Muchas de esas personas no tienen siquiera acceso a los recursos básicos necesarios para una vida plena y digna. Muchas otras se enfrentan a numerosos obstáculos que les impiden participar plenamente en la sociedad”.

No es improbale que en un futuro los parques infantiles sean reemplazados por áreas de entretenimiento para personas mayores, y que los espacios de los deslizaderos y columpios sean reemplazados por áreas de ajedrez, lectura, dominó y parqués. ¿Estamos preparados para esta transición?

*Director del Centro de Investigación e Innovación en Salud (CIISA) de COOLADUS EPS.

Por Juan-Manuel Anaya*

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