Haga una respiración profunda. Ahora suelte el aire lentamente. En los 6 segundos que acaban de pasar, tres personas en el mundo perdieron su vida por causa de una enfermedad cardiovascular. Al menos una de esas muertes podría haberse evitado, y posiblemente otra sería retrasada por varios años, si algunos cuidados esenciales fueran introducidos en los estilos de vida de la comunidad.
Hoy se conmemora el día mundial del corazón, celebración creada en 1999 por la Organización Mundial de la Salud y la Federación Mundial del Corazón. Esta fecha busca generar conciencia en la población acerca del impacto de las enfermedades cardiovasculares (infartos del corazón, accidentes vasculares del cerebro, y otros problemas de los vasos sanguíneos) en la salud de las comunidades. Esta fecha también busca recordarnos que pequeñas acciones, seguidas día a día, pueden evitar o retrasar la enfermedad cardiovascular. (Lea: Un hospital colombiano entre los mejores del mundo en 2022)
Recientemente la Asociación Americana del Corazón publicó los ocho cuidados esenciales del corazón, una sencilla lista de acciones que podemos tomar para alejar la enfermedad cardiovascular y gozar de mejor salud. Estos cuidados incluyen:
Alimentarse bien. Una dieta saludable no tiene que estar fuera del alcance del bolsillo y cualquier persona, haciendo pequeños ajustes, puede alimentarse de forma más saludable. Una guía sencilla incluye asegurarse que la mitad del plato esté constituida por frutas o vegetales (y no, la papa no es un vegetal). Un cuarto del plato puede contener almidones (papa o yuca), harinas (como la pasta) o cereales como el arroz. Por último, un cuarto del plato contendrá la porción de proteína o carnes (ojalá alternando su origen, pescado, pollo y carne). El consumo de sal debe ser moderado y es útil reconocer que alimentos como el pan tienen bastante sal, aunque no lo percibamos.
Ser físicamente activos. Como sociedad cada vez somos más sedentarios, sin embargo, un cuerpo activo es un cuerpo saludable. Cada adulto debe hacer lo posible por introducir sencillos hábitos como usar escaleras en lugar del ascensor, incluir pausas activas en tareas de oficina, dar un paseo más largo a la mascota, o caminar algunas cuadras extra cada día, para aumentar sus niveles de actividad física. Lo ideal es que una persona realice más de 150 minutos semanales de actividad física moderada (como trotar o montar bicicleta) o intensa (como correr, jugar futbol o nadar) a la semana. (Lea: La Organización Panamericana de la Salud ya tiene nuevo director. ¿Quién es?)
Evitar la obesidad. Nuestro organismo busca estar en un estado de equilibrio, en el cual gasta energía para cumplir sus funciones, y por lo cual requiere energía externa (en forma de alimento) para mantener el balance. Los bajos niveles de actividad física en la población, sumado a la abundancia de alimentos ricos en calorías y con poco valor nutricional, favorecen que el cuerpo “ahorre” energía para el futuro, en forma de grasa. Otros problemas metabólicos, como el hipotiroidismo también pueden provocar que las reservas de grasa en el cuerpo aumenten. La obesidad es un factor de riesgo para enfermedades del corazón y para problemas articulares como la artrosis de rodilla y cadera. Es una tarea de todo, adoptar comportamientos que nos ayuden a mantener un peso adecuado a nuestra talla, a lo largo de la vida.
Dormir bien. Dormir es un proceso biológico natural que es crítico para el mantenimiento de la salud. Dormir poco, o en exceso, está asociado a enfermedad cardiovascular. Además, personas que por sus ocupaciones tienen patrones de sueño alterados, como trabajadores de turnos nocturnos, también tienen un mayor riesgo de problemas del corazón. Los adultos debemos hacer lo posible por tener 7-8 horas de sueño reparador al día. Hábitos de higiene de sueño, como evitar usar pantallas dos a tres horas antes de dormir ayuda a que nuestro sueño sea reparador. Una corta siesta en el día también cae muy bien. (Lea: Una cepa de Ébola en Uganda provoca el primer brote en 10 años)
Mantener una presión arterial normal. El movimiento de la sangre mantiene los niveles de oxígeno y energía en nuestros órganos. Este movimiento de la sangre se favorece por una presión (o tensión) arterial adecuada. La tensión arterial normal de un adulto es de 120/80 o muy cercano a este valor. Los niveles de presión arterial altos, hipertensión arterial, aumentan el esfuerzo que tiene que hacer el corazón y poco a poco dañan la estructura de los vasos sanguíneos. Una de cada tres personas con hipertensión arterial no sabe que sufre esta enfermedad, y una de cada tres personas tratadas por hipertensión no están adecuadamente controladas. Es necesario conocer nuestros niveles de presión arterial, y cuando sea posible recibir el tratamiento óptimo. El tratamiento puede requerir del uso de varias sustancias (fármacos) y en la actualidad, hay medicamentos que combinan varios fármacos en una las recomendaciones brindadas por el personal médico.
Reducir el colesterol en la sangre. El colesterol es una grasa esencial para mantener el funcionamiento de nuestras células y producir hormonas como la testosterona y los estrógenos. El colesterol en la dieta proviene de fuentes animales (las plantas no tienen colesterol). El colesterol en la sangre se presenta en formas como el colesterol “bueno” (HDL) o el “malo” (LDL). Los términos bueno o malo se usan para describir la participación del colesterol en la formación de placas de grasa dentro de las arterias. El colesterol LDL facilita el taponamiento de las arterias, proceso que puede llevar a complicaciones como los infartos. (Lea: Supersalud mantendrá por 4 meses más el seguimiento especial a la EPS Savia Salud)
Controlar el azúcar. La glucosa es un azúcar que actúa como la principal fuente de energía en nuestro organismo. Nuestro cuerpo puede obtener la glucosa directamente de los carbohidratos en la dieta, pero también la puede obtener de las grasas y las proteínas. Niveles de azúcar persistentemente altos en la sangre están asociados a diabetes o prediabetes. Es importante conocer cuáles son los niveles de azúcar en nuestra sangre con pruebas como la glicemia en ayunas y después de comer, o la hemoglobina glicosilada (un examen un poco más avanzado que nos informa que tan altos han estado nuestros niveles de azúcar durante los últimos 3 meses). También es útil desbaratar mitos como que los jugos son siempre saludables. Un jugo natural puede contener niveles de azúcar muy altos. Es mejor comer y disfrutar el aporte nutricional de la fruta sin procesar.
Evitar la exposición al cigarrillo. La exposición a humo de cigarrillo o cigarrillos electrónicos está asociado a problemas pulmonares. El consumo de cigarrillo también causa problemas cardiovasculares y está asociado a varios tipos de cáncer. El uso de cigarrillos electrónicos, vapeadores, se ha extendido en jóvenes y todavía no son claras sus consecuencias a largo plazo. Es clave apoyar a las personas que desean dejar de fumar y promover estrategias que prevengan el uso de cigarrillo y vapeadores en jóvenes.
En resumen, el trabajo en equipo de cada persona, su comunidad y los trabajadores de la salud puede ayudar a proteger al corazón por medio de sencillas acciones. Comportamientos saludables como comer y dormir bien, practicar actividad física, controlar nuestro peso, presión arterial, azúcar y colesterol en la sangre, y evitar la exposición a cigarrillo, pueden dar más vida a nuestros años y traer una mejor calidad de vida en adultos mayores. Sin contar que la promoción de la salud cardiovascular es una de las mejores estrategias para disminuir el gasto de los sistemas de salud.
*Profesor de la Universidad de los Andes.
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