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El covid-19 y la gripa aviar no son enfermedades parecidas en lo más fundamental: mientras la primera ya provocó una pandemia y se ha instalado en los seres humanos, la segunda es una enfermedad que afecta principalmente a las aves y ocasionalmente puede infectar a los humanos, pero no ha causado una pandemia global. La gripe aviar se transmite principalmente entre aves y su impacto en los humanos es más limitado y menos frecuente en comparación con el covid-19. Además, el virus de la gripe aviar y el SARS-CoV-2, que causa el covid-19, son de tipos diferentes y tienen diferentes mecanismos de transmisión y efectos en el organismo. Aunque no son comparables, los científicos de EE. UU. están preocupados por la respuesta que le está dando ese país a los últimos acontecimientos que han involucrado a la gripe aviar.
La gripe aviar, específicamente el H5N1 (que es un virus de alta patogenicidad, es decir, que causa enfermedades graves y a menudo mortales en las aves) se detectó hace unos meses entre el ganado y otros animales de granja en algunos Estados de Estados Unidos, en un brote que no había ocurrido antes.
“Aunque la amenaza de una pandemia de H5N1 no parece inminente (esta variante aún no ha demostrado el potencial de transmitirse de persona a persona), la respuesta inicial del gobierno federal (de Estados Unidos) sugiere que, en lugar de prestar atención a las lecciones de la covid-19, los funcionarios electos y otros tomadores de decisiones clave pueden estar recurriendo a un tipo peligroso de revisionismo que podría provocar más muertes, si el H5N1 causa una pandemia”, escribe un grupo de expertos en salud pública en el New England Journal of Medicine, una de las revistas médicas más prestigiosas del mundo.
Los expertos recuerdan que ese país ha desarrollado planes de preparación para pandemias que han involucrado a instituciones como la Academia Nacional de Medicina, Ciencias e Ingeniería. “Sin embargo, a pesar de estos planes y advertencias, y a pesar de estar clasificado como el país más preparado entre 195 para manejar una pandemia en el Índice de Seguridad Sanitaria Global en 2019, cuando llegó la Covid-19, Estados Unidos tuvo un desempeño terrible según la mayoría de los indicadores”, escriben los expertos. Creen que durante la pandemia de covid-19, ese país tuvo unas debilidades “enmascaradas por un exceso de confianza, ya que algunos funcionarios electos y designados políticos aseguraron continuamente a los estadounidenses que el país tenía “las herramientas” para responder adecuadamente a esta nueva amenaza”. Algunas de esas debilidades, agregan, fueron claves en lo que tiene que ver con pruebas y vigilancia.
Y es justamente en esos dos campos en que los expertos creen que ese país se está volviendo a equivocar. “Los análisis genéticos recientes sugieren que el virus (el H5N1) circuló sin ser detectado en el ganado durante meses. Debido a la insuficiencia de las pruebas, también se desconoce el número real de casos entre los trabajadores de las granjas lecheras y otras explotaciones agrícolas. Al igual que sucedió con las instalaciones de envasado de carne en los primeros meses de la pandemia de Covid-19, la renuencia de los empleadores de las granjas lecheras a cooperar con los funcionarios de salud ha obstaculizado la realización generalizada de pruebas y vigilancia”, escriben. Además, “en el clima político actual, el Congreso puede no estar dispuesto a invertir miles de millones de dólares en investigación y desarrollo”.
Los expertos que firman el artículo también hacen énfasis en lo que creen ha sido una falta de coordinación entre las distintas agencias gubernamentales, algo que, dicen, también ocurrió al principio de la pandemia de covid-19. “La amenaza del H5N1 también surge en un entorno social, político y fiscal menos propicio para las medidas de salud pública que el de principios de 2020. Por ejemplo, la capacidad de ampliar rápidamente las contramedidas farmacéuticas, incluidas las vacunas, en los Estados Unidos puede verse afectada debido al aumento del sentimiento antivacunas y de los litigios, lo que hace que sea más riesgoso para los fabricantes invertir en investigación y producción”, agregan unas líneas después.
“Realmente no hemos hecho nada para abordar lo que está sucediendo en términos de la propagación de la gripe aviar en todo Estados Unidos; estamos volviendo a los mismos errores de siempre”, le dijo a The Guardian Gregg Gonsalves, profesor asociado de epidemiología en la Escuela de Salud Pública de Yale y coautor del artículo. “En este momento, el riesgo inminente es bajo y no hemos visto transmisión entre humanos. Pero el punto es que no esperamos a que eso suceda, ¿verdad?” “Todos estamos sumamente agradecidos de no estar atrapados en un ciclo como el de 2020, cuando nuestros hospitales y morgues estaban desbordados y no teníamos ningún recurso contra el virus”, agregó después, pero “la mejor manera de evitar el dolor que hemos sentido en los últimos cuatro años es estar preparados”.