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Adiós a Francisco Lopera, el médico que nos ayudó a entender el alzhéimer

El científico colombiano estaba convencido de que la ciencia está cerca de encontrar una cura para el alzhéimer, una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo. A lo largo de su carrera, mantuvo la esperanza de que los avances en genética, neurociencia y ensayos clínicos podrían llevar a un tratamiento efectivo, especialmente para la forma hereditaria de inicio temprano.

Redacción Salud

10 de septiembre de 2024 - 04:21 p. m.
Francisco Lopera anuncia su retiro del Grupo de Neurociencias de Antioquia
Foto: Universidad de Antioquia
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El médico y neurólogo colombiano Francisco Lopera, conocido por su destacada investigación sobre el alzhéimer, falleció este 10 de septiembre de 2024 en Medellín. Lopera lideró durante cuatro décadas el estudio de la “mutación paisa”, una forma hereditaria del alzhéimer de inicio temprano, que afecta a personas antes de los 50 años. Este trabajo lo llevó a obtener reconocimiento internacional, como el prestigioso Premio Potamkin en 2024, considerado el “Nobel” en investigaciones sobre alzhéimer.

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“El trabajo liderado por el doctor Lopera con familias de Colombia con enfermedad de Alzheimer, por casi 40 años, ha contribuido de manera significativa al conocimiento que se tiene en el mundo sobre esta enfermedad y las enfermedades neurodegenerativas”, dijo en su momento Yakeel T. Quiroz, profesora de la Facultad de Medicina de Harvard, directora del Laboratorio de Neuroimágenes de Demencia Familiar y del Programa Multicultural para la Prevención del Alzheimer —ambos del Hospital General de Massachusetts—.

Francisco Lopera nació en 1951 en Aragón, corregimiento de Santa Rosa de Osos, un pequeño municipio en el norte de Antioquia, con menos de 40.000 personas. Estudió medicina en la Universidad de Antioquia y se especializó en neurología en la Universidad de Barcelona. “A veces yo digo que yo no escogí el tema del alzhéimer, sino que el alzhéimer me escogió a mi”, reconoció en Telemedellín en una entrevista en abril pasado. “Cuando empecé a estudiar medicina, una de las cosas que más me impulsó a pensar en la enfermedad de Alzheimer es el hecho de haber visto a mi abuela con ella y que los médicos no proponían una solución. Me parecía que era negligencia. Cuando pensé en eso, que era una negligencia, me propuse en el futuro que cuando fuera médico eso no iba a pasar”, agregó.

Hace unos meses, y en entrevista con este periódico, Lopera recordó cómo llegó a este tema: “Estaba yo haciendo residencia en Neurología Clínica cuando tuvimos la oportunidad de recibir un paciente de Belmira, Antioquia, que había perdido la memoria y tenía 47 años. Me llamó la atención dos cosas. Uno, que era muy joven para tener una demencia tipo Alzheimer. Y dos, que tenía historia familiar de otras personas afectadas a una edad temprana: el padre, uno de los abuelos, algunos hermanos. Entonces vimos que era una forma familiar”. En 1986 publicaron en la revista Acta Médica Colombiana un artículo pionero que describía la primera familia con ese tipo demencia familiar de inicio precoz. Con el paso del tiempo, descubrieron casos en Yarumal, Angostura, Ituango, entre otros municipios antioqueños. Hasta hoy, se han identificado 25 familias con más de 6.000 herederos: 1.200 de ellos son portadores de la mutación paisa.

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Su trabajo no solo fue reconocido a nivel científico, sino también por su impacto en las comunidades locales, donde trabajó de cerca con las familias afectadas por esta forma de esa enfermedad.

En 2022, cuando los primeros resultados del estudio clínico que probaba en Colombia un medicamento contra el alzhéimer arrojaron resultados negativos, Lopera le dijo a este periódico: “Hubiéramos querido decir que funcionó. Nosotros estamos preparados para el fracaso, somos científicos, pero ellos (las familias de los pacientes) no. Ellos llevan esperando cuarenta años”. La enfermedad, explicaba Lopera, “tiene un efecto muy importante en la configuración de la familia. Si familia no logra rodear al paciente y protegerlo de una manera muy efectiva, para que no esté angustiado, para que pueda convivir adecuadamente con la enfermedad, se descuadra mucho el paciente y sufre mucho. Hay que intervenir no solo al paciente, sino a la familia, y cuidar al cuidador. Nosotros decimos que lo más importante es cuidar al cuidador”.

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La mayoría de esos pacientes y sus familias conocían a Lopera desde décadas atrás y la relación paciente-médico ya no definía con suficiente fidelidad la historia. “Son familia. Siempre les hemos dicho que nunca podrán encontrar solos la cura para alzhéimer y nosotros tampoco. Pero juntos podemos”.

Lopera era un convencido de que la ciencia está cerca de una cura para esta enfermedad, que afecta a millones de personas en todo el mundo. Cada vez que se le preguntaba sobre ello, hablaba Aliria, una antioqueña que calificaba de persona excepcional. Aliria tenía la mutación paisa, pero los años pasaron y su cerebro no siguió el curso de sus parientes antioqueños. Tenía más de 50 años y pocos síntomas.

Durante el año 2018, la antioqueña viajó a Boston (Estados Unidos) a realizarse escaneos que revelaron una particularidad: tenía dos genes, uno que debía producirle la enfermedad y otro que, increíblemente, la protegió de ella. Los primeros síntomas del alzhéimer, una falta de memoria leve, comenzaron a sus 70 años, un retraso de 30 años respecto a otros parientes con la mutación paisa. En la práctica, decía Lopera, eso es una cura: “Aliria ya nos la regaló, solo hay que ponerla en práctica”.

“No hay una cura, pero hay un progreso mundial enorme. Yo creo que la solución no va a tardar demasiado, muy pronto van a existir medicamentos que modifican el curso de la enfermedad”. El fallecimiento de Lopera ocurre semanas después del anuncio de su retiro del Grupo de Neurociencias de Antioquia (GNA).

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En ese momento, el científico declaró: “Estoy increíblemente orgulloso de lo que hemos logrado juntos. Aunque esta decisión ha sido difícil, creo que es lo mejor para mi salud y para el futuro del Grupo”. Se sabía que buscaba concentrarse en su salud, tras ser diagnosticado con un melanoma y haberse sometido, recientemente, a varios procedimientos médicos para tratarlo.

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