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La obesidad, dice la Organización Mundial de la Salud (OMS), es una compleja enfermedad crónica que se define por una acumulación excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud.
De acuerdo con las cifras más recientes de la OMS, en 2022 más de 2.500 millones de adultos de 18 o más años tenían sobrepeso y, de esos, más de 890 millones eran obesos.
Entre los impactos en la salud que puede generar la obesidad, se cuenta el aumento del riesgo de diabetes de tipo 2, las afecciones a la salud ósea y el mayor riesgo de que puedan aparecer determinados tipos de cáncer.
También se ha asociado a menudo con niveles elevados de lipoproteínas de baja densidad (LDL), más conocido como colesterol “malo”, así como con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Sin embargo, en una reciente investigación adelantada por científicos de universidades del Reino Unido, Suiza y Alemania, se encontró que personas con obesidad debida a formas relativamente raras por un gen tienen niveles más bajos de colesterol “malo” y menores índices de enfermedades cardíacas que sus pares con índica de masa corporal similar.
En otras palabras: la obesidad no siempre lleva a mayores niveles de colesterol “malo” y a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Eso sí, aclaran los investigadores en su estudio, que fue publicado en la revista académica Nature Medicine, esto solo es así en las personas que tienen en gen MC4R.
Este gen, explica Sadaf Farooqi, autora principal del estudio e investigadora de la Universidad de Cambridge, codifica una proteína fundamental en el cerebro que actúa como un freno del apetito.
“Su activación te indica que reduzcas la ingesta de alimentos. Si eso no funciona debido a mutaciones con pérdida de función, entonces no tienes el freno activado y aumentas de peso”, agregó la científica. Por esta razón, las personas que portan este gen, son propensas a la obesidad.
Pese a esto, las personas que portan el gen MC4R (alrededor del 1 % de las personas con obesidad), presentan niveles más bajos de colesterol “malo” y menor riesgo de enfermedades cardíacas.
“Es una noticia muy buena”, le dijo Anke Hinney, genetista de la Universidad de Duisburg-Essen en Alemania, a Nature. “Aunque la obesidad es bastante grave en los portadores de la mutación, su riesgo de sufrir estas complicaciones adicionales de la obesidad se reduce”, agregó.
Estos resultados, concluyeron los científicos, pueden ayudarle a los desarrolladores de medicamentos a desarrollar nuevos objetivos para tratar el colesterol alto.
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