Las mujeres son mayoría en las aulas, pero no en los cargos de poder

Un reciente informe de la Unesco aborda las desigualdades entre hombres y mujeres en el ámbito educativo. Se trata del Reporte de Monitoreo Global Educativo (GEM, por sus siglas en inglés), que parte de una afirmación contundente: la brecha de género en los liderazgos educativos es de 20 puntos, desfavoreciendo a las mujeres. En el documento también se examina la situación de Colombia en cuanto a la proporción de mujeres en cargos directivos, el tiempo que dedican a tareas administrativas, y su contacto con estudiantes y familias.

El informe comienza subrayando que las mujeres líderes en educación suelen tener enfoques diferentes a los de sus colegas hombres. Ellas priorizan la colaboración, el vínculo con la comunidad y el aprendizaje. “Si bien hay pocos indicios de que estas diferencias sean universales o inmutables, la evidencia apunta a que la falta de oportunidades equitativas se traduce en menos talento y menos enfoques diversos de liderazgo, lo cual representa una pérdida para los sistemas educativos, por no mencionar la evidente necesidad de equidad”, se lee en el documento.

Por ejemplo, solo el 16 % de los directores de escuelas primarias en 14 países africanos eran mujeres durante 2019. Las cifras, según se lee en el informe, tampoco son muy alentadoras para países como Camboya, la República Democrática Popular Lao y Malasia, donde apenas el 18 %, 25 % y 41 % respectivamente del alumnado de quinto grado asistía a escuelas con directoras.

En secundaria, el 57 % del profesorado a nivel mundial eran mujeres, aunque en 70 países de los que la Unesco obtuvo datos había una brecha de género de 20 puntos porcentuales en los puestos de liderazgo en la educación secundaria. Y en educación superior, las mujeres ocupaban el 45 % de los cargos académicos operativos, pero solo el 30 % accedía a roles de liderazgo. En otras posiciones de poder, como los ministerios de educación, su participación creció entre 2010 y 2023, alcanzando el 27 %. Al respecto, en el informe se analiza que “el liderazgo suele verse como una cualidad masculina, y las mujeres no suelen obtener el apoyo que necesitan para perseguir este tipo de roles”.

¿Cuál es el panorama educativo en Colombia?

En el informe también se mencionan algunos aspectos básicos del aprendizaje en niños, niñas y adolescentes. “La disparidad de género en la educación se extiende a cómo niños y niñas aprenden e imaginan su futuro. Desde las disparidades en lectoescritura y aritmética hasta las brechas en el rendimiento científico y la participación cívica, los resultados del aprendizaje se ven condicionados por una compleja interacción de factores socioeconómicos, normas culturales y expectativas de género”, se lee en el documento.

Para medir esto, se tuvieron en cuenta los resultados de las pruebas PISA 2022 en capacidades como la lectura y las matemáticas. En el documento, se especifica que un valor de 1.00 indica paridad entre niñas y niños; valores por encima de 1.00 indican que más niñas alcanzan el mínimo; y valores por debajo de 1.00 indica que más niños lo hacen.

En países como Costa Rica, México, Perú y Brasil, el índice de lectura está entre 1.2 y 1.4, lo que significa que muchas más niñas que niños alcanzan el nivel mínimo de competencia. Mientras, detalla el informe, la mayor diferencia relativa se observó en Brasil, donde solo 63 niñas lograron la competencia mínima en matemáticas por cada 100 niños, detalla el informe.

Colombia, por su parte, se encuentra entre los países con mayor ventaja a favor de las niñas en lectura. Su índice se ubica cerca de 1.30, lo que evidencia una diferencia significativa respecto a los niños. Pero en matemáticas, el panorama se revierte: el índice está ligeramente por debajo de 1.00 (alrededor de 0.90), lo que indica que los niños superan en proporción a las niñas, aunque con una diferencia menos pronunciada que en lectura.

También se evidencian brechas en habilidades digitales básicas. Si bien en Colombia no son tan marcadas como en países como Irán o Qatar, persiste una leve desventaja para las mujeres adultas en el uso de herramientas TIC, como enviar correos con archivos adjuntos o utilizar fórmulas de cálculo. En términos simples, el país aún no alcanza la paridad en estas competencias, lo que deja a las mujeres en desventaja, aunque no de forma extrema.

Muchas maestras, pocas directoras

En primaria, aproximadamente el 80 % del profesorado en Colombia son mujeres, pero su representación en puestos directivos cae por debajo del 50 %. En secundaria, la brecha se amplía: las docentes representan cerca del 70 %, mientras que solo el 30 % de las direcciones están a cargo de mujeres.

Otro punto relevante es la distribución del tiempo en tareas administrativas. En países como Japón, Corea, Suecia y Suiza, los directivos hombres dedican más tiempo a estas labores que sus pares mujeres. En cambio, en Estados Unidos, Chile, Qatar, Malta y Arabia Saudita, ocurre lo contrario. Estados Unidos presenta la mayor diferencia: las mujeres dedican cerca de 10 minutos más a la semana que los hombres a la administración escolar.

En Colombia, aunque los hombres invierten más tiempo total en tareas administrativas (8 minutos semanales), las mujeres dedican más tiempo (3 minutos) en enseñanza y revisión de currículos frente a sus pares hombres, además de cuatro minutos más dedicados a la interacción con estudiantes y familias.

En nuestro país también se evidencia que los hombres tienden a acumular más años en cargos directivos (12 años en promedio), frente a los 10 años de las mujeres. No obstante, las docentes mujeres permanecen más tiempo en el ejercicio de la docencia: superan los 15 años, mientras que los hombres no alcanzan ese umbral.

Una educación más inclusiva

El documento de la Unesco señala que persisten sesgos que afectan a las mujeres interesadas en asumir cargos de poder en el ámbito educativo. A la hora de contratar rectoras, por ejemplo, aún existen prejuicios de género, pues el liderazgo continúa viéndose como una cualidad principalmente masculina. Uno de los hallazgos más contundentes es que solo el 11 % de los países promueve la paridad de género en los liderazgos educativos.

Las mujeres en posiciones de dirección son más propensas a promover ambientes de aprendizaje inclusivos, abordando desafíos que afectan de forma desproporcionada a niñas y adolescentes, como el acceso a la educación, la violencia basada en género, el transporte seguro, los currículos con enfoque de género, la infraestructura sanitaria y la educación menstrual.

Por ahora, la Unesco propone tres recomendaciones principales: primero, identificar dónde se “rompe la escalera” que impide el ascenso de las mujeres en la educación; segundo, aplicar soluciones como la discriminación positiva, que permita establecer cuotas mínimas de participación femenina en cargos directivos; y tercero, brindar apoyo a quienes expresen interés en ascender. “Siempre que sea posible, las alianzas con instituciones académicas pueden institucionalizar módulos de capacitación en liderazgo para futuras educadoras, acortando la brecha entre la teoría, la política y la práctica”, concluye el documento.

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