Las relaciones sociales podrían afectar el estado de salud de los adultos mayores
La vida social y familiar podría ser determinante en la calidad del envejecimiento. Así lo afirmó un grupo de investigadores del Hospital General de Massachusetts y la Universidad de California-San Francisco, en Estados Unidos, que además identificaron una serie de riesgos a los que los adultos mayores podrían estar expuestos en caso de no tener un círculo social y unas actividades establecidas.
La vida social de los adultos mayores podría influir en la detección y tratamiento de enfermedades y problemas de salud. Así lo afirmó un grupo de investigadores del Hospital General de Massachusetts y la Universidad de California-San Francisco, en Estados Unidos, quienes publicaron un “índice de fragilidad social” con 10 ítems para predecir un mayor riesgo en hombres y mujeres de edades avanzadas.
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La vida social de los adultos mayores podría influir en la detección y tratamiento de enfermedades y problemas de salud. Así lo afirmó un grupo de investigadores del Hospital General de Massachusetts y la Universidad de California-San Francisco, en Estados Unidos, quienes publicaron un “índice de fragilidad social” con 10 ítems para predecir un mayor riesgo en hombres y mujeres de edades avanzadas.
La investigación fue publicada en la revista Proceedings of The National Academy of Sciences, y usó datos de 8,250 adultos de 65 años o más que participaron en el Estudio Nacional de Salud y Jubilación, de 2010 a 2016, en Estados Unidos.
“Nuestro objetivo es ayudar a los médicos a identificar a los pacientes mayores socialmente frágiles y promover la resolución de problemas diseñada para ayudarlos a enfrentar diversos desafíos”, dijo el Dr. Sachin Shah, coautor del artículo e investigador del Hospital General de Massachusetts (Lea también: OMS insiste en que posible tratado antipandemias no quitará soberanía a los Estados).
“Agrega dimensiones de lo que un médico debe saber sobre sus pacientes más allá de los instrumentos de detección actuales, que se centran en la salud física”, dijo la Dra. Linda Fried, decana de la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia.
Pero, ¿qué significa el índice de fragilidad social? Según el Dr. Kenneth Covinsky, coautor de la investigación, “si alguien es socialmente vulnerable, quizás necesite más ayuda en casa mientras se recupera de una cirugía, o tal vez necesite a alguien por fuera de su familia para que los defienda en el hospital”.
La fragilidad social también abarca las condiciones físicas de la persona, como debilidad, agotamiento, pérdida de peso involuntaria, lentitud y poca actividad física. Esto, según científicos, aumenta el riesgo de caídas, discapacidades, hospitalización, ingreso a un centro de enfermería u hogar geriátrico, e incluso muerte temprana en adultos mayores.
Aquellos que son socialmente frágiles tienen menos recursos a los que recurrir, y por diferentes razones no tienen relaciones cercanas, no pueden depender de la ayuda de otros, y tampoco son activos en grupos comunitarios u organizaciones religiosas.
Por ejemplo, el estudio contó con la historia de tres mujeres de 70 años de apellido Green, Smith y Johnson.
Los resultados mostraron que la señora Green se quedó en su casa la mayor parte del tiempo y, a veces, pasó una semana sin ver a nadie. Sin embargo, estuvo en contacto frecuente con sus familiares y amigos, y tomó una clase virtual a la semana con un grupo universitario.
Por su parte, al igual que la señora Green, la señora Smith permaneció mucho tiempo en su casa, pero rara vez habló con alguien. Perdió el contacto con sus familiares y amigos, dejó de ir a la iglesia y la mayor parte de su tiempo la dedicó a ver televisión.
La Sra. Johnson tuvo un panorama diferente a las otras dos: contó con un amplio círculo de amigos y una agenda ocupada. Realizó actividades como caminatas regulares, fue voluntaria dos veces por semana, asistió a la iglesia y mantuvo comunicación constante con sus hijos (Lea también: Prevenir enfermedades y otras razones para usar condón en las relaciones sexuales).
Entre las tres mujeres, la señora Johnson sería la más probable en recibir acompañamiento médico o visitas en el hospital en caso de tener una recaída de salud. Tal vez lo mismo podría ocurrir con la señora Green, pero es poco probable que la señora Smith obtenga mucha ayuda. Ella es lo que algunos científicos llamarían “socialmente vulnerable” o “socialmente frágil”.
Es por eso que la investigación sugiere que necesidades adicionales, como la vida social y los círculos familiares de una persona, deben ser analizados en el caso de los adultos mayores. “Preguntaré, ¿de quién dependes más y cómo dependes de ellos? ¿Te traen comida? ¿Conducirte a lugares? ¿Pasar y ver cómo estás? ¿Darte su tiempo y atención?”, dijo el Dr. William Dale, Presidente de la Familia Arthur M. Coppola en Medicina de Atención de Apoyo en City of Hope, un centro oncológico integral en Duarte, California.