Le ha pasado que termina tan agotado en un día de trabajo que solo quiere dormir. Incluso, en más de una oportunidad se queda dormido mientras está realizando alguna actividad, como escribir o leer. O le pasa que todo el día ha estado bostezando y llega la famosa frase de “hasta ahora es lunes”. Ahora la ciencia parece tener una respuesta a esta sensación de agotamiento mental. (Lea: ¿Cómo responde el cerebro a eventos sorpresivos?)
Los investigadores creen que esto pasa porque el cerebro se ha ralentizado para controlar la tensión. Es decir, podría estar presentando algo muy similar a la acumulación de lactato en los músculos que se da durante el ejercicio físico.
Para entender este ejemplo, lo primero que debe saber es que la acumulación de lactato es una molécula que se da a partir de la utilización de la glucosa como energía cuando no hay oxígeno. Esto se da principalmente en ejercicios de alta intensidad y duración media. Por eso la fatiga y el agotamiento aparece durante o después del ejercicio.
Una sensación igual es la que experimenta el cerebro. Cuando hay una actividad mental prolongada se da una acumulación de un neurotransmisor potencialmente tóxico en la corteza prefrontal. Además, señalan los investigadores en el estudio publicado en la revista Current Biology, “el cerebro reduce su actividad para controlar la acumulación, lo que ofrece una explicación de por qué nos sentimos cansados”.
Antonius Wiehler, profesor del Instituto del Cerebro de París y el autor principal del estudio, explicó a The Guardian que “incluso cuando te resistes a rascarte cuando te pica, por ejemplo, tu cerebro está ejerciendo un control cognitivo. Las demandas repetidas de las funciones de control cognitivo pueden provocar fatiga”.
Wiehler explicó que la corteza prefrontal es fundamental porque es la región de toma de decisiones y control cognitivo. “Se aplica cuando el cerebro anula un impulso o combate cualquier tipo de tentación”, apuntó. (Puede leer: Describen un nuevo desorden genético en el cerebro que puede iniciar en la infancia)
Para llegar a esta conclusión, los investigadores monitorearon la química cerebral de 40 participantes mientras completaban tareas repetitivas en una computadora. Luego, los dividieron en dos grupos. Uno realizo durante más de seis horas tareas difíciles, mientras que el otro, por ese mismo tiempo, se encargó de hacer tareas más fáciles.
Una vez realizaron las tareas, los científicos se encargaron de medir los niveles de un neurotransmisor en la corteza prefrontal. Los resultados mostraron que las personas que desarrollaron tareas más complejas tienen mayores niveles de una molécula, el glutamato, en las sinapsis de la corteza prefrontal lateral, que es la encargada del control cognitivo.
“Descubrimos que el glutamato se acumulaba en la región del cerebro que controla las tareas que asignamos a los participantes. Entendemos que el cerebro tiene algún tipo de mecanismo de limpieza para contrarrestar esto, lo que puede ralentizar la actividad”, señaló Wiehler.
Según explicaron los investigadores, el trabajo que implica mucho pensamiento requiere que el cerebro resista repetidamente la tentación de hacer algo menos exigente. Por eso, se puede presentar que las personas se sientan cansadas. (Le puede interesar: ¿Qué tienen en común los humanos y las arañas? Al parecer, ambos sueñan)
“La fatiga mental podría estar relacionada con el reciclaje del glutamato que se acumula durante la actividad neuronal. El glutamato acumulado debe eliminarse, lo que creemos que probablemente sucede durante el sueño”, aseguró Wiehler. Para los investigadores, algo similar a lo que pasa durante el ejercicio físico cuando se acumula lactato en los músculos, podría generarse con el cerebro.
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