¿Qué hemos aprendido de la transmisión del coronavirus?

El COVID-19 ha logrado que veamos cómo se hace ciencia en tiempo real: desde cómo van evolucionando las vacunas hasta conocer, paso a paso, lo que los científicos van aprendiendo sobre el virus. Y aunque aún son varias las incógnitas, también es mucho lo que los investigadores han logrado reunir en solo nueve meses. Dos artículos publicados recientemente en Science y otro en British Medical Journal (BJM) hicieron un recuento de lo que sabemos sobre la transmisión del coronavirus.

El COVID-19 ha logrado que veamos cómo se hace ciencia en tiempo real: desde cómo van evolucionando las vacunas hasta conocer, paso a paso, lo que los científicos van aprendiendo sobre el virus. Y aunque aún son varias las incógnitas, también es mucho lo que los investigadores han logrado reunir en solo nueve meses. Dos artículos publicados recientemente en Science y otro en British Medical Journal (BJM) hicieron un recuento de lo que sabemos sobre la transmisión del coronavirus.

Los hogares, donde hay más probabilidad de transmisión

Junto a zonas residenciales, como dormitorios estudiantiles y ancianatos, los hogares son el escenario con más probabilidad de transmisión. Esto se da, precisamente, porque en las casas ocurren los contactos más cercanos, de alta intensidad y larga duración. Tanto así, que el tamaño de las gotas no importa. (Lea: Colombia superó el millón de casos confirmados de coronavirus)

Dos estudios de rastreo de contagio temprano, uno publicado en The Lancet Infectious Disease y el otro en Emergency Infectious Diseases, más uno realizado con más de 59 mil casos de contagio en Corea del Sur, encontraron lo mismo: los contactos en el hogar tienen seis veces más probabilidad de convertirse en una infección que otros más cercanos. Además, este tipo de contactos dentro del hogar representaron el 57 % de las infecciones secundarias en el estudio de Corea del Sur. La investigación de Science, por su parte, estima que entre el 17 y 38 % de los contactos entre las personas ocurren en hogares, lo que implica que del 46 al 66 % de la transmisión se da en este escenario.

¿Cómo juega la transmisión dentro de los hogares? Los científicos ya han hallado algunas pistas. Por ejemplo, que las parejas con coronavirus tienen más del doble de probabilidad de infectarse y que los casos sintomáticos tienen más probabilidad de transmitir el virus.

De hecho, otro estudio, esta vez publicado en British Medical Journal, reafirma que la propagación es especialmente eficaz dentro de los hogares y a través de familiares y amigos. Incluso, explica que la mayor parte de la transmisión se produce con un contacto cercano, el cual implica estar 15 minutos cara a cara a una distancia de dos metros.

“Otras actividades identificadas como de alto riesgo incluyen comer cerca de la persona infectada, compartir comida y hacer actividades en grupo”, afirma el segundo estudio.

Ante esto, el artículo de Science propone que es importante mantener medidas de prevención dentro de los hogares. Por ejemplo, usar máscaras en la casa cuando se sabe que hay un caso o alguien en alto riesgo de tenerlo, así como mantener la partición de espacios domésticos. En caso de que alguien esté haciendo cuarentena, la idea es mantener ventilada su habitación y no compartir objetos con la persona.

La comunidad, donde se dan los eventos de supercontagio

Aunque son varias las preguntas que aún se tienen sobre cómo se da la transmisión del coronavirus en las comunidades, un factor importante ya identificado es que las personas que no tienen síntomas pueden transmitir el Sars-Cov-2. ¿Por qué? Porque “la infecciosidad puede alcanzar su pico antes de que la persona muestre síntomas y las cargas virales parecen ser similares entre pacientes sintomáticos y no sintomáticos”, responde el estudio. Es por esta razón que los asintomáticos se pueden convertir en lo que se conoce como “supercontagiadores”. (Acá: Superpropagación: ¿Por qué pocas personas pueden contagiar a muchas?)

Además, advierte la investigación, la comunidad es el escenario donde se presentan los eventos de “supercontagio”, momentos donde una sola persona puede tener varios contactos durante un corto período y termina contagiando a varios. Este tipo de casos se han reportado durante “prácticas corales, departamentos de tiendas, eventos de iglesias y en entornos de asistencia a la salud”.

El otro evento importante que ocurre en el entorno de la comunidad es la amplificación del riesgo de la transmisión: cuando se dan múltiples infecciones seguidas de forma rápida, generando brotes. Esto último se ha identificado en lugares con contacto cercano como colegios (14 %), plantas procesadoras de carne (36 %) e iglesias (38 %). Tanto en los supercontagios como en este último caso se da algo conocido como “sobredispersión”, que es cuando un gran número de personas con el virus no infectan a nadie y la mayoría de las que transmiten infectan a un número de individuos de bajo a moderado.

Aunque los casos en que la sobredispersión llega a infectar a más de 10 personas son raros, también son el centro del debate. En este caso sí importa el tamaño de la gota, qué tipo de superficie se está contaminando o si las partículas de aerosol están propagando el virus.

Interregional e internacional, pocas, pero claves para sostener la pandemia

La probabilidad de que una persona de otra ciudad u otro país contagie a alguien en otra localidad es mínima. Sin embargo, estos escasos eventos son claves para sostener la pandemia. Solo se necesita uno de estos casos para que el virus llegue a otro lugar. Por esta razón las prohibiciones anticipadas de vuelos no pudieron detener la propagación del Sars-CoV-2, pero sí ayudaron a frenar la pandemia.

Un caso que prueba esto, cita el artículo, es Estados Unidos. En este país, donde nunca se restringieron los vuelos entre ciudades, la mezcla de linajes virales fue similar en todos los estados, lo que quiere decir que los virus de distintas partes viajaron a través del país.