Desde hace varios años, cuando los cigarrillos electrónicos o los llamados “vapeadores” entraron en el mercado, se han generado discusiones en torno a las implicaciones que podrían tener en la salud de las personas que los consumen. (Le recomendamos: “Vapeadores y cigarrillos electrónicos”, ¿un nuevo desafío de salud pública?)
Uno de los usos sobre los que ha girado el debate tiene que ver con el uso de estos cigarrillos como mecanismo para abandonar el tabaco. Sin embargo, la evidencia científica ha rebatido la efectividad de este método y la necesidad de establecer regulaciones claras sobre su comercialización.
Justamente, sobre esto hizo un llamado recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS), manifestando que es necesario tomar “medidas urgentes para proteger a los niños y a los no fumadores y reducir todo lo posible los efectos de estos productos en la salud de las personas”.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS, aseguró que “los cigarrillos electrónicos se promocionan a personas muy jóvenes para engancharlos a la nicotina. Las autoridades nacionales deben actuar con firmeza para prevenir el consumo de estos productos y proteger así a sus ciudadanos, sobre todo a los niños y los jóvenes”. (Le recomendamos: De las colillas a los cigarrillos electrónicos, ¿otro problema ambiental?)
De acuerdo con la organización, actualmente hay 74 países sin una normativa clara para regular la comercialización de cigarrillos electrónicos y 88 países que no tienen establecida una edad mínima para adquirirlos.
También, argumentan que no hay evidencia que respalde el uso de estos artefactos para combatir el tabaquismo y que los efectos conocidos deberían generar alerta sobre la salud de las personas. “Los cigarrillos electrónicos con nicotina son perjudiciales para la salud y muy adictivos. Aunque no se conocen del todo sus efectos a largo plazo en la salud, se ha demostrado que liberan sustancias tóxicas que son cancerígenas o que aumentan el riesgo de sufrir trastornos cardiacos y pulmonares. Además, pueden afectar al desarrollo del cerebro y causar trastornos del aprendizaje en los jóvenes”, explicó la OMS.
En todas las regiones en las que está dividida administrativamente la OMS (Región de África, Región de las Américas, Región de Europa, Región del Mediterráneo oriental, Región del Pacífico occidental) se ha evidenciado que el consumo de cigarrillos electrónicos es más alto entre niños de 13 a 15 años que en adultos. “Por ejemplo, en el Canadá, se duplicó entre los jóvenes de 16 a 19 años entre 2017 y 2022, y en Inglaterra (Reino Unido) se ha triplicado en los tres años más recientes”, dijo la OMS. (También puede leer: Este sábado habrá ‘vacunatón’ gratuita contra 30 enfermedades en Colombia)
Así debería regularse el uso de cigarrillos electrónicos, según la OMS
En el comunicado emitido por la OMS se destacan las siguientes acciones para regular el uso de cigarrillos electrónicos;
“Los países que prohíben la venta de cigarrillos electrónicos deben velar porque se cumplan las normativas que así lo establecen y por hacer un seguimiento y una vigilancia que ayude a aplicarlas estrictamente y a introducir medidas de salud pública.
Los países que permiten comercializar cigarrillos electrónicos como artículos de consumo (es decir, venderlos, importarlos, distribuirlos y fabricarlos) deben aplicar una reglamentación estricta para que resulten menos atractivos y menos nocivos para la población, por ejemplo, prohibiendo que incorporen sabores, limitando la concentración y la calidad de la nicotina y gravándolos con impuestos.
Las estrategias utilizadas para la deshabituación tabáquica deben basarse en las mejores pruebas de eficacia disponibles, aplicarse paralelamente a otras medidas de control del tabaco y de ser objeto de seguimiento y evaluación. Sobre la base de las pruebas disponibles en la actualidad, las autoridades públicas no deben autorizar la venta de cigarrillos electrónicos como productos de consumo para dejar de fumar”.
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