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No, el paracetamol (o acetaminofén) no causa autismo, como dijo Trump

El paracetamol, conocido como acetaminofén en Colombia, sigue considerándose seguro durante el embarazo cuando se usa correctamente, a la dosis mínima y por el menor tiempo necesario. A pesar de afirmaciones de Trump sobre un posible vínculo con el autismo y otros trastornos del neurodesarrollo, la evidencia científica no respalda una relación causal.

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23 de septiembre de 2025 - 01:43 p. m.
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Trump sugirió un vínculo entre paracetamol en el embarazo y autismo, pero la ciencia confirma que no hay evidencia que lo respalde. EFE/EPA/FRANCIS CHUNG / POOL
Trump sugirió un vínculo entre paracetamol en el embarazo y autismo, pero la ciencia confirma que no hay evidencia que lo respalde. EFE/EPA/FRANCIS CHUNG / POOL
Foto: EFE - FRANCIS CHUNG / POOL

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sugirió que el consumo de paracetamol —conocido como Tylenol en ese país y como acetaminofén en Colombia— durante el embarazo podría estar relacionado con un mayor riesgo de autismo en los hijos. La afirmación generó temor en la opinión pública y una ola de rechazo por parte de la comunidad científica, que insiste en que no existe evidencia que respalde esa relación.

La American Psychiatric Association (APA), la principal organización profesional de psiquiatras en Estados Unidos y una de las más influyentes a nivel mundial en el campo de la salud mental, por ejemplo, respondió en un comunicado de prensa que “el autismo es un trastorno complejo, y es incorrecto sugerir que un puñado de estudios han establecido causalidad”. Agregó que “una sólida base de evidencia muestra que el acetaminofén, cuando se toma según lo indicado, es seguro para usar durante el embarazo. Cualquier decisión sobre un tratamiento debe ser determinada por el paciente y su médico”.

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Otra organización que se pronunció fue la Agencia Europea del Medicamento (EMA), el organismo de la Unión Europea encargado de evaluar, supervisar y controlar los medicamentos para uso humano y veterinario dentro de los países miembros de la UE. El organismo reiteró que el acetaminofén puede utilizarse para reducir el dolor o la fiebre durante el embarazo si es clínicamente necesario. “El paracetamol sigue siendo una opción importante para tratar el dolor o la fiebre en mujeres embarazadas. Nuestro consejo se basa en una evaluación rigurosa de los datos científicos disponibles y no hemos encontrado evidencia de que tomar paracetamol durante el embarazo cause autismo en niños”.

¿Qué dice la ciencia?

El autismo es un trastorno del neurodesarrollo que forma parte de los Trastornos del Espectro Autista (TEA). Se caracteriza generalmente por dificultades en la comunicación e interacción social, patrones de comportamiento repetitivos y una manera particular de procesar el mundo. No es una enfermedad, sino una condición que acompaña a la persona durante toda su vida y que puede manifestarse de formas muy diversas, desde casos que requieren alto apoyo hasta personas con gran autonomía. Sobre sus causas, la ciencia señala que no existe un único origen. Se trata de una condición multifactorial en la que influyen tanto la genética como factores biológicos e incluso ambientales.

Algunos estudios han identificado, por ejemplo, cientos de genes asociados al TEA, así como alteraciones en el desarrollo cerebral durante etapas tempranas de la vida.

El paracetamol o acetaminofén en Colombia, por otro lado, es un conocido analgésico y antipirético de uso común, presente en múltiples medicamentos para aliviar dolores leves a moderados, como dolores de cabeza, musculares o articulares, y para reducir la fiebre. Algunas estimaciones señalan que el acetaminofén es el medicamento de venta libre más usado para el dolor y la fiebre durante el embarazo. Se cree que más del 50 % de las mujeres embarazadas en el mundo lo utilizan.

Existen estudios observacionales que sugieren un ligero aumento del riesgo de trastornos del neurodesarrollo, como TDAH o autismo, en hijos de madres que usaron acetaminofén durante el embarazo. Sin embargo, los análisis más sólidos, que controlan factores familiares, genéticos y ambientales —por ejemplo, comparando hermanos— no encuentran evidencia de una relación causal directa. Esto indica que los riesgos detectados en estudios previos podrían deberse a factores familiares compartidos y no al medicamento en sí, por lo que el uso adecuado de acetaminofén durante el embarazo sigue siendo seguro.

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En 2021, por ejemplo, un panel internacional de expertos analizó la evidencia de estudios en humanos y animales sobre el uso de paracetamol durante el embarazo. Concluyó que su uso prenatal podría, según la dosis, tener posibilidad afectar el desarrollo del feto, aumentando los riesgos de ciertos trastornos neuroconductuales, reproductivos y urogenitales. Sin embargo, los científicos llamaban a la cautela, pero no a la preocupación. De hecho, las recomendaciones propuestas coincidían en gran medida con las recomendaciones actuales que se ofrecen a las mujeres embarazadas en Australia.

Lo complejo de este tema es que a los investigadores les ha resultado difícil diferenciar los efectos del paracetamol de los efectos de la enfermedad subyacente que se está tratando, como fiebre o dolor, ya que estos también pueden afectar el desarrollo del feto. Existen, además, posibles imprecisiones en los registros sobre la cantidad, frecuencia y momento del consumo de paracetamol durante el embarazo, lo que complica aún más la interpretación de los resultados. De hecho, los autores de ese consenso pedían también no subestimar los beneficios del paracetamol. Es un medicamento fundamental para controlar el dolor y la fiebre, condiciones que, si no se tratan, pueden afectar tanto a la madre como al feto. El dolor no tratado se ha relacionado con un mayor riesgo de depresión, ansiedad e hipertensión durante el embarazo, mientras que la fiebre aumenta la probabilidad de defectos congénitos, trastornos neonatales e incluso abortos espontáneos.

Esa declaración de consenso no modificó entonces las recomendaciones existentes: el medicamento sigue considerándose seguro cuando se usa correctamente. Sin embargo, la declaración si subrayaba la importancia de reflexionar cuidadosamente antes de tomar cualquier medicamento durante la gestación. Los científicos insistían en que cualquier uso de paracetamol debe consultarse con un profesional de la salud, asegurando que se utilice la dosis mínima eficaz durante el menor tiempo posible.

Más recientemente, en agosto pasado, un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard revisó la evidencia sobre el uso de paracetamol durante el embarazo y su relación con trastornos del neurodesarrollo en los hijos. Identificaron 46 estudios, de los cuales 27 mostraron vínculos positivos entre tomar paracetamol y trastornos del desarrollo neurológico, 9 no encontraron un vínculo significativo y 4 sugirieron un posible efecto protector. (Puede ver: ¿Se está saltando el desayuno? Puede ser mala idea)

El estudio más destacado de la revisión, por su sofisticado análisis estadístico, incluyó casi 2,5 millones de niños nacidos en Suecia entre 1995 y 2019 y fue publicado en 2024. Inicialmente, los autores encontraron un riesgo ligeramente mayor de autismo y TDAH asociado al uso de paracetamol durante el embarazo. Sin embargo, al comparar hermanos, controlando factores genéticos y ambientales compartidos, no hallaron evidencia de un mayor riesgo de autismo, TDAH o discapacidad intelectual. Estos hallazgos sugieren que, aunque algunos estudios muestran asociaciones, los riesgos podrían estar influidos por factores familiares o genéticos, y no ser directamente causados por el paracetamol.

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Por ello, y al igual que en el primer estudio,se sigue recomendando usar el paracetamol con precaución durante el embarazo, empleando la dosis mínima necesaria y siempre consultando con un profesional de la salud, especialmente si se requiere uso prolongado.

Otra revisión publicada en febrero de 2024 apuntó a la misma conclusión. Los investigadores revisaron en este caso 56 estudios y publicaciones relevantes, pero solo 9 estudios con datos originales y 3 meta-análisis cumplieron con criterios estrictos de calidad y definición de resultados. La revisión encontró que muchos estudios que reportaban un vínculo positivo entre el acetaminofen y un mayor riesgo de desarrollar TDAH o autismo (ASD) tenían sesgos importantes, como diferencias en la selección de participantes, ajustes inconsistentes por factores que podrían afectar los resultados y factores familiares no medidos, como genética y ambiente compartido. Al controlar estas variables mediante comparaciones entre hermanos, las asociaciones entre acetaminofén prenatal y TDAH o ASD se debilitaron significativamente, escribieron en su artículo.

Los autores concluyeron que, según la evidencia científica actual, la exposición al acetaminofén durante el embarazo no aumenta de manera clínica significativa el riesgo de TDAH o autismo en los hijos, y que no se requieren cambios en las guías médicas sobre el tratamiento de fiebre o dolor en la gestación. Sin embargo, sugieren que se realicen futuros estudios prospectivos que consideren factores familiares y ambientales para comprender mejor cualquier posible relación.

Si estoy embarazada, ¿qué debo hacer?

La conclusión de los científicos es una, a grandes rasgos: actualmente, no existe evidencia claray sólida de que el paracetamol cause daño al feto cuando se utiliza de forma correcta durante el embarazo. Sin embargo, como con cualquier medicamento en esta etapa, debe usarse únicamente cuando sea necesario, en la dosis más baja posible y durante el menor tiempo necesario para aliviar los síntomas. Esto ayuda a minimizar cualquier riesgo potencial y asegura que su uso sea seguro tanto para la mujer como para el bebé.

Si una mujer está embarazada y presenta fiebre o dolor, es importante tratarlos, ya que estas condiciones no controladas pueden afectar su bienestar y el desarrollo del bebé. El paracetamol es actualmente el medicamento de primera elección más seguro para manejar la fiebre y el dolor durante el embarazo cuando se utiliza de manera adecuada.

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En caso de que la dosis recomendada no sea suficiente para controlar sus síntomas, si el dolor persiste, o si tiene dudas sobre el uso del medicamento, consulte siempre a un médico. Ellos podrán evaluar la situación, ofrecer alternativas seguras y garantizar que tanto la mujer como el bebé reciban la mejor atención posible.

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