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Un sedante para animales perjudicial para la salud humana está apareciendo en las drogas callejeras de Estados Unidos, y parece que se está extendiendo. La sustancia, llamada xilacina y también conocida como “Tranq”, causa graves heridas en la piel, deja inconscientes a los consumidores durante horas y se estaría infiltrando en el suministro de otras drogas como la heroína y el fentanilo. También es cada vez más frecuente en las muertes por sobredosis.
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Al tiempo que un reciente análisis de la Universidad de Brown halló xilacina en más del 40% de las muestras de drogas callejeras en Rhode Island, otro estudio encontró la sustancia en 36 estados y en el Distrito de Columbia. Además, para 2021, y según los datos disponibles, el “Tranq” aparecía en más del 90% de las muestras de droga de Filadelfia.
Uno de efectos distintivos de la sustancia en humanos es la presencia de graves heridas y tejido cutáneo en descomposición, denominado escara, que puede infectarse y conducir a la amputación. “Te come literalmente la carne”, dijo al New York Times, Brooke Peder, una tatuadora de 38 años de Filadelfia a la le que tuvieron que amputar una pierna. “Es la autodestrucción en su máxima expresión”.
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La empresa Bayer desarrolló la xilacina por primera vez en 1962 y diez años después fue aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés) como sedante y analgésico para animales, recetado por veterinarios. Según la Administración de Control de Drogas (DEA), los profesionales la utilizan para “calmar y facilitar la manipulación, realizar procedimientos diagnósticos y quirúrgicos, aliviar el dolor o actuar como anestésico local” en diversos animales como vacas, ovejas, caballos, perros, gatos, ciervos, ratas y alces.
Los fabricantes de fármacos estudiaron la xilacina en humanos con el mismo objetivo, pero pusieron fin a sus ensayos clínicos porque provocaba una grave hipotensión arterial y deprimía el sistema nervioso central.
Cabe mencionar que en noviembre de 2022, la FDA advirtió sobre esta droga, que no aparece en los análisis toxicológicos rutinarios y puede ser difícil de distinguir del consumo de opioides. Al no ser un opioide, puede no responder a la naloxona, un tratamiento estándar para las sobredosis de este tipo de sustancias. Además, según documentó Times, los hospitales no suelen hacer pruebas para detectar la presencia de “Tranq”, como tampoco lo hacen los médicos forenses de algunos estados.
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Los expertos no han estudiado a fondo los efectos de la xilacina en humanos y no saben por qué causa heridas tan horribles, pero en medio del aumento de las sobredosis de fentanilo, están intentando averiguar cuál es la mejor manera de tratar las sobredosis en las que esta sustancia puede haber desempeñado un papel importante.
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