Nairo Quintana y su sueño amarillo

El ciclista colombiano, campeón del Giro de Italia 2014 y la Vuelta a España 2016, confía en que algún día ganará también el Tour de Francia. Con apenas 29 años y tres podios en cinco participaciones tiene tiempo para hacer realidad ese anhelo.

Luis Guillermo Ordóñez Olano - @Memordonez
25 de marzo de 2019 - 02:00 a. m.
Nairo Quintana, dos veces subcampeón del Giro de Italia. / Getty Images
Nairo Quintana, dos veces subcampeón del Giro de Italia. / Getty Images

Hace tanto tiempo que hablamos de Nairo Quintana que no parece que apenas tuviera 29 años y la mitad de su carrera profesional por delante. Pero si decidiera retirarse ahora mismo, sería sin duda el ciclista colombiano más importante de todos los tiempos.

A la edad en la que varias de las grandes figuras de la historia empezaron a brillar, el boyacense ya ha conquistado los títulos del Giro de Italia y la Vuelta a España, además de muchas otras carreras del World Tour.

Se acostumbró y nos acostumbró a ganar, por lo que sus puestos 12 y 10 en los dos recientes Tour de Francia nos parecen fracasos rotundos, cuando hace tres décadas daban hasta para recibimiento con carro de bomberos a quien los consiguiera.

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Y es que nuestro deporte ha crecido tanto, especialmente el ciclismo, que lo que era una utopía ahora es una posibilidad real y hace que crezcan las exigencias para los escarabajos. “Un colombiano ganará pronto el Tour”, aseguran, entre otros, leyendas como Chris Froome, Pedro Perico Delgado, Alberto Contador y Bernard Hinault.

Nairo Quintana y Rigoberto Urán han estado a punto. El boyacense del equipo Movistar fue segundo en 2013 y 2015, y tercero en 2016. El paisa quedó segundo en 2017 con los colores del Cannondale.

Por delante de ellos terminó siempre el británico Chris Froome, cuya etapa más exitosa comenzó a los 28 años de edad. Hoy, con 33, disfruta orgulloso de cuatro títulos del Tour, uno del Giro y uno de la Vuelta, con cinco podios más.

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Ese rango, entre los 28 y los 33 años, también fue el de la madurez y el mejor rendimiento para Eddy Merckx, Bernard Hinault, Jacques Anquetil, Alberto Contador y Vincenzo Nibali, para citar solamente a quienes han ganado las tres grandes carreras por etapas. El único de esa lista que triunfó más joven y no se mantuvo en la cima al llegar a su tercera década fue el italiano Felice Gimondi.

“El Tour no es una obsesión”

Llegar vestido de amarillo a París y celebrar en el cajón más alto del podio en los Campos Elíseos es el sueño que tiene Nairo Quintana desde que comenzó a montar en bicicleta.

Haber estado tan cerca de lograrlo, con apenas 23 años, hizo que conquistar la Grande Bouclé pareciera cuestión de tiempo. Pero como pasaron los años y el objetivo no se consiguió, las ilusiones de aficionados y periodistas se fueron diluyendo.

Nairo, sin embargo, no ha perdido la fe y sigue enfocado en esa meta. Trabaja para eso y planifica su temporada con el fin de llegar a julio en su mejor forma.

Pablo Lastras, el nuevo director deportivo del Movistar, asegura que “física y anímicamente está muy bien. Ha entrado en su proceso de madurez, que le ha quitado presión de encima. Hay Nairo para rato”.

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Y el propio pedalista lo confirma. Sus hijos, Mariana y Tomás, le han dado mayor estabilidad emocional. Sus padres, su esposa, Paola, y sus hermanos siguen siendo el apoyo incondicional, pero los herederos le han inyectado una motivación extra.

“El sueño amarillo, como lo hemos llamado, ya no es una obsesión, pero sigue siendo la máxima meta”, asegura Quintana con serenidad y cautela, las mismas con las que habla discretamente acerca de los temas coyunturales del país, en los que su opinión es consultada y escuchada por ser la figura que es.

En el aspecto deportivo, Nairo sigue adelante. Este año, en el Tour, podría compartir liderato de equipo con Mikel Landa, pero esa no es una situación que lo incomode. Sabe mejor que nadie que la carretera pone a cada quien en su lugar, y si tiene las piernas para dar la pelea por el título, el Movistar estará ahí para colaborarle.

Si no hay fuerzas, porque puede pasar, como de hecho ha pasado, aceptará con resignación la realidad y aplazará nuevamente el asalto a la gloria. Si cuenta con salud, tiene al menos cinco años para intentarlo. Después ya podría darse por vencido.

Ha pensado tanto en eso que, así como se ha visualizado regresando al país vestido de amarillo, también se ha planteado lo que haría en caso de no conseguirlo. “He hecho grandes cosas, una carrera bonita, de la que me siento orgulloso, porque sinceramente ha sido más exitosa de lo que pensé antes de volverme profesional. Lo que he trabajado, sufrido y disfrutado ya no me lo quita nadie”, dice con la certeza de que superar su palmarés en Europa no será tarea fácil, ni siquiera para Egan Bernal, quien, aunque tiene todas las condiciones y está demostrando constantemente su talento, todavía tiene mucho camino por recorrer.

 

Por Luis Guillermo Ordóñez Olano - @Memordonez

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