AFP Y EFE
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La guerra entre Apple y Samsung no para, muy a pesar de que se filtrara que la primera le ordenó a la segunda -tras una millonaria facturación- la fabricación de una nueva generación de chips necesarios para el que sería el próximo iPhone. O que, muy en silencio pero creciendo como una bola de nieve, las marcas chinas les estén quitando esos compradores de clase media que han optado por pagar mucho menos por un equipo pero que les pueda dar características importantes que antes sólo traían los de gama alta, como una cámara óptima, un buen procesador y una pantalla grande.
Ahora, como ha sucedido desde que apareció Samsung en el juego, la pelea es por los clientes. Mientras Apple sigue, acaudaladamente hablando, vendiendo iPhone 6 y Iphone 6 Plus por miles, los coreanos de Samsung lanzaron simultáneamente en unos 20 países su Samsung S6, el más nuevo de la familia Galaxy y que promete competirle de tú a tú a los más encumbrados de Apple. Y la competencia es de gigantes. Uno de los primeros compradores del S6 en Seúl pagó por el nuevo teléfono de Samsung unos US$785, que son más o menos al cambio actual $1’975.000, más de tres salarios mínimos, que es lo que ganan tres trabajadores básicos por 30 días de labor. Y Apple, por su lado, en mercados como el colombiano sigue vendiendo su iPhone 6 por $2’400.000.
Por eso, la jornada del viernes fue interesante para la dos compañías. Mientras Samsung hacía lo suyo, en la bolsa le fue bien. Abrió en 1.150.000, tuvo un máximo del 1.161.000 y un mínimo de 1.146.000. Básicamente, el mercado le creyó a las previsiones. De acuerdo con la agencia EFE, Samsung dijo en la víspera que sus expectativas de ventas del S6 son muy superiores en comparación con las del Galaxy S5 del año pasado e incluso rebasen las del S4, el modelo más exitoso de la firma hasta el momento. “Los expertos creen que el futuro a medio plazo de Samsung depende en gran parte del éxito o fracaso del Galaxy S6, ya que la compañía busca recuperar la cuota de mercado perdida en el último año a favor de Apple y los fabricantes chinos”, apunta.
Mientras tanto, el mundo de volcaba a los encantos del reloj de Apple, que fue puesto en en las tiendas de la compañía de la manzana sólo para exhibición, pues la orden de los ejecutivos es que no se venda al detal en el comercio tradicional. Básicamente hay que reservarlo en la página web o a través de la tienda en línea que funciona bajo el sistema operativo IOS, la App Store. Los primeros en agendar la compra fueron registros de consumidores japoneses, a pesar de que el reloj también era mostrado en Australia, Canadá, China, Francia, Alemania, Hong Kong, Reino Unido y, por supuesto, Estados Unidos. El más ‘barato’ de los relojes apareció en unos US$349 y el más caro, que se considera fue creado para millonarios excéntricos, llegará hasta los US$10.000, lo que vale un carro en Colombia.
Apple, como sucede siempre que lanza un producto, abrió en el mercado a la baja y sus acciones perdieron valor rápidamente, pero de la misma forma se recuperaron. Al comienzo del día abrió en 125,94, su valor máximo llegó hasta los 127,21 y el mínimo tocó los 125,26, pero su cierre estuvo en un positivo 127,10, con una rentabilidad del 1,50%. Las cifras les dieron una palmada en la espalda a los dos fabricantes. La pregunta es: ¿Qué tanto durará el alivio?
Por Redacción Negocios
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