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Antonio Guadí, el artista responsable de la catedral La Sagrada Familia, decía que sus clientes no tenían prisa a la hora de exigirle que acabara la obra arquitectónica, una de las más importantes del mundo. El arquitecto tenía toda la razón. Después de 136 años, desde que se colocó la primera piedra, sus planos todavía no han acabado y todavía hacen falta casi una década más para que finalice la construcción de la obra maestra del artista catalán. Quienes están hoy detrás de finalizarla, aseguran que en 2026 se pondrá la última pieza y que, para lograrlo, su trabajo depende del desarrollo de las nuevas tecnologías.
Jordi Faulí, el arquitecto actual director de la Sagrada Familia, le explicó al diario El País de España, en una alianza con la empresa de tecnología y comunicación Vodafone, que sus diseñadores, arquitectos e ingenieros trabajan de la mano de los nuevos desarrollos tecnológicos. Desde hace unos años, su trabajo ha dependido de los estudios con software de ingeniería aeronáutica, impresoras 3D e incluso, de las panorámicas que ofrece la realidad virtual. “Gaudí estaría feliz de ver tanta tecnología aplicada en su proyecto”, señaló Faulí.
El director del proyecto recuerda que, luego de finalizada la Guerra Civil en España, los dibujos y maquetas que Gaudí había dejado tras su muerte, quedaron no destruídos sino destrozados. Los discípulos del artista se encargaron de reconstruir las ideas de su maestro y lograron recopilar gran parte de los planos originales. Pero la tecnología actual, dice Faulí, ha sido la clave para acercase todavía más al proyecto del artista catalán. Recuerda el directo que Gaudía construyó la primera fachada de la catedral con la ayuda de andamios, pues la tecnología de las grúas todavía se había desarrollado.
“El escaneado de piezas originales que podemos hacer ahora nos permite que aquella pieza original de Gaudí la podamos pasar directamente al computador y a partir de ahí, poderla interpretar y poder elaborar el proyecto. Las nuevas tecnologías no solo han ayudado en el dibujo de ordenador, sino también a la elaboración de modelos de yeso que actualmente se hacen con impresoras de tres dimensiones con lo cual hemos acelerado la ejecución de modelos que sirven para confirmar el proyecto o para hacerlo desarrollar”, confesó Faulí.
David Puig, uno de los arquitectos adjuntos al proyecto de la Sagrada Familia, relató que el trabajo con las tecnologías modernas de ninguna manera han reemplazado los modelos de las maquetas que dejó Gaudí, sino que es un trabajo en el que se complementar todas las opciones para construir. “La realidad virtual nos permite poner los parámetros como si estuviéramos viéndolo con cada ojo real y, por lo tanto, ver una idea mucho más exacta de aquello que vemos en pantalla. Tenemos que exprimir la tecnología todavía más”, agregó Puig.
Algunas de las ideas que dejó Gaudí, según lo explicado por Jordi Faulí, requieren de software aeronáutico para entender cómo es que se deben acoplar las piezas. Es gracias a esta tecnología, agregó el director, que se puede hablar hoy en día de que la Sagrada Familia estará lista en 2026, justamente 100 años de la muerte del artista.